DEL WSJ

 ESTADOS UNIDOS ENDURECE LAS DEMANDAS SOBRE EL NUEVO LIDERAZGO ISLAMISTA DE SIRIA

La administración Trump quiere que Damasco tome medidas enérgicas contra los extremistas y expulse a los terroristas palestinos del país a cambio de un levantamiento limitado de las sanciones.

Por Jared Malsin, Michael R. Gordon y Nancy A. Youssef 

Abril 17, 2025

traducida por Marcela Lubczanski

Ahmed al-Sharaa, un ex líder rebelde, es el nuevo presidente de Siria. © ozan kose/Agence France-Presse/Getty Images

WASHINGTON—La administración Trump está amenazando con asumir una línea dura con el nuevo gobierno de Siria liderado por los islamistas, emitiendo demandas que incluyen reprimir a los extremistas y expulsar a los terroristas palestinos a cambio de un levantamiento limitado de las sanciones, dijeron funcionarios estadounidenses.

La Casa Blanca publicó una guía política en las últimas semanas pidiendo al gobierno sirio que tome medidas que involucren también garantizar el arsenal de armas químicas del país, dijeron varios funcionarios estadounidenses al tanto de la política. Estados Unidos a cambio consideraría una renovación de una estrecha exención de las sanciones emitida por la administración Biden que tuvo la intención de acelerar el flujo de ayuda al país, agregaron.

La guía refleja escepticismo entre los funcionarios de la administración respecto al gobierno de Siria, el cual es dirigido por ex comandantes rebeldes que echaron del poder al ex Presidente Bashar al-Assad en diciembre, poniendo fin a la guerra civil de 13 años del país.

No hay mención de Rusia en el esquema político, mostrando cómo la administración Trump está aliviando una presión bajo el mandato del ex presidente Biden por instar a Damasco a librarse de las bases militares del Kremlin en Siria, al menos por ahora, cuando funcionarios de Estados Unidos negocian con Moscú por un fin al conflicto en Ucrania.

"Estados Unidos actualmente no reconoce a ninguna entidad como el gobierno de Siria," dijo una portavoz del Departamento de Estado cuando se le preguntó por el aviso de política. "Las autoridades interinas de Siria deberían renunciar totalmente y reprimir al terrorismo," dijo ella también.

El gobierno de EE.UU. etiqueta al nuevo presidente de Siria, Ahmed al-Sharaa, com un terrorista, una designación de años vinculada a su pasado, en el cual él se unió a la insurgencia contra las fuerzas estadounidenses en Irak y más tarde fundó una filial de al Qaeda en Siria antes de cortar lazos con el grupo. 

La administración Biden envió a altos funcionarios a reunirse con Sharaa en diciembre y levantó una recompensa de u$s10 millones que el FBI había impuesto previamente sobre él. Pero la administración Trump parece no estar dispuesta a ir más lejos sin medidas adicionales de él y las fuerzas que él lidera. En marzo, combatientes vinculados con sus fuerzas llevaron a cabo una represión que mató a miembros de la minoría religiosa alauita en respuesta a un ataque por parte de leales al régimen de Assad.

Funcionarios de defensa de EE.UU. dijeron esta semana que el Pentágono planeaba recortar a la mitad en las próximas semanas a las aproximadamente 2,000 fuerzas estadounidenses con base en Siria y consolidar sus puestos de avanzada allí. La administración está planificando una revisión para determinar si deberían ser recortadas más fuerzas este verano. Las fuerzas estadounidenses habían estado impidiendo que Siria se vuelva un punto de apoyo para rupos extremistas tales como el Estado Islámico. 

Sharaa ha pasado años trabajando para moderar su imagen, combatiendo al Estado Islámico y prohibiendo que su propio grupo lleve a cabo ataques en el extranjero. Desde que asumió el poder, Sharaa y su gobierno han trabajado para obtener aceptación occidental e internacional, prometiendo gobernar Siria de forma inclusiva y prometiendo evitar el conflicto con Israel. En marzo él nombró un nuevo gabinete en el cual los islamistas mantuvieron el control de ministerios cruciales pero también incluyeron a miembros de grupos minoritarios y líderes de la sociedad civil.

