HARVARD ES UN PUESTO DE AVANZADA ISLAMISTA
Durante décadas alimentó a izquierdistas resentidos, y el antisemitismo los unió en una causa común.
Por Ruth R. Wisse
Abril 24, 2025
traducida por Marcela Lubczanski
Enseñé en Harvard desde 1993 hasta el 2014, y no pienso que las amenazas del gobierno federal serán eficaces en cambiar la cultura de la universidad. Los dirigentes de Harvard todavía no entienden el peligro que presenta esa cultura para el país o por qué requirió intervención.
El 11 de septiembre del 2001, los islamistas de al Qaeda atacaron EE.UU. en una misión suicida que utilizó aviones estadounidenses como sus instrumentos de destrucción. El 7 de octubre del 2023, islamistas de Hamas aprovecharon la apertura de Israel invadiendo el país, masacrando civiles y secuestrando a otros. Los yihadistas usan estas nuevas formas de guerra contra los que no pueden conquistar por la fuerza. Lo que nos preocupa aquí es su captura de las escuelas universitarias estadounidenses de élite como puestos de avanzada.
Harvard quedó implicada directamente el 8 de octubre del 2023, cuando el Undergraduate Palestine Solidarity Committee publicó una declaración respaldada por más de 30 grupos estudiantiles que afirmaba que “el régimen israelí” era “enteramente responsable por toda la violencia que se está desplegando.” Students for Justice in Palestine declaró el 12 de octubre un “día de resistencia” y tuvo un "conjunto de herramientas" preparado para los acampes y manifestaciones que se extendieron más allá de los campus. SJP elogió la “intifada de unión" y la “resistencia” y declaró que los estudiantes palestinos eran “PARTE de este movimiento, no en solidaridad con este movimiento.” En el 2001 no hubo tales grupos de apoyo para los islamistas en Harvard.
Harvard era un objetivo blando para la penetración extranjera, habiendo desarrollado una relación adversaria con el gobierno estadounidense y cada vez más con el propio país. Los veteranos del movimiento anti-bélico desterraron de Harvard al Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reservaóen la década de 1970 y lo mantuvieron fuera del campus durante 40 años. Cuando se desvanecieron los recuerdos de Vietnam, la exclusión del ejército de los homosexuales abiertos se volvió la excusa magnánima para excluir a los reclutadores—pero no la financiación gubernamental. Esta política antigubernamental selectiva fue reflejada en la currícula, la cual asumió un enfoque cada vez más crítico de Estados Unidos y la civilización occidental.
Mientras tanto, las leyes de derechos civiles de la década de 1960 que proscribieron la discriminación no lograron satisfacer a los que buscaban resultados iguales. La universidad respondió con preferecias grupales al contratar mujeres y minorías. Eso elevó a los grupos de agravio y colocó a Harvard sólidamente en el bando "progresista" activista. Con raras excepciones, no habría más contratación de conservadores o enseñasnza de sus ideas "reaccionarias."
Para la década de 1990, los grupos negros en el campus estaban acogiendo a oradores afrocéntricos y de la Nation of Islam que agitaban contra los blancos y los judíos. En 1992 el Prof. Henry Louis Gates Jr. advirtió: “Esto es antisemitismo de arriba hacia abajo, orquestado y promovido por líderes que fingen expresar un resentimiento más grande." A esta coalición de agravios se sumaron grupos de marxistas, anticapitalistas, anticolonialistas y antiimperialistas. A los acampes de Occupy Wall Street del 2011 se les permitió cerrar el campo de Harvard durante muchos meses.
Todos estos manifestantes carecían de una causa común hasta que se unieron en torno al objetivo más a mano en la historia de la civilización bajo el pretexto de liberar a los palestinos. Los estudiantes a los que se les había impedido marchar por su país y se les advirtió contra insultar a toda otra minoría, aprovecharon la posibilidad de atacar a un objetivo aprobado políticamente.
En una carta a la comunidad de Harvard, el Presidente Alan Garber admite preocupaciones válidas acerca del antisemitismo creciente y promete que Harvard continuará combatiendo el "odio" con la urgencia que demanda y que requiere la ley federal. El historial de Harvard proporciona amplia prueba en contrario de esta afirmación. Las coaliciones del campus en favor de la yihad cuentan con los administradores liberales para que faciliten su ataque.
