jueves, 17 de agosto de 2017

Infobae
Cualquiera podría creer que Alemania es la cuna de los grupos neonazis. Pero no. Es en ese país donde más se los trata de combatir. O al menos, eso parecería. Y una ciudad, que se había convertido en un símbolo de la expresión racista más funesta del siglo XX, logró expulsar a los fanáticos de Adolf Hitler de una manera inédita y efectiva.

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