NETILAT IADAIM.
(LAVADO DE MANOS).
Lo primero que deberíamos hacer al despertar.
En el Templo de Jerusalen, los sacerdotes se lavaban las manos antes de comenzar el servicio diario.
Cada persona es un sacerdote en el templo, que son su casa y su corazón.
Cuando el cuerpo descansa, el alma asciende a las esferas superiores para recargar energías. Solamente quedan en nuestro cuerpo las energías más básicas – las necesarias para poder continuar con las funciones corporales.
El vacío espiritual permite al cuerpo entrar en estado de impureza espiritual, llamado tumah.
Para quitarnos los vestigios de la tumah, cuando nos levantamos hacemos el lavado de manos.
Antes de ir a dormir, se preparan una jarra con agua y una palangana vacía, y se colocan al lado de la cama (no debajo).
Al despertar por la mañana, tras recitar el Mode Ani, lávese la mano derecha hasta la muñeca luego la mano izquierda, después repita el lavado, y vuelva a repetirlo. (3 veces).
Este lavado es llamado Netilat Iadaim.
Y se dice la bendición:
Baruj ata Ado-nay Elo-henu melej haolam, asher kideshanu bemitzvotav vetsivanu al netilat iadaim.
En español:
Bendito seas eterno Dios Rey del mundo, que nos has santificado con tus mandamientos y nos ordenaste el lavado de las manos.
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