lunes, 12 de enero de 2015

Momento de la votación donde la propuesta de Jordania no prospera
La Autoridad Palestina presentó, a través de Jordania, una moción ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pidiendo que se determine que hasta fin del 2017 Israel se tendrá que haber retirado de los territorios en disputa en Cisjordania (Judea y Samaria en términos bíblicos) , a fin de establecer allí un Estado palestino independiente. La moción señalaría inclusive que la retirada debe ser a las líneas previas al 67, o sea las fronteras que existían cuando estalló la guerra de lo
La moción señalaría inclusive que la retirada debe ser a las líneas previas al 67, o sea las fronteras que existían cuando estalló la guerra de los Seis Días en junio de 1967. 
Este hecho, inclusive  si no hay aún certeza alguna de que prospere según las intenciones palestinas-y de todos modos no se trata de algo que quedará claro ya hoy- requiere de algunas aclaraciones.
Y sentimos la necesidad de hacerlas, no como quien se opone a que los palestinos tengan su propio Estado, sino justamente en calidad de quien está a favor de soberanía palestina, pero como un paso hacia la convivencia pacífica, no como una pieza más en el complejo mosaico de conflicto que existe hoy.
Eso no se logrará con medidas unilaterales sino únicamente en la mesa de negociaciones. Crear un estado palestino por presiones de la ONU-incluso si se tratara de una organización justa en su visión de Israel- es un error. El Estado palestino, precisamente porque es clave para la dignidad del pueblo palestino y porque  con él deberán vivir en paz no sólo sus habitantes palestinos sino también sus vecinos israelíes, debe ser resultado de conversaciones entre las partes interesadas. Las imposiciones desde afuera, no conducen a nada.
Y menos que menos, cuando estas incluyen elementos irreales y extremos como la exigencia palestina de que se imponga una retirada "a las líneas del 67", como si aquí no hubiese pasado nada.
Es importante recordar que esas "líneas del 67", eran las fronteras determinadas por el armisticio de 1949, que puso fin a la guerra de independencia de Israel , impuesta al estado judío por sus vecinos árabes. Una guerra que se habría evitado si cuando la recomendación de Partición de Palestina en la ONU (resolución 181 del 29.11.47), el mundo árabe hubiese dado el "sí", en lugar de lanzarse al ataque.
 El Estado palestino que hoy quieren imponer a través de la ONU para no negociar con Israel, se habría creado entonces, si las opciones árabes hubiesen sido otras.

Pero digamos que olvidamos el pasado...digamos que optamos por mirar solamente hacia adelante...también con ese enfoque es un error apoyar la moción palestina en la ONU. Lo que debe hacerse no es alentar a los palestinos a conseguir sus metas sin sentarse a negociar, sino dejar en claro que únicamente en conversaciones directas de paz, contarán con el apoyo del mundo.
Claro que ese mensaje va también para Israel. Consideramos que la creación de hechos en el terreno en forma unilateral, es nociva, y que antes de construir en asentamientos ya existentes, lo sabio es lograr conversar hasta que se determinen fronteras, y hacerlo luego con plena legitimidad, en el marco de un acuerdo. Es que parece claro-y los palestinos lo saben-que Israel no podrá retirarse a las fronteras "del 67", consideradas prácticamente indefendibles, aún si no caemos en expresiones dramáticas como la usada por el otrora Canciller israelí Abba Ebban que las llamó "fronteras de Auschwitz".
Pero Israel ha ofrecido ya en el pasado que a cambio de las zonas donde vive el grueso de la población judía de los asentamientos, los palestinos reciban territorios del Israel soberano, igualando superficies intercambiadas. Cabe recordar que lo ofrecieron jefes de gobiernos más centristas que Netanyahu...y que tampoco ellos llegaron a nada...y no por no haberlo intentado.
Eso no quita, sin embargo, que veamos con esperanza la posibilidad de que tras las elecciones del 17 de marzo en Israel, se forme un gobierno que combine plena firmeza en temas de seguridad, con un enfoque plenamente abierto al diálogo con los palestinos. Pensamos en un gobierno que actúe con mayor sabiduría política que el actual, que hable menos y haga más, que vaya a la ofensiva diplomática y sepa ir un paso más adelante que los palestinos. Si los convence que negocien en forma auténtica en lugar de buscar presiones internacionales sobre Israel, sería ideal. Y si no, al menos que sepa mostrarlo.
Y mientras los palestinos parecen seguir creyendo que ganan si colocan a Israel en situación incómoda a nivel internacional, en lugar de comprender que sólo en negociaciones conseguirán algo concreto y palpable, es bueno recordar algo de lo que no dicen a la ONU.
Como por ejemplo...que por más decisiones que tome el organismo internacional, no habrá paz mientras continúe la incitación. No habrá paz mientras gente como el Ministro para Asuntos de Presos, Issa Karake, diga que el pago de una multa determinada por un tribunal israelí a un terrorista, por haber matado a un civil israelí y su hijito de un año y medio ,"equivale a quitar legitimidad a la resistencia palestina".
Tampoco mientras un asesor oficial del Presidente Abbas diga que "toda nuestra tierra ocupada volverá a nosotros, aunque lleve tiempo", en referencia al territorio que incluye al estado de Israel soberano. Mahmud al-Habbash, asesor presidencial para Asuntos Religiosos e Islámicos y Juez Supremo en tema de Sharía (ley religiosa islámica), dijo ya en octubre último que aceptar la existencia de Israel está prohibido por la ley islámica. "Toda la tierra de Palestina  es waqf (A.J: un bien islámico al que no hay derecho a renunciar) y es bendita..Está prohibido vender,transferir propiedad o facilitar la ocupación de un milímetro siquiera de ella", dijo el asesor, según informó el periódico palestino "Al Hayat al-Jadida el 22 de octubre".
Tampoco servirán de nada los acuerdos, si en una publicación palestina, distribuida cada dos semanas como agregado al periódico oficial palestino ya citado, se glorifica terroristas y a la víctima de un atentado palestino-el rabino Yehuda Glick, que resultó gravemente herido en un intento de matarle, a fin de octubre-se lo presenta como una víbora.
Y ni que hablar de todo lo que pasa en Gaza, bajo gobierno de Hamas, donde siguen construyendo túneles y fabricando cohetes, donde sigue habiendo demasiados extremistas convencidos de que les conviene comenzar la cuenta regresiva hacia la próxima guerra.
http://www.uypress.net/uc_57206_1.html


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