lunes, 16 de enero de 2017

La intifada de Obama

 

El presidente de EEUU, Barack Obama.
Este es el descriptivo título de un artículo publicado por Jonathan Feldstein en The Times of Israel, en el que se acusa al presidente saliente de EEUU de avivar las llamas de la violencia terrorista contra Israel.
El primer elemento de la intifada de Obama es la premeditación. Es evidente que Obama estuvo involucrado en la elaboración de la resolución vengativa de la ONU y de las subsiguientes invectivas petulantes y tendenciosas de John Kerry.
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El segundo elemento de la intifada de Obama es que proporciona una base para que el azote conocido como BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones, una campaña internacional antiisraelí) tome impulso.
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Tercero, la intifada de Obama será, lamentablemente, causa de la pérdida de docenas de vidas humanas, cuando no de cientos o miles. Envalentonados por el apoyo que perciben ante la injusticia de la denominada ‘ocupación’, e inspirados por la incitación a la violencia directa o indirecta contra los israelíes de la Autoridad Palestina, una nueva oleada de terrorismo es ya prácticamente inevitable.
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Las lecciones que ellos y otros han aprendido de la duplicidad de este saliente Obama es que la violencia tiene réditos y no pasa nada si se ejerce abiertamente, exactamente igual que él ha apuñalado a Israel por la espalda en un foro global a plena luz del día.
París ha organizado una conferencia de paz sobre el conflicto israelo-palestino a la que no han acudido ni los israelíes y los palestinos y como si Francia fuera todavía un imperio con voz cantante en los asuntos de Oriente Medio, cuando lo cierto es que su irrelevancia en los conflictos actuales no puede ser mayor. Eyal Zisser, vicerrector de la Universidad de Tel Aviv, explica por qué esta iniciativa no traerá ninguna consecuencia práctica.
En el actual Oriente Medio (…) nadie toma en serio a Francia y su iniciativa de paz. En primer lugar, los días de este Gobierno están contados y tras las próximas elecciones llegará al Palacio del Elíseo un nuevo presidente, con políticas completamente diferentes. Segundo, e incluso más importante, la iniciativa francesa pasará a la historia cuando el presidente electo estadounidense, Donald Trump, jure el cargo esta semana.
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Por lo tanto, a pesar de la frenética actividad francesa, nadie en la región está especialmente entusiasmado. Incluso en Francia el acontecimiento carece de importancia. La mirada de todo Oriente Medio está centrada (…) en el verdadero acontecimiento, que tendrá lugar este viernes en Washington, cuando Donald Trump jure como el cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos.
Azim Ibrahim, del Center for Global Policy, cree que la recta final de la guerra de Siria, iniciada con la caída de Alepo, no va a eliminar los riesgos para la población civil. Al contrario, Asad y sus socios rusos e iraníes suponen una amenaza que hay que conjurar con el establecimiento de zonas de exclusión.
Los dos actores más poderosos en este conflicto, Asad y el presidente Putin, tienen razones estratégicas para querer mantener la presión sobre la población civil. Asad espera expulsar del país a muchas de las poblaciones rebeldes para consolidar su dominio (…) Y Putin quiere también que la riada de emigrantes continúe, especialmente hacia Europa. La crisis migratoria ha puesto (…) a la Unión Europea bajo una grave amenaza y Putin querrá mantener esa presión.
(…) Por tanto, es por ambas razones, las preocupaciones humanitarias y la autopreservación, que Occidente debe preocuparse de que nada de esto suceda. El abuso contra el pueblo sirio en Siria debe terminar. Y para pararlo, el primer paso es garantizar su seguridad en zonas de exclusión.

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