miércoles, 13 de agosto de 2014

Sudamérica de contramano

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Sudamérica de nuevo a contramanoSudamérica de nuevo a contramano
Como venidos de Sudamérica nos sentimos defraudados. Los países que con tanta generosidad adoptaron a nuestros abuelos o padres y permitieron que viviendo dentro de sus fronteras pudiésemos tener una educación libre y judía, ya no existen. O por lo menos no existen los mismos criterios en sus actuales mandatarios. El gran cambio se ha ido produciendo en la segunda mitad del siglo XX donde el crecimiento económico que se fue realizando en Europa y Asia no fue acompañado en igual medida por los países americanos. Había que buscar culpables. Por lógica estos no debían estar dentro sus límites. Entonces la culpa la tuvo el “imperialismo caníbal” que iba comiendo las riquezas por ellos producidas.
Se llegó a la época de los “sesentistas” donde Estados Unidos de Norte América era el culpable de todos los males de los malos gobiernos que se sucedían al sur del rio Grande. En algunos países esos problemas se fueron superando en mayor o menor medida y otros quedaron suspendidos en el espacio.
Siguió la pobreza en el Chaco Argentino, en las Selvas de Brasil, en el sur y norte de Chile y muchísimas zonas de Perú, Ecuador, Colombia y toda Bolivia y Venezuela. Solo capas muy especiales de la población florecían a costa de sobornar mandatarios y apostar a trabajar para los estados. Gobiernos populistas que incitaban a la población al voto fácil y comprado con subsidios directos o indirectos se mantenían en el poder, reemplazados temporalmente por otros gobiernos militares, tan corruptos como los civiles, pero que para colmo producían muertes.
Los países se fueron agrupando en distintos grupos como el Pacto Andino, Mercosur, etc. que permitía a estos sentirse más fuertes, poderosos y casi invencibles. Dentro de Mercosur se agruparon en un principio cuatro países que por casualidad agrupaban a zonas donde generalmente mayor cantidad de judíos vivían. Las comunidades de Argentina, Uruguay y Brasil en forma conjunta llegaron a significar un total de 650.000 judíos como cifra estimativa.
La emigración y la asimilación han hecho que esta cifra en la actualidad se haya reducido a menos de la mitad, pero a pesar de ello es importante.
El pasado mes de julio se reunieron los mandatarios de los países integrantes del Mercosur, al que se ha añadido Venezuela, para tratar temas de intereses económicos comunes en un plenario que estaba establecido con muchos meses de anticipación. A pesar de eso, y sin solucionar ninguno de los problemas de sus países, han tenido tiempo para emitir una declaración en contra del Estado de Israel. Inspirado en las ideas mesiánicas del dueño de casa, Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, que parece salido de una película de Federico Fellini, tiene la particularidad de hablar con los pajaritos. Se acuesta tranquilamente a dormir y de improviso se le aparece su antecesor en la dictadura de Venezuela, Hugo Chavez y lo felicita por su valioso gobierno. Este genio de la mística, logró que en forma casi unánime se vete y censure la política de Israel. Ya conocemos sus palabras y la de su “alma mater” sobre nuestro estado. Ambos han propiciado en más de una oportunidad la desaparición del mismo de la faz de la tierra. Ahora ha logrado el consenso de sus “socios”. Honrosa excepción de Paraguay, cuyo presidente Horacio Cartes, se ha negado a firmar dicho manifiesto.
Los mandatarios que han secundado a Maduro en sus declaraciones son dignos de estudio. La Sra.Dilma Rousseff está pasando serios problemas actualmente en el poderoso Brasil. Las manifestaciones de descontento popular que vimos todos por televisión antes y durante el mundial se volverán a repetir muy pronto cuando se acerque la fecha de los Juegos Olímpicos de Rio. Su crecimiento económico se ha reducido y amenaza con futuras crisis. Además desea para Brasil un puesto fijo dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y que mejor que lograr el apoyo de los países musulmanes, el mayor bloque dentro del organismo, apoyándolos en sus demandas. Ya hemos dicho en notas anteriores. Brasil es como un dinosaurio, un cuerpo enorme y un cerebro muy reducido en sus gobernantes. Así no logran ser lo que deberían ser, auténticos líderes del continente y del mundo. La presidenta Rousseff habla de desproporción. ¿Qué es desproporción? ¿Israel debería dejar que maten cien o doscientos civiles antes de intentar defender a su población? En la guerra no hay desproporción. Hay uno que ataca y otro que se defiende. O en el peor de los casos dos que atacan. Pero todos utilizan la mejor calidad de sus medios para defender su población. Si Hamas utiliza el dinero recibido para cavar túneles para destrucción e Israel para desarrollar defensas anti misilísticas, ¿esa es desproporción? Un periodista ha escrito “para que entiendan los brasileros, desproporción es el 7 a 1 de Alemania en el mundial” pero no nos detendremos en esa consideación.
La posición del mandatario de Uruguay puede ser más comprensible, pero no justificable. José Mujica siempre ha sido un guerrillero y casi un terrorista. Ahora apoya a sus hermanos de lucha sin considerar realmente sus valores y sus fines.
Lo de Argentina es una larga historia. No podemos considerarla dentro de esta nota pues da para un libro entero, pero la Sra. Cristina Fernández de Kirchner es fiel a su discurso interno. Israel es apoyado por EE.UU. Este país defiende los fondos buitres, entonces nosotros nos declaramos contra Israel. “Nada que sea bueno para USA puede ser bueno para Argentina” es su pensar, y obra en consecuencia. La persona que gobierna Argentina con mano de hierro, que se ha enriquecido en forma geométrica en esta última década, terminará su último año de gobierno atacando al sistema capitalista, un sistema al cual no renuncia en su fuero personal.
A la posición de Mercosur se han sumado muchos otros países del continente que en algunos casos han retirado sus embajadores pero que estimamos que sin grandes problemas se solucionarán estos roces cuando todo retorne a la normalidad.
La posición de Chile puede ser un poco más entendible tomando en cuenta que dentro de sus fronteras viven casi medio millón de palestinos. Eso ha impulsado a la Sra. Michelle Bachelet Jeria a tomar esa decisión y en política votos son votos.
Paralelamente a los acontecimientos que se viven en Medio Oriente, otro punto del planeta está en ebullición ya desde hace algún tiempo. La frontera entre Ucrania y Rusia es casi tan conflictiva como la de la Franja de Gaza e Israel.
Con la caída de Viktor Yanukovich el 22/2/2014 los rusos se apoderan de la Península de Crimea. Esta estaba ligada territorialmente a Ucrania pero el 54 % de su población era de origen ruso y quedaron en el primer país luego de la desintegración de la URSS. La península es vital para la salida marítima de Rusia al Mar Negro y domina a todo este. Rusia provoca la revolución, organiza un llamado urgente a elecciones y propicia la integración de la península a la Gran Rusia. Por lógica gana y absorbe esa superficie ante la mirada atónita de Ucrania y sin que nadie en el mundo haga manifestaciones de protestas, marchas de apoyo ni nada que se le pueda parecer. Simultáneamente apoya a dos provincias lindantes con sus fronteras a los separatistas que desean romper vínculos con Kiev. Se desata una guerra que ya ha generado cientos de miles de desplazados y miles de víctimas mortales, sin contar innumerable cantidad de heridos y daños materiales. Zonas antes de buen pasar económico se sumergen en la desesperación y la pobreza. Nadie manifiesta en contra. Todos callan. El Mercosur impertérrito. Como si el drama se estuviese viviendo en otro planeta.
El 17 de julio un Boeing 777 de la compañía Malaysia Airlines es derribado por un cohete ruso a 50 km de su frontera, sobre el cielo de Ucrania. En el mismo vuelan 297 personas que son asesinadas vilmente. El Mercosur calla.
Se determina fehacientemente que el proyectil que abatió al avión era de fabricación Rusa. Mercosur calla.
Se comienza a aplicarle sanciones económicas a Rusia. Estos como reacción determinan que no importarán alimentos desde los EE.UU, ni la Unión Europea, ni Australia ni Canadá. Eso sí la prohibición no incluye los productos alcohólicos. Con eso no se juega. Ahí sí, los países del Mercosur rompen su silencio. Se ofrecen a reemplazar el suministro de alimentos y vender a Putin todo lo que necesite, oponiéndose a los dictámenes de lo resuelto por el mundo supuestamente civilizado.
Rusia importa anualmente 43 mil millones de dólares en alimentos y es el principal importador de la Unión Europea. América ni remotamente puede llegar a esa cifra. La carne es un bien escaso en estos momentos. Argentina tiene prohibido su exportación para que no aumenten los precios internos. Brasil tiene prohibido exportar a Rusia por razones sanitarias. Preparar carne para exportación en cantidades respetables demanda mucho más de dos años. Pero el Mercosur, orgulloso muestra su oposición al mundo capitalista.
Las preguntas de un israelí proveniente de Sudamérica son:
¿Por qué el doble mensaje?
¿Por qué las “victimas” que produce Israel son motivo de protesta y las de Rusia no?
¿Por qué se retiran los embajadores de Israel y no de Rusia?
¿Por qué los agricultores de España, Francia e Italia no desfilan los las calles de Madrid, Paris o Roma como los defensores de “Palestina Libre” en esas mismas ciudades?
No tengo respuestas.

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