jueves, 12 de junio de 2025

DE JFEED

 LEON BLUM: EL PRIMER PRIMER MINISTRO JUDIO DE FRANCIA QUE DESAFIO EL ODIO E HIZO HISTORIA

Hace 89 años, León Blum se convirtió en el primer primer ministro socialista judío de Francia, marcando el inicio de una era audaz de reformas, resiliencia y liderazgo moral frente al fascismo y antisemitismo crecientes.
traducida por Marcela Lubczanski
Por Mendy Shapiro
Junio 5, 2025

Hoy, hace 89 años, en un día de primavera en 1936, sucedió algo que no había ocurrido por 16 años en Francia y por tan solo la segunda vez en la historia: un judío, un maestro de relaciones humanas, un socialista idealista, se sentó en la silla del primer ministro de Francia. Su nombre era Léon Blum. En la corta memoria de los franceses, esto se sintió como un precedente histórico. Cuando el nuevo gobierno juró, Xavier Vallat (quien más tarde se convertiría en director de la Comisión General para Asuntos Judíos en el gobierno de Vichy) se dirigió a Blum desde el podio del parlamento y dijo: "Su ascenso al poder, Sr. Primer Ministro, es ciertamente un acontecimiento histórico. Por primera vez, en este antiguo país gálico-romano, gobernará un judío." Hasta ese momento (excepto por el mandato previo de Alexandre Millerand – acerca de quien escribiremos más adelante) – no había sucedido tal cosa. Ni en Francia, ni en Europa, ni en ningún lado en el mundo democrático.
Blum no sólo fue el primer socialista judío en encabezar un gobierno francés – él fue también un símbolo de una época. Una era de esperanza, reformas, igualdad – y especialmente una era que buscaba creer que es posible llegar a lo más alto sin renunciar a la moralidad.
El nació en 1872 en París de una familia judía adinerada inmersa en la cultura francesa. El estudió derecho, escribