martes, 15 de agosto de 2017

Ale Mellincovsky

aceptar al otro, sea igual, parecido o distinto.
Ni siquiera le pido que me acepte, pero sí que me tolere.La sociedad que quiero vivir es una sociedad de aceptación en la que no hay ningún lugar para la intolerancia.
Y esa palabra abstracta, "intolerancia", debe tomar la dimensión concreta: las personas intolerantes. Ellos no son bienvenidos, no los aceptamos, ni siquiera los toleramos.
Y van a saltar los que dicen que a estos intolerantes hay que educarlos. ¡Por supuesto! La educación es la base de todo. Pero ni siquiera en el mientras tanto, se les puede permitir el ejercicio y la manifestación de su intolerancia.
Diversidad sí.
Integración sí.
Intolerantes afuera.

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