martes, 20 de junio de 2017

La nueva campaña antioccidental de Erdogan

 

Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía.
The Economist da cuenta de las grotescas pretensiones del autócrata turco de limpiar el lenguaje de palabras foráneas.
Erdogan comenzó ordenando la eliminación de la palabra ‘arena’, que le recuerda la depravación de la antigua Roma, de los recintos deportivos de todo el país. Los equipos más importantes cumplieron su petición esa misma noche. El Vodafone Arena, sede del Besiktas, amaneció convertido en el Vodafone Stadyumu. Los críticos se preguntan qué ganó el lenguaje turco al reemplazar una palabra de origen extranjero por otra.
(…)
Erdogan parece querer volver atrás el reloj (…) con nostalgia imperial y resentimiento hacia Occidente. En 2014 propuso introducir obligatoriamente en los institutos el turco otomano, una lengua que solo sobrevive entre lingüistas, historiadores y clérigos. El plan fue abandonado después de una propuesta popular.
La ofensiva contra las palabras derivadas de lenguas occidentales probablemente tendrá un destino similar. 
En abril, la Autoridad Palestina decidió de subsidiar el pago de la factura eléctrica a la organización terrorista que detenta el poder en Gaza. Como ésta se niega a asumir el coste, y Jerusalén ha decidido no seguir enviando energía gratis al territorio gobernado por uno de sus enemigos jurados, la Franja está viviendo una severa crisis de suministro. Efraim Inbar, del Begin-Sadat Center for Strategic Studies, cree que Israel no debe ceder en este nuevo pulso que le ha planteado Hamás.
Los dirigentes de Hamás en Gaza han amenazado a Israel con “una explosión” si no se proporciona electricidad a la Franja a costa de los contribuyentes israelíes. El chantaje es, por supuesto, parte del repertorio de Hamás. (…)
Algunas voces en Israel y en el exterior abogan por la ‘moderación’ –es decir, la capitulación– e insisten en que Israel no está interesado en esta escalada. Aunque Israel prefiere, naturalmente, tranquilidad en sus fronteras, ceder a las demandas de Hamás y otorgarle una victoria solo llevará a nuevas exigencias. Proporcionar electricidad a Gaza a cambio de una promesa de que los gazatíes dejarán de disparar contra civiles israelíes no es distinto de pagar dinero a la mafia por protección.
No hay una sola razón estratégica o moral para que Israel tenga que proporcionar electricidad gratis a Gaza. Aunque Israel no desea una escalada, tampoco hay razón para temerla. (…)
Hamás explota el sufrimiento de los gazatíes para obtener ayuda humanitaria y simpatía por su causa. Pero los gazatíes no pueden quedar exentos de responsabilidad por las consecuencias de las acciones de Hamás.
Amnon Lord analiza el último ataque terrorista en la zona oriental de Jerusalén y qué es lo que motiva a esta clase de criminales.
El asesinato del pasado viernes [de una agente de la Policía de Fronteras israelí] va a inspirar probablemente a más jóvenes palestinos a intentar nuevos ataques. Pero ¿qué inspira a esos terroristas en primer lugar? Puede que la serie de ataques mortíferos con cuchillos en Londres o los ataques masivos en Manchester. Para la mayor parte, sin embargo, la inspiración es el islam. Esta es la semana final del Ramadán. Son momentos peligrosos y esos son ataques de lobos solitarios. Todos sabemos que, en las festividades musulmanes, siempre hay alguien que muere.

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