Las apuestas son altas para Sharaa. La economía de Siria está luchando y partes de sus ciudades están en ruinas después de años de guerra en los cuales la fuerza aérea rusa y las milicias iraníes apoyaron a Assad, quien bombardeó a su propio pueblo. Estados Unidos y otros países occidentales sancionaron al gobierno de Assad en parte para castigarlo por sus atrocidades. 

Sin una marcha atrás en las sanciones estadounidenses, será difícil reconstruir Siria. La Unión Europea y el Reino Unido levantaron algunas sanciones en los últimos meses. Sin apoyo estadounidense y acceso al sistema financiero de Estados Unidos, sin embargo, Siria lucharía para pagar a los empleados de gobierno y lanzar una campaña de reconstrucción que permitiría a los refugiados regresar a casa y ayudar a evitar una reanudación de la violencia en el país.

"Hay tanta ayuda que es necesitada desesperadamente para lograr cualquiera de estas cosas y para asegurar el país, por no hablar de empezar algún tipo de desarrollo," dijo Natasha Hall, miembro principal del Center for Strategic and International Studies en Washington. "El tiempo se está agotando."

La reciente directiva política de la administración incluye algunas solicitudes similares a las efectuadas bajo la administración Biden, incluyendo trabajar con la Organización Internacional para la Prohibición de Armas Químicas para salvaguardar las armas químicas restantes del país, garantizar el uranio enriquecido altamente y nombrar un enlace para trabajar en localizar a 14 estadounidenses desaparecidos en Siria. La administración está también pidiendo al nuevo gobierno que emita una declaración pública contra los grupos yihadistas.

En una nueva solicitud, la administración quiere que Siria prohíba que los grupos terroristas palestinos operen en el país—incluyendo recaudar fondos allí—y expulse a miembros de esos grupos del país. Los grupos palestinos han estado radicados por décadas en Siria, la que ha tenido una gran población de refugiados palestinos desde 1948. Cualquier medida para expulsarlos podría establecer un enfrentamiento entre el gobierno y esas milicias.

Si Siria asume todos los pasos esbozados en la política, Estados Unidos comprometería la integridad territorial de Siria y consideraría renovar las relaciones diplomáticas y quitar las designaciones terroristas de los miembros del nuevo gobierno, dijeron los funcionarios.

En virtud de la nueva política, Estados Unidos consideraría también extender las exenciones a las sanciones existentes emitidas por la administración Biden en enero, que tenían la intención de acelerar el envío de ayuda humanitaria a Siria. El Departamento del Tesoro en enero concedió exenciones a grupos de ayuda y empresas que proporcionan suministros esenciales, incluidos electricidad, petróleo y gas natural.

La oferta no llega a una reversión de las sanciones pedida por algunos funcionarios europeos, y potencias regionales tales como Turquía y analistas en seguridad que están preocupados porque Siria podría caer nuevamente en la violencia o caer  nuevamente bajo la influencia de Rusia y otros oponentes tradicionales de Estados Unidos.

“Va a complicar mucho la situación, y en verdad sólo empujará a Siria y las nuevas autoridades a las manos de los rusos o incluso de los chinos,” dijo Benjamin Fève, un analista de investigación principal de Karam Shaar Advisory, una empresa consultora trabajando sobre la economía de Siria.

La nueva política excluye cualquier mención a Rusia, la cual lanzó una campaña de ataques aéreos en el 2015 para ayudar a mantener en el poder a Assad. Moscú está negociando para mantener su presencia militar en Siria y ha enviado cargas de notas bancarias sirias al país en un esfuerzo por mantener la influencia allí.

Dos ex funcionarios de la administración Biden dijeron que un objetivo de los esfuerzos diplomáticos de la administración con Damasco era poner fin a la presencia militar rusa en Siria, incluidas dos bases navales y aéreas cerca del Mediterráneo que son esenciales para el objetivo del Kremlin de proyectar poder.