viernes, 21 de octubre de 2016

Daniel Karpuj
¡ SHABAT SHALOM !
Toda discrepancia, ya sea intelectual, política, o filosófica, deja de existir cuando una persona de corazón puro estudia en profundidad un pasaje de la Torá.
Aunque sea un solo texto, pero con verdadera y auténtica entrega.
Su carácter inconmensurable alcanza las fibras más íntimas del alma.
Toda barrera cae ante ella, y es imposible resistirse ante tanta dulzura y belleza.
El estudio profundo de la Torá abre el manantial de la alegría y nos aleja de las vanidades de la Vida.
¡Bendito el hombre que estudia la Torá en profundidad!
A él le son revelados el misterio y el sentido de la existencia.
¡Y lo transforman!

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