domingo, 17 de agosto de 2014

Hasta tengo un amigo judío

La comunidad judía de Montevideo replica las continuas agresiones.La comunidad judía de Montevideo replica las continuas agresiones.
La evolución del conflicto armado en la franja de Gaza, a la que se sumó la posición de condena del gobierno uruguayo respecto de la intervención armada de Israel, y hasta las expresiones públicas del presidente José Mujica en esa misma línea, coincidieron en los últimos días con un recrudecimiento de las expresiones antijudías en la sociedad uruguaya, que hicieron eclosión a través de comentarios ofensivos en las redes sociales y pintadas en diferentes lugares.
Hasta la tregua de 72 horas que caducó el viernes, y tras un mes continuado de ataques, el conflicto registraba un saldo de 1.843 palestinos y 67 israelíes muertos.
Durante las operaciones militares, hubo misiles israelíes que impactaron en escuelas  y cohetes de Hamas disparados al azar. En el mundo se sucedieron las muestras de repudio por los ataques, sobre todo a los realizados por Israel, y el gobierno fijó su posición sin mencionar los misiles de Hamas.
La cancillería emitió el jueves 31 un comunicado, que su titular, Luis Almagro, corrigió a lapicera, según dijo a El Observador TV, en el que expresó que Uruguay “deplora” las operaciones militares de Israel en la franja de Gaza. Afirmó que esos ataques “podrían ser considerados como un crimen de guerra” y reclamó “detener la escalada de violencia”.  En tanto, el lunes 4, Mujica consideró que se estaba en presencia de “un genocidio”. La posición del presidente generó un rechazo inmediato de la Embajada de Israel y la colectividad hebrea en el país. 
Trascartón, comenzaron a aparecer pintadas ofensivas contra los judíos en espacios públicos.
En la comunidad israelita se encendió una señal de alerta por la aparición de esas pintadas y de mensajes agresivos en las redes sociales (ver Tuiteado), que hicieron presumir acerca de la irrupción de un posible brote antisemita en el país, lo que llevó al Senado a tratar el asunto, condenar la intolerancia, y a Inteligencia policial, a investigar.
Según supo El Observador, informes de Inteligencia que se manejan con reserva establecen la existencia de grupos radicales minoritarios bajo vigilancia que surgen cada tanto pero no se les considera peligrosos.
Fuentes del Ministerio del Interior comentaron que siempre “se está atento”, pero que todavía el tema no llega a preocupar pues los responsables de las pintadas son pocos. Las fuentes dijeron que esos grupos carecen de estructura e incluso se piensa que no todos son partidarios de acciones radicales, sino que se expresan por esa vía, en los muros o en las redes sociales.
El jefe de Policía de Montevideo, Mario Layera, confirmó a El Observador  que no  ha sido necesario intervenir en ningún desorden o atentado que pueda vincularse a actividades antisemitas.
Sin embargo, la comunidad judía tiene una visión diferente. Marcos Israel, expresidente del Comité Central Israelita hasta 2011, comentó a El Observador que nunca vio una situación de violencia
contra los judíos en Uruguay como en estos tiempos.
“La responsabilidad es de los medios de prensa y del gobierno” afirmó. Israel, autor del libro Antisemitismo y conflicto árabe-israelí, criticó que la prensa no informa con la misma trascendencia sobre los 1.200 muertos semanales que hubo en Siria durante 170 semanas.
El Comité Central Israelita también denunció “una ola inadmisible de antisemitismo en las calles, en las redes sociales y en distintos medios”. 
En un comunicado publicado el martes 5, expresó que “algunos de los cancilleres de América del Sur, incluyendo Uruguay, no quieren escuchar” las expresiones en las que Hamas apunta a que “el Estado de Israel y todos los judíos, se encuentren donde estén, deben ser exterminados”.
Análisis sociológico
Pero las reacciones antijudías en Uruguay también ameritan un análisis que distintos  expertos vinculan con causas culturales y sociales.
En ese sentido, el sociólogo Federico Irazabal comentó que el conflicto armado en Gaza “hace exteriorizar en Uruguay algo que está solapado”. Recordó que tras las expresiones “infelices” de Mujica, el presidente aclaró que no es antisemita y que tiene en su gabinete a tres ministros judíos. Eso fue “para justificar una conducta ante una comunidad que también es muy sensible”, dijo.
Para Irazabal, en el país existe “un alto componente de antisemitismo que es hasta socialmente aceptado, pero que no se hace muy explícito. En general, los uruguayos al referirse a los judíos los mencionan en forma despectiva”. “Eso también pasaba con los negros”, aclaró. “Ahora los ataques de Israel hacen que salga el antisemitismo que está escondido y se equipara al Estado de Israel con todos los judíos del mundo”.
Aunque esa visión antisemita no está institucionalizada, en su opinión las pintadas “son de cuatro locos sueltos que no representan una amenaza” aunque es lógico que en la comunidad israelita exista preocupación, agregó.
Su colega de la Universidad de la República, Luis Eduardo Morás, no cree que haya existido un cambio en la sociedad uruguaya para volverse antisemita. Además, ningún estudio avala eso. Empero, afirmó que “la desproporción” de los ataques de Israel contra blancos civiles como escuelas o hospitales “puede alimentar o ser el caldo de cultivo para sectores ya radicalizados”.   Morás dijo que la colectividad judía está muy integrada a la sociedad uruguaya y los antijudíos son minoritarios.
Por su parte, el sociólogo Antonio Pérez García, catedrático de la Universidad Católica y de la Universidad de la República, también consideró que la integración de la comunidad judía en la sociedad uruguaya “es bastante alta, por lo que no genera un movimiento masivo de rechazo”. No obstante, dijo que el trasfondo de los últimos ataques “puede hacer estallar el antisemitismo en minorías agresivas, que aprovechan para manifestarse por lo que ocurre en Gaza. Eso es perfectamente posible”, insistió.  
Pérez García comentó que se tiende a pensar que los uruguayos no son prejuiciosos, “y, en realidad, eso es como nos gustaría ser: es la autoimagen políticamente correcta”.
“Es frecuente decir que los judíos tienen un poder demasiado grande, que gobiernan EEUU, y esa percepción está generalizada. Es una simplificación y es un estereotipo de la realidad. Eso no necesariamente lleva a que haya prácticas negativas, pero sí conduce al concepto de pensar que no soy antijudío porque tengo un amigo judío o tengo tres ministros judíos”, apuntó.
Discriminación e hipersensibilidad
El presidente del Plan Ceibal, Miguel Brechner, considera que sí hay antisemitismo en Uruguay. “Basta con entrar a la red y ver cuánta gente quiere que los judíos nos vayamos, cuántos carteles pintados dicen lo mismo. La gente está preocupada solo con el tema de los judíos y no con otra cantidad de cosas; eso es una muestra de discriminación”, dijo.
Consultado acerca de si no cree que la colectividad judía tiene una excesiva sensibilidad sobre el tema, respondió: “Mis dos abuelos, dos tíos y dos primos murieron en campos de concentración. Tengo derecho a que cuando Hamas dice que quiere destruir al pueblo judío y a Israel, y que lo hará no importa dónde y cuándo, yo sea hipersensible. No es hipersensible: la realidad es que en los  últimos 100 años mataron a 6 millones de judíos”.

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