¡ SHABAT SHALOM !
LO ANTIGUO, LO NUEVO, Y LA VIDA
Resulta imposible “comprender” algo que no existe ya en nosotros.
Si nos enfrentáramos a algo absolutamente nuevo y desconocido, nos generaría pavor.
No podríamos “reconocerlo”.
Tampoco tendríamos palabras para nombrarlo.
Y lo que no puede nombrarse, nos da mucho miedo.
Por ello, todo en nosotros se encuentra categorizado en palabras, juicios y conceptos.
Esto es bueno, aquello bajo, y lo tercero, demasiado caro.
Comparamos, relacionamos, confrontamos y comparamos lo experimentado en el pasado, con lo que ahora nos sucede.
Pero la vida, en su constante fluir, es siempre nueva.
Cada instante es definitivamente nuevo, y yo, tampoco ya no soy el mismo que comenzó a escribir este texto.
La palabra terminará, tarde o temprano, en un palpable silencio.
Pero la vida jamás se morirá.
Porque la Vida, la verdadera, la auténtica, la radicalmente novedosa, es simplemente eterna.
La Vida puede interrumpirse, pero no puede morir.
¡Ay, cuánta valentía se requiere para vivir de modo auténtico y verdadero!
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