por Yves Mamou • 12 de Mayo de 2017
Emmanuel Macron (Image source: Servicio Europeo de Acción Exterior)
En la guerra fría con los soviéticos, se les llamaba "tontos útiles". Éstos no eran miembros del Partido Comunista, pero trabajaban por las ideas de Lenin y Stalin, hablaban a favor de ellas y las defendían. En el siglo XXI, el comunismo está por fin muerto, pero el islamismo ha crecido y lo está sustituyendo como amenaza mundial.
Como el comunismo, el islamismo —o el totalitarismo islámico— ha ido recogiendo sus "infieles útiles" del mismo modo que el comunismo fue recogiendo sus tontos útiles. Hay, sin embargo, una importante diferencia: en la Unión Soviética, los tontos útiles eran intelectuales. Ahora, los infieles útiles son políticos, y uno de ellos fue elegido presidente de Francia el domingo.
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