viernes, 11 de enero de 2013

Vaerá

Vaerá(Éxodo 6:2-9:35) Frenar la Locura Es realmente sorprendente cómo el Faraón en reiteradas ocasiones no lograba aprender la lección. En cada ocasión, en el apogeo de cada plaga, reconocía su error y decidía sinceramente dejar ir a los judíos. Pero cuando el dolor acababa, regresaba a sus viejos trucos. Parece una locura, pero ¿acaso nosotros no hacemos lo mismo? Cometemos errores y cuando sentimos el dolor de las consecuencias de los mismos, juramos no volver a cometerlos. Y realmente lo sentimos, hasta la próxima vez, cuando ya concluyó el dolor y cometemos la misma falta nuevamente. Esta es la pura y simple naturaleza humana. Te sientas a mirar absolutamente nada en la televisión hasta las 3 a.m. un día de semana y prometes que mañana será diferente. Realmente así lo quieres. Hasta que el mañana llega, y la frustración ha disminuido, no estás cansado y hay algunos buenos programas… y a las 3 a.m. te prometes que no volverá a ocurrir. O te levantas con una resaca jurando no volver a tomar un trago nunca más, hasta que más tarde aquella noche te ofrecen un trago y... O te terminas toda una torta de queso en medio de la dieta. Te sientes mal y horrorizado y te dices que no volverás siquiera a mirar comida alta en calorías porque te disgusta muchísimo. Realmente lo sientes en ese momento. Pero mañana es un nuevo día y la tarta de queso se ve muuuy tentadora nuevamente. Entonces volvamos al Faraón. ¿Estaba listo para otra plaga sólo porque el dolor de la plaga anterior había disminuido? ¡Es una locura! Pero nosotros hacemos lo mismo, y es igualmente alocado. Sin embargo, tenemos una ventaja frente al Faraón. ¡Por lo menos sabemos que estamos locos! Saber que estamos locos por lo menos nos da la posibilidad de poder cambiar, a pesar de que no aprovechemos esa ventaja ahora mismo. Sin embargo, pensar – al igual que el Faraón – que la locura es una manera normal de vida, es entrar dentro del asilo y cerrar las puertas tras de nosotros.