La más útil de las muchas funciones políticas del anti-Sionismo—como con el antisemitismo antes que los judíos retornaran a su patria—es crear coaliciones de agravio y culpar a una pequeña nación con una imagen universalmente inflada y más que nada negativa. Esta enemistad galvanizadora ha unido a la alianza panárabe e islamista contra Israel desde 1948. Impulsó a la coalición rojiverde en las Naciones Unidas y siembra las coaliciones anti-Israel en los campus que son antiestadounidenses en todo menos en el nombre. Atacar sólo a los judíos—ahora sólo a Israel—es su clave para convertirse en la ideología antidemocrática más poderosa del mundo.
El objetivo de destruir a Israel sigue siendo central para la identidad árabe e islamista y fue admitido en Harvard junto con algunos estudiantes e inversores extranjeros. El Departamento de Educación informa que la universidad recibió más de u$s100 millones de los Emiratos Arabes Unidos, Egipto, Arabia Saudita, Catar y Bangladesh entre enero del 2020 y octubre del 2024.
En el año 2007 empecé a advertir a los sucesivos presidentes y decanos que los estándares académicos estaban siendo violados por medio de la sustitución de la propaganda anti-Israel para un programa integral en el Center for Middle East Studies. Ellos admitieron el problema, pero se negaron a abordarlo. En tanto otras instituciones tomaban dinero musulmán e ignoraban la guerra contra los judíos, ¿por qué Harvard debería ser más santa que el Papa?
El 7 de octubre, como Kristallnacht en 1938, obligó a algunas personas a confrontar lo que habían tratado de ignorar. Estudiantes y profesores celebrando las atrocidades contra Israel podrían haber estado perpetrándolas si se les daba la posibilidad. Una comisión de la nueva Harvard Jewish Alumni Alliance (Alianza de ex Alumnos Judíos de Harvard) investigó el "odio" en el campus y lo encontró “peor de lo que habíamos anticipado.” El antisionismo ideológico gobernaba no sólo el Center for Middle East Studies (Centro para Estudios de Medio Oriente), sino también la School of Public Health (Escuela de Salud Pública) y la Divinity School (Escuela de la Divinidad) y figuraba en departamentos que abarcaban alfabéticamente desde antropología y African American Studies al Weatherhead Institute of International Affairs (Instituto Weatherhead de Asuntos Internacionales), y académicamente desde música a la escuela de medicina. Harvard emprendió una revisión similar sólo bajo presión del Congreso.
La universidad había tomado medidas para prevenir la agitación en el campus—recortando la presencia judía y cristiana. El Semitic Museum, establecido por Jacob Schiff en 1907 para marcar el mismo punto que los Acuerdos de Abraham sobre las fuentes en común de las tres religiones, fue renombrado Museum of the Ancient Near East (Museo del Antiguo Cercano Oriente). El único vestigio de la intención de Schiff permanece en piedra esculpida sobre la entrada. Los proyectos arqueológicos en Israel fueron discontinuados y las colecciones de museo que una vez se centraron en la Biblia y Jerusalén fueron reenfocadas sobre las pirámides. La Harvard Divinity School reestructuró su programa para que refleje que ya no era más un seminario cristiano o unitario sino un programa de estudios religiosos "pluralista."
Justo cuando el legado orgulloso de Harvard debería haber sido fortalecido, los estudios bíblicos fueron degradados, y sus tradiciones fueron puestas a la defensiva—la Cristiandad aun más que el Judaísmo. El islamismo estaba en ascenso contra Estados Unidos en decadencia.
Hay todavía buena gente y programas en Harvard, y yo estoy agradecida por mi tiempo allí. En un mundo ideal el gobierno no microgestionaría las universidades. Pero si Harvard elude su responsabilidad de apuntalar las bases de Estados Unidos de América y se permite ser secuestrada por una coalición de agravio inspirada por los islamistas, ¿por qué esperaría algún apoyo del gobierno?
La Sra. Wisse es miembro principal en Tikvah y autora de la biografía “Libre como Judía.”
A statue Estatua de John Harvard envuelta en la bandera palestina en la Universidad de Harvard en Cambridge, Mass., Abril 25, 2024. Foto: Ben Curtis/Associated Press
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