sábado, 9 de mayo de 2015

El ABC del señalamiento
por Marcelo Wio


 
 
 
Si las cosas se pueden hacer mal (y/o a medias), por qué hacerlas bien. Algo así deben haber pensado en el diario español ABCcuando abordaba el asunto de los vientres de alquiler en Nepal a raíz de la tragedia suscitada por el terremoto reciente.
 
A medias, porque se centraba – vaya sorpresa – exclusivamente en los padres israelíes (“Abandonadas en Nepal las madres de alquiler de 26 bebés israelíes rescatados”); y mal porque, o bien identificaba a Tel Aviv como capital del Estado judío, o bien creía que la ayuda era enviada por el ayuntamiento de la ciudad costera. Ambos puntos eran erróneos: la decisión la tomó el gobierno central en la capital, Jerusalén.
 
 
 
 
La crónica del ABC decía que:
“Diez días después del publicitado rescate humanitario en Nepal de 26 bebés nacidos de padres israelíes gais y madres de alquiler, las trabas burocráticas siguen impidiendo la salida de aquellas del país para seguir cuidando de los niños. El caso ha abierto una fuerte polémica en los medios israelíes, que se preguntan por la ‘humanidad' de rescatar a los padres israelíes y a sus bebés, y dejar atrás a las madres sin preguntarse por su crítica situación personal -en medio del terremoto- ni por la circunstancia de que seguían amamantando a sus hijos. Los 26 niños ‘encargados' por padres homosexuales israelíes nacieron en las seis semanas anteriores al seísmo”.
¿Por qué centrarse en los casos de padres israelíes? ¿Son los únicos?
¿Por qué fue publicitado dicho rescate y no, por ejemplo, que Israel es uno de los países que más personal humanitario ha enviado a Nepal?
¿Acaso porque la idea de un israelí “comprando” un bebé es una imagen poderosa para añadirse a la representación negativa que se hace y que se tiene del Estado judío?
Como fuere, el texto, evidentemente, obviaba mucho. Demasiado, acaso.
Para comenzar, según The Economic Times de India, del 4 de mayo de 2015:
El gobierno de Israel ha aclarado que sus leyes de subrogación no tienen una cláusula de desastres naturales, y que esta es la razón por la cual los bebés fueron aerotransportados a Israel mientras las madres sustitutas no”.
Es decir, Israel sencillamente estaba repatriando a sus ciudadanos. El debate posterior sobre el asunto (es decir, sobre la legislación nacional respecto de las cuestiones relacionadas a la maternidad y la paternidad a través de madres sustitutas), es una cuestión interna del país. Tal como se da, por ejemplo, en Australia (discusión de la que no se da cuenta en el artículo deABC).
 
Durante la crisis del ébola, ¿España transportó a su territorio a enfermos que no fuesen españoles?
Una pregunta que queda ahí flotando.
 
Por otro lado, el Nepal Times del 30 de enero al 5 de febrero de 2015 informaba que:
El gabinete de Nepal decidió recientemente permitir que extranjeros tengan hijos con madres sustitutas en tanto y en cuanto la madre sea también extranjera, argumentado que esto promoverá el turismo médico en el país. Desde entonces, los registros del Departamento de Inmigración muestran que muchos extranjeros, incluyendo a 20 israelíes, han tenido bebés de madres sustitutas en hospitales privados de Nepal”.
Bueno, otro dato: son muchos los extranjeros que van a tener bebés con madres subrogadas en Nepal; no es algo exclusivamente israelí.
En este sentido, el diario australiano The Sidney Morning Herald señalaba el 2 de mayo de 2015 que:
“El fundador de Surrogacy Australia, Sam Everingham, estimó en unas 60 a las mujeres que en Nepal llevan fetos para australianos que han pagado aproximadamente 28.150 Euros cada uno a ochos clínicas que ofrecen sus servicios”.
Y, además, decía a continuación que en tanto las autoridades israelíes habían desplegado una operación para “rescatar a sus ciudadanos y a 26 bebés nacidos de madres subrogadas encargadas por hombres israelíes gais, las autoridades australianas no han demostrado ninguna intención de asistir a madres sustitutas que lleven los bebés australianos no nacidos”.
¿Esto no es llamativo, informativamente hablando, cuando se está tratando el tema de las madres sustitutas en Nepal?
¿Es preciso recordar que es tan fácil encontrar en internet al versión digital del diario Ha'artez como lo es encontrar la versión digital de un diario australiano?
¿O es que Australia tiene un trato informativo diferenciado? Y, si así fuera, ¿por qué?
 
Y, más importante aún, ¿así se ejerce el periodismo?
El diario australiano mencionado, además, ofrecía un dato sumamente interesante (que, por supuesto, en el ABC no se podía encontrar):
Una encuesta de diciembre, de 15 clínicas internacionales de maternidad subrogada, encontró que 391 australianos habían encargado madres sustitutas a través las clínicas en los últimos tres años. Les seguían muy de cerca 384 americanos, 304 israelíes y 292 personas procedentes de China y Hong Kong.
Las 15 clínicas que respondieron incluyeron cuatro en los Estados Unidos, cuatro en la India, dos en México y uno en Tailandia, Canadá, el Reino Unido, Georgia y Nepal”.
Es decir, una vez más, no son sólo los israelíes quienes “encargan” este “servicio”. De hecho, según la encuesta mencionada por el diario australiano, éstos ocupan el tercer lugar. Y, aun así, ABC se centraba pura y exclusivamente en los israelíes – fundándose en “un encendido editorial del diario israelí ‘Haaretz' [que] hizo sacar los colores al Gobierno”; es decir, en unaopinión
Pero prosigamos.
La BBC News apuntaba (6/8/2014) en una crónica - que iba acompañada de la foto de un famoso que utilizó una madre sustituta (Elton John) - que:
No hay legislación internacional reconocida para la subrogación, por lo que muchos padres y niños pueden quedar en situación vulnerable – o incluso, apátridas.
Puede llevar varios meses para que los padres lleven al bebé de vuelta a su país, ya que pueden no ser reconocidos automáticamente como padres legales”.
El aspecto legal es algo que el ABC no se molestó en ahondar.
Por ejemplo, según el texto de la BBC, en la India – país del cual son originarias la mayoría de las madres sustitutas –, son los padres “intencionados” los padres legales. Es decir, la madre no tiene vínculo legal con el recién nacido.
Es, entonces, oportuno recordar lo que se señalara más arriba (The Economic Times de India):
El gobierno de Israel ha aclarado que sus leyes de subrogación no tienen una cláusula de desastres naturalesy que esta es la razón por la cual los bebés fueron aerotransportados a Israel mientras las madres sustitutas no”.
De esta manera, el texto del ABC terminaba por asemejaba más a un enfado moralista que a una crónica periodística. Un enojo, claro está, con un único destinatario: Israel, que, así, además de ser un “malvado ocupante”, es también ahora un “malicioso arrendatario de vientres”…
 

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