Querido Eljanán, hijo mío:
Como ya hace más de tres semanas, esta noche yo duermo en casa, en Jerusalén, y tú en la zona de la Franja de Gaza
Seguramente esta noche, como las últimas tres semanas, me costará dormir pensando en ti, y seguramente a ti te costará
dormir por el ruido insoportable de los bombardeos permanentes.
En Israel se habla de “una guerra justa”, y lo comparto como ciudadano. Como padre afirmo que ninguna guerra puede
En Israel se habla de “una guerra justa”, y lo comparto como ciudadano. Como padre afirmo que ninguna guerra puede
justificar que a tus veinte años te hayas enfrentado con la muerte cara a cara.
La gente opina, Eljanán, y está bien: cada uno tiene derecho a decir lo que piensa y cree. Pero el murmullo de las palabras
La gente opina, Eljanán, y está bien: cada uno tiene derecho a decir lo que piensa y cree. Pero el murmullo de las palabras
resuena en mi cabeza como un eco asesino.
Esta guerra, a esta altura y a esta hora de la noche, ya no es ideológica. Es algo que padece mi hijo y yo, de modo íntimo,
Esta guerra, a esta altura y a esta hora de la noche, ya no es ideológica. Es algo que padece mi hijo y yo, de modo íntimo,
y que transforma a los minutos en horas, y a las horas en siglos.
Te espero todo el tiempo. Extraño tu sonrisa, tu humor, tu adolescente modo de andar y de vestir; extraño tu música,
Te espero todo el tiempo. Extraño tu sonrisa, tu humor, tu adolescente modo de andar y de vestir; extraño tu música,
tu modo de observarme con ojos de “mi padre no me entiende”. Pero sospecho que cuando vuelvas ya no serás el mismo.
Y necesito pedirte perdón. Nosotros, los adultos de verdad, no pudimos hacer de este mundo un sitio habitable, desprovisto
Y necesito pedirte perdón. Nosotros, los adultos de verdad, no pudimos hacer de este mundo un sitio habitable, desprovisto
de odios y resentimientos. Vivimos en un mundo de locos, y esos locos somos nosotros.
Tú no te mereces dormir esta noche fuera de casa, rodeado de uniformes, bombardeos y explosiones.
Tú no te lo mereces.
Volverás sin ganas de contarme nada. “Hablemos de otra cosa”, me dirás. Y yo respetaré tu pesado silencio.
Tú no te mereces dormir esta noche fuera de casa, rodeado de uniformes, bombardeos y explosiones.
Tú no te lo mereces.
Volverás sin ganas de contarme nada. “Hablemos de otra cosa”, me dirás. Y yo respetaré tu pesado silencio.
Y esperaré a que ya duermas para acercarme a tu cama, sigilosamente, y taparte bien.
Para que no te resfríes, Eljanán.
Para que no te resfríes, Eljanán.
Este Domingo en la Argentina estaremos festejando el Día del niño.
Quiera Dios que cada noche los padres puedan darle un beso a sus hijos y decirles: te quiero!!!
Sin pensar que tal vez mañana no estén.
Shabat Shalom!!!!!! שבת שלום
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.