Revista de Prensa
Hay que desmantelar la UNRWA
El descubrimiento de un túnel utilizado por los terroristas de Hamás bajo una escuela gazatí de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos no debería sorprender a nadie: como explica Dore Gold en el Jerusalem Post, la UNRWA es un verdadero lastre para la resolución del conflicto israelo-palestino.
Programas exitosos para los refugiados, como el del Alto Comisionado de la ONU, han llevado a la disminución del problema de los refugiados en diferentes partes del mundo. La UNRWA ha provocado exactamente el efecto contrario. (…)Hay 58 campos de refugiados palestinos en Oriente Medio. Con la aplicación de los Acuerdos de Oslo de 1990, 26 (…) quedaron bajo control palestino. Sin embargo, no hay indicaciones de que uno solo vaya a ser cerrado. Estaba claro que la Autoridad Palestina quería retener esos campos (…) para mantener vivo su agravio con Israel. En otras palabras, quería perpetuar el conflicto. (…)La disposición de los palestinos para (…) resolver esta cuestión es probablemente la mayor prueba de fuego de sus intenciones (…) Si se quiere poner en marcha una nueva iniciativa de paz, debería incluir (…) un programa para desmantelar los campos de refugiados y promover un esfuerzo masivo internacional para la construcción de nuevas viviendas. Esta iniciativa debería empezar en la Margen Occidental, pero también incluir a Jordania, que alberga la mayor población de refugiados palestinos.
En el New York Daily News, David Pollock desvela los resultados de una encuesta que refleja cuáles son las prioridades para el pueblo palestino.
El hallazgo más sorprendente se refiere a los subsidios que la Autoridad Palestina (AP) paga a los terroristas condenados. (…) La AP ha afirmado que la presión popular le obliga a mantener esta práctica. Sin embargo, la encuesta muestra que dos tercios de los palestinos creen que “la AP debe otorgar a las familias de los prisioneros beneficios sociales normales, como a todos los demás, no pagos extra en función de sus sentencias o de las operaciones armadas”.(…)Igualmente reveladoras son las respuestas a esta pregunta: “¿Qué es lo que más le gustaría que hiciera EEUU en relación con los asuntos palestinos en estos momentos?”. La mayoría de los habitantes de la Margen Occidental eligió “presionar a la Autoridad Palestina y Hamás para que sean más democráticas y menos corruptas” (…)Nada de esto significa que el público palestino apoye la legitimidad de Israel. De hecho, el porcentaje que dice que “los judíos tienen algunos derechos sobre esta tierra” es de un solo dígito. Sin embargo, aunque la mayoría niega a Israel el derecho a existir, acepta la necesidad de coexistir.
El arresto en Nueva York y Detroit de dos agentes del grupo terrorista chií libanés de obediencia iraní demuestra que es un gran peligro para los estadounidenses. Lo cuenta Marc C. Johnson en la National Review.
Cabe señalar que hoy día Hezbolá es la organización terrorista más avanzada. Hace mucho tiempo se convirtió en un Estado de facto dentro del Líbano [y] tiene tanto una rama militar funcional como una inteligencia bastante sofisticada, y capacidad de contraingeligencia. Los miembros de esta última rama (…) operan igual que muchos servicios de seguridad y de inteligencia estatales moderadamente avanzados (…) Identifican, entrenan, reclutan y envían espías por las mismas razones que lo hacen los Estados. Pero sus espías tienen el mandato añadido de preparar y ejecutar ataques terroristas.Por cada [agente de Hezbolá] que es detenido y juzgado, hay otros que siguen acechando en la sombra. Y no son meras ‘células durmientes’; están activas, planeando y preparando operaciones eventuales contra (e incluso dentro de) EEUU. Tan peligrosos como puedan serlo el Estado Islámico y Al Qaeda, en ningún otro lugar han adquirido este nivel de sofisticación en términos de planeamiento, entrenamiento o espionaje. Arrestos como esos son un recordatorio de que (…) Hezbolá sigue conspirando contra nosotros, tanto aquí como en el exterior.
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