domingo, 15 de marzo de 2015

La democracia es la ganadora de las elecciones en Israel 
Bernardo Ptasevich

 
La única democracia de Oriente Medio está por decidir quién será el encargado de dirigir el país en los próximos años. El pueblo de Israel, los ciudadanos que libremente pueden discutir y dar su opinión en las urnas van a festejar haber podido una vez más cumplir con su derecho cívico. La democracia será el gran ganador de las elecciones en Israel.
Libertad y democracia como pilar fundamental
El voto en Israel no es obligatorio, pero aun así se nota un gran interés por las elecciones a las que Bibi Netanyahu convocó en forma adelantada con la seguridad de que ganar nuevamente el poder sería solo un trámite burocrático. Pero la escena política se modificó drásticamente. Las encuestas son lideradas por la oposición y nadie sabe a ciencia cierta quién podrá concretar las alianzas que les permita formar gobierno. Cualquiera sea el nuevo gobierno ya nada será como antes. Aunque el actual Primer Ministro consiga formar gobierno no tendrá ese poder que le permitió hasta ahora manejarse con cierta prepotencia y en absoluta soledad. Bibi hizo alianzas con la promesa de permitir a sus socios llevar a los hechos parte de lo que propusieron en sus plataformas pero en el terreno se dedicó a bloquearlas para que no prosperen. Hoy, cuando se ve en desventaja y ofrece a Kahlón ser Ministro de Economía, este le responde que ya le prometió antes cosas que nunca cumplió. El ascendente Lapid casi pierde su carrera política por el mismo motivo y de todas formas perderá varias bancas. Netanyahu con su actitud hizo que su coalición perdiera la razón de ser y se vio obligado a terminar el periodo antes de tiempo. A pesar de esta situación compleja los israelíes debemos estar felices de la libertad que se respira en el país. Mirando a nuestros vecinos donde la ley no se cumple, la vida no vale nada, donde esta prohibido hacer lo que debería permitirse, no es poca cosa gozar de tantos derechos a pesar de vivir inmersos en una guerra defensiva contra nuestros enemigos. A pesar de un sistema electoral que a veces permite acuerdos por cargos y concesiones, vamos a las urnas de una democracia que es ejemplo para el resto del mundo.
Un estilo nuevo de hacer campaña
A los ciudadanos no les gustó el tono de la campaña electoral. Será muy creativo, con tecnología, redes sociales, periódicos, televisión y mensajes telefónicos, pero no fue positiva. Los candidatos no se dedicaron a comunicarnos lo que harán, cómo lo harán y con quienes lo harán, algo indispensable para los ciudadanos cuando tienen que tomar decisiones. Por el contrario toda la publicidad se enfocó en proclamar los defectos del otro, algunas veces con verdades y otras con inventos o suposiciones. Todo era valido para que la gente vea lo malo que era el otro en lugar de lo bueno que uno quería ofrecer. También se buscó la descalificación, "son unos o los otros".
Como si todos no fueran necesarios para llevar adelante los importantes desafíos que debemos afrontar. Se buscó la confrontación agresiva que repercutirá claramente después de las elecciones cuando haya que encontrar puntos de coincidencia que los lleve al cumplimiento de ciertos objetivos. El pez muere por la boca y se dijeron demasiadas cosas para que eso se pueda borrar rápidamente. Vamos a tener dirigentes ofendidos unos con los otros que no tendrán la mente limpia y el temple para consensuar.
El día después
El acto electoral terminará, habrá alianzas y se formará gobierno. Llegara el día
después, ese que pondrá al nuevo poder frente a la realidad. Ninguno de los problemas del país habrá desaparecido automáticamente por tener nuevos gobernantes. Tendrá que empezar el trabajo en forma rápida y efectiva para que en un tiempo prudencial se vean resultados. Vengo de un país donde los ciudadanos tienen una gran cultura cívica. En Uruguay peleamos con todas nuestras fuerzas para ganar el apoyo del ciudadano y su voto cuando hay elecciones, hay discusiones, a veces también fuertes. Pero el día después podemos ver a los dirigentes conversar tomando un café juntos en los ámbitos donde se toman las decisiones, buscando ideas, proyectos y acciones en forma civilizada. Es cierto que va a gobernar el ganador pero hay un dicho que dice, "El que gana gobierna y el que pierde ayuda". Debería ser algo normal si entendemos que el país es de todos. Quien sea Primer Ministro y los representantes en la Knéset son funcionarios que deben trabajar y gobernar para todos y no para su sector. Será difícil, habrá muchos rencores, hay algunos dirigentes muy egocentristas, hay intereses. Pero tienen que hacer lo posible porque esta en juego este bendito país que tanto nos ha costado conseguir muy a pesar de nuestros enemigos de siempre.
La seguridad o los problemas sociales
Las dos cosas son muy importantes. La propuesta del gobierno actual dice "Yo soy la seguridad" y la de la oposición. "Vamos a trabajar para solucionar los problemas sociales". Respecto a la seguridad, recordemos que Israel tiene uno de los mejores ejércitos del mundo, que nuestros hijos están allí defendiendo nuestra existencia y nuestra tierra. Tzahal no es propiedad de ningún gobierno en especial, es de todos. Por lo tanto la seguridad no está en juego en estas elecciones. Todos los candidatos con posibilidades de formar gobierno aman a Israel y lo van a defender.
Es cierto que hay diferencias en los métodos, en los estilos y en las ideas para hacerlo, pero el objetivo es el mismo. Tampoco es cierto que la solución de los temas sociales estará solo en manos de la oposición si logra llegar al poder. Se necesitará una amplia coincidencia para gobernar sin autoritarismo y hacer los cambios necesarios. Estos dos temas no admiten etiquetas, no hay derecha ni izquierda, solo hay una necesidad imperiosa de lograr los objetivos. Se necesita de todos y es muy egoísta decir que si se pierde no se va a colaborar. Llegó la hora de ser responsables. El problema de Irán existe y es grave. Su utilización política está mal pero creer que no existe o negarlo para beneficiarse es peligroso. El problema de los palestinos existe, ellos quieren toda nuestra tierra y no aceptaron hasta ahora ninguna posibilidad de paz. El problema del terrorismo existe, Hamás, Hizbalah y los sanguinarios nuevos grupos islamistas que cada vez están más cerca de nuestras fronteras. Los problemas de las familias existen. Muchas de ellas no llegan a fin de mes, en el país no hay suficiente trabajo y los que hay tienen salarios insuficientes. La gente que trabaja se ve obligada a hacerlo muchísimas horas por día para poder acercarse a sus necesidades. Los dos temas tienen que ser atendidos. Mi deseo y esperanza es que todos los que tengan alguna responsabilidad en el próximo gobierno entiendan que deben concretar las mejores soluciones trabajando arduamente para conseguir resultados. Llegó la hora de la verdad. Israel debe felicitarse porque sus mecanismos democráticos funcionan. Ojalá podamos felicitarnos también porque las cosas empiecen a funcionar mejor en bien de todos.

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