viernes, 12 de abril de 2013

La guerra civil siria conlleva la violación de los derechos de los niños

Hay un millón de desplazados por la guerra civil en Siria, según la ONU. Mientras la violencia continúa en Siria sin señales de apaciguamiento, que hiciesen pensar en la posibilidad de un alto el fuego significativo, la violación de los derechos humanos es una constante. En ese contexto adquiere relevancia la experiencia traumática que para niños de distintas edades está suponiendo la cruel guerra civil que desangra al país. Los contendientes están reclutando, en muchos casos forzosamente, a menores de edad para distintas misiones, entre las que se encuentra el combate, y no sería la primera vez que se denuncia la utilización de niños que con ocho y menos años son utilizados como escudos humanos; una práctica que nos habla por si misma de la cualidad moral de grupos armados y beligerantes que participan en aquella carnicería. El conjunto de estas prácticas representan una flagrante y grave conculcación de los derechos humanos de muchos inocentes, deja en papel mojado los tratados internacionales al respecto y revela la ausencia de un compromiso real, dejando en palabrería la retórica exhibida por las distintas facciones. Estas prácticas, condenables desde la óptica del respeto a los menores de edad y a sus derechos, se están registrando desde el inicio de la guerra civil, sin que su denuncia haya supuesto un paliativo para un sector de la población especialmente desprotegido, no sólo por la violencia ejercida sobre ellos en sus cuerpos, en su mente y en su entorno familiar, sino también por lo que supone la manipulación ideológica, alimentando en ellos el odio y predisponiéndolos a hundirse en un camino, del que llegando a poder surgir a medio plazo, no podrá evitar dejar terribles secuelas en sus vidas, entre las que se encuentra las consecuencias de privarlos violentamente de la instrucción y la educación permanentemente. A todo ello se añade la desestructuración familiar a causa de la separación, de la traumática y difícil vida en los campos de refugiados y la muerte de padres y hermanos, encontrándose muchos de ellos en la más completa orfandad. El conflicto civil sirio ha supuesto para grupos insurgentes, sectarios, terroristas y delincuentes de distintos pelaje una oportunidad de medrar, adquirir notoriedad y alcanzar cuotas de poder. Para ello no dudan en manipular, violentar y exponer a los menores de edad y a los niños a sus reprobables métodos y someterlos a sus intereses. La captación y el recclutamiento en Alemania, Francia, Reino Unido y también España, como han demostrado los casos conocidos de vecinos de Ceuta, viene a poner de manifiesto que no sólo son vulnerables los niños, menores de edad y jóvenes sirios, sino también hijos de nuestros vecinos, que hoy o mañana podrían ser los propios, víctimas de métodos característicos de la dinámica interna de los grupos sectarios. Esta es una forma de internacionalización de la guerra civil siria, cuyos agentes tienden sus tentáculos en el ámbito cultural musulmán de los países occidentales, aprovechando las metástasis del cáncer yihadista. La paz tardará tiempo en levantar sus pabellones en Siria, constatación que ha de servirnos para ser conscientes de las muchas vidas que mientras tanto se perderán y las secuelas de dolor que dejarán. Por ello, la intervención de la comunidad internacional debería ser urgentemente necesaria para detener la violencia de los beligerantes, para determinar y aislar a los grupos armados que no quieran someterse no sólo a un alto el fuego, que palie el sufrimiento de los más inocentes y desvalidos, sino también a la voluntad clara de diálogo, al respeto de los derechos humanos, especialmente de los niños, y a la aceptación de normas políticas democráticas. Sólo de esta forma será creíble la voluntad de superación del horror en el que vive sumida Siria desde antes del comienzo de la guerra civil, el aislamiento social y político creciente del yihadismo y el cercenamiento de sus metástasis en los países europeos, entre ellos, España. Temas: Comunidad Internacional, derechos humanos, guerra civil, niños, siria, yihadismo