Su nombre es Mijal Malka, tiene 20 años, y así quedó su cabeza tras ser apedreada por árabes israelíes cuando viajaba de Tel Aviv a Afula. ¿Su crimen? Ser judía y regresar a su casa del trabajo. Se trata de una de las realidades en estos días caldeados. ¿Usted ha visto algún reporte sobre esto en la prensa de su país?
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