miércoles, 13 de agosto de 2014

Hamás no se rendirá Jamás. (2da. parte)


No es una broma, es una triste realidadNo es una broma, es una triste realidad
Hace una semana escribíamos:
Hamas tiene que luchar hasta morir o desaparecer. No hay opciones intermedias. Va a luchar hasta sus últimas consecuencias o perderá credibilidad entre la población palestina. Obligará a los niños a subir a las azoteas. Llenará los colegios de población civil y pondrá las reservas de proyectiles en su interior bajo tierra. Llorarán sus representantes lágrimas de cocodrilo pero no se rendirán jamás. Su esencia y su vida lo exigen. Lucha o muerte.
Israel debe destruir la mayor cantidad de armas posible. Inutilizar sus lanzaderas, derrumbar sus túneles y terminar de ser factible con sus dirigentes. Pero esto no puede eternizarse. Se debe apurar al máximo el objetivo y luego retirarse de la zona. Si es necesario seguirá actuando la artillería, la aviación y la marina. Pero desde afuera, donde los soldados no tengan que enfrentarse en combates de guerrillas dentro de las ciudades. La historia nos muestra que las guerrillas ciudadanas causan muchas bajas en las fuerzas armadas. No se debe intentar permanecer en Gaza. Terminar el objetivo cuanto antes y luego respaldar la acción desde territorio Israelí”
Las cosas han ocurrido de ese modo. Se ha pactado una tregua por 72 horas que solo fue roto por una par de raquetas disparadas desde la franja de Gaza unas cuatro horas antes de finalizada esta y que cayeron a campo abierta. Como era presumible y con una puntualidad solo comparable con la suiza o británica a las 8.01 más de una docena de cohetes fueron lanzados contra la población de Israel. Una dirigida a la ciudad de Askelon fue interceptada y las restantes fueron a caer en lugares despoblados y aparentemente otras incluso cayeron por error dentro de la misma Franja.
El Gobierno de Israel mostró mesura y prudencia y no repelió inmediatamente el fuego. Luego de dos horas de continuos ataques se decidió contratacar. Por desgracia una de las raquetas se filtró y cayó en un suburbio de Sderot y provocó heridas de diversa consideración a dos personas. Estas y un soldado herido leve fueron las únicas víctimas del lado israelí. Los palestinos denunciaron cinco muertos, entre ellos un menor y varios heridos. Durante el día los proyectiles de Hamas sobre Israel ascendieron a unos 70 disparos.
Las declaraciones de los líderes a su población fueron de seguir la lucha. Hemos podido apreciar que manifestaban que “habían ganado en la guerra y también triunfarían en el terreno político”. Declaraban que tenían muchas más armas que las que suponía Israel y que muchísimos túneles eran operables pues no habían sido destruidos por las tropas del ejercito “invasor”. Solamente quedaba por proclamar que “los proyectiles disparados por Israel dentro de su sistema de Cúpula de Hierro habían sido interceptados por sus cohetes que habían derribado a casi todos”.
Como están planteadas las posiciones esta situación puede seguir casi indefinidamente.
Hamás no puede aceptar un alto el fuego sin mostrarle al pueblo palestino que su sacrificio no ha sido en vano. Tantas muertes, tanta destrucción a cambio de nada es muy difícil de vender. Políticamente es imposible de hacerlo. En la mente de los terroristas solo cabe la palabra vencer. Siempre ha sido así. Además el principio está firmemente atado a la filosofía del árabe. Solo aceptan el triunfo. No olvidemos que la paz con Egipto fue posible luego de la guerra de Yom Kipur porque la habilidad política Anwar el-Sadat, por entonces presidente de Egipto, dibujó la amarga derrota en una disimulada victoria. Basta ver en El Cairo, en la plaza de la Liberación el monumento erguido que ilustra con este “triunfo”.
Hamas, como el mercader de la feria, pide precios que sabe no logrará. Construcción de un aeropuerto y un puerto naval no figura en las cosas que ni Egipto ni Israel puedan aceptar. Apertura total de las fronteras. No existe. Cinco mil millones de dólares para la reconstrucción. Ni lo sueñen. Seguramente alguna organización se comprometerá a alguna cifra y luego no cumplirá como ha sucedido en las dos guerras anteriores.
Hamas es el gran perdedor, hasta el momento del conflicto.
Ha disparado más de 3.300 proyectiles a Israel y causó con los mismos solo tres muertes de civiles.
Se le han destruido miles de proyectiles en tierra y sus fábricas han sido mayoritariamente destruidas. Con un cierre de fronteras como el actual el reemplazo de esos bienes se hace dificilísimo.
Hamas ha perdido cientos de lanzaderas por lo cual su capacidad ofensiva se ve disminuida. En los primeros días de guerra llegaron a arrojar más de 300 disparos y en estos momentos no llegan al centenar.
Sus sistemas de ataques son ineficientes. El sistema de protección de Israel hace que casi sea inviolable el espacio aéreo.
Ha perdido muchísimas de sus estructuras tanto civiles como militares.
Es probable que tenga más túneles pero la destrucción de una treintena de ellos, es una dura pérdida para ellos. Mucho dinero y esfuerzo destruido en solo dos semanas de ofensiva.
No ha ganado adeptos dentro del pueblo palestino para su causa. Sin dinero proveniente de las “contribuciones” por el paso de mercaderías no tiene recursos reales para financiar sus cientos de miles de funcionarios pagos.
No ha conseguido el apoyo de la gran mayoría de la población árabe del mundo. Llamó a una tercera intifada en Israel y solo logró un par de marchas ruidosas y bastantes numerosas en Cisjordania, pero hasta ahí nomás.
Los países árabes le han dado la espalda. Irán actualmente los mira con simpatía pero no los ayuda. Sus problemas económicos y su deseo de mejorar las relaciones antes que termine Obama con su mandato, es lo que urge. La gente de Hezbohalá mira para el costado. AHasan Nasrallah no se le ha movido ni un pelo (aunque no se puede apreciar por el turbante que lleva). Sus problemas en Siria son más graves y ya lleva perdido una gran cantidad de elementos en esa lucha. Lamentablemente los palestinos siguen siendo la escoria dentro de sus hermanos árabes. Por nadie muy queridos. Solamente Turquía, basado en el odio irracional que mantiene Erdogán para con Israel y Qatar lo apoyan. Del primero no sacará nada, de los segundo pueden obtener mucho dinero si se manejan bien.
El mayor triunfo de Hamas es haber logrado que el aeropuerto Ben Gurión no fuese visitado por la mayoría de las compañías de aviación extranjeras durante 48 horas. Esa victoria se consiguió con la ayuda, no sabemos si voluntaria o no de Barak Hussein Obama (que en algunas oportunidades se le sube el Hussein a la cabeza), rápidamente subsanada. Queremos acotar que durante esa interrupción de vuelos la compañía Air Sinai subsidiaria de EgyptAir no interrumpió sus vuelos.
En síntesis: Hamás no puede mostrar ningún logro concreto. Ni real ni dibujado. De esa forma no capitulará.
La actual situación puede prolongarse por mucho tiempo. La diplomacia israelí debe tomar ahora la iniciativa. El ejército ha cumplido con creces sus obligaciones. Ahora podrá responder en forma moderada y tratando de causar la menor cantidad de bajas civiles posibles. En esta guerra se está utilizando munición especial que deflagra de forma mucho más controlada. No es la que se usó en la Guerra del Líbano II donde se trataba de destruir. Su costo es cinco veces superior a la estándar. Pero es imposible evitar dañar, si los disparadores están escondidos entre edificios civiles y donde juegan niños a la pelota.
Benjamín Netanyahu se ha movido durante la crisis en forma sumamente correcta. El 80 % de la población le da su amplio apoyo. Incluso la oposición está mas de acuerdo con él que un sector de sus mismos aliados. Ahora debe demostrar que es un líder de carácter. De fuerte personalidad, No ceder ante los empujes de algunos fanáticos que lo inducen a tomar la franja y quedarse con ella para controlar mejor a Hamás. Este grupo pueden ser incluso un mejor aliado que si se hacen del control grupos más fundamentalistas como ISIS. Se debe pactar con Al Fataj y con Abu Mazzen y estos terciar ante Hamas. Se sabe que a Bibi la sola cercanía de Mahmud Abás le produce escozor. Pero Beguín abrazó a Sadat y Rabin, mirando para un costado, le dio la mano a Arafat. La política exige eso. Tanto Beguin como Rabin han pasado a la historia como héroes. Bibi deberá hacer lo mismo. Hablar, hablar y hablar. Eso lo hace muy bien. Mucho de nuestro futuro depende de cómo se cierre este triste episodio. Todos estamos expectantes.
Cr. Víctor Vaisman

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