**Tiempo y Amor**
Con el comienzo
del siglo, comenzó nuestro amor. Y antes que el siglo termine…
Nuestros cuerpos,
apresurados y curiosos, descubrían, día a día, sensaciones,
exploraban y
encontraban, fantasías, que hoy era una realidad.
Con suspiros,
risas sofocadas, promesas alumbradas, juramentos de por vida,
nuestra pasión
enloquecida, nuestras bocas sedientas, nuestras manos inquietas,
hacía que
nuestros corazones, marchen más de prisa, como queriendo salir de
nuestros pechos y
mostrar la locura, que llamábamos amor.
La luna y su
manto de estrellas, fueron testigos, noche a noche, de nuestro amor
desbordado, casi
salvaje, que como una ofrenda dedicábamos a la pálida luna,
hasta hacerla
sonrojar.
Y de día, en lo
alto de la montaña, en lo profundo del valle, en la orilla del mar;
dejábamos, como
un presente, nuestra huella, como testigo, que estuvimos ahí.
El tiempo fue
pasando, como lo hace habitualmente, el siglo fue avanzando y
nuestra pasión,
que fue el fuego de nuestro interior, se fue entibiando, hasta que
el calor, tapado
por la nieve, congeló nuestro interior y así murió.
¿ Como mantener
vivo un amor, que fue locura, que fue pasión, que nos desbordó ?
Ese tipo de amor,
junto con el tiempo que pasa, debe, lentamente, transformarse en
respeto, entrega
y amistad.
Si así no fuera.
¡ Lo tuyo no es amor !
El siglo será
testigo, el tiempo me dará la razón…
Mario Beer-Sheva
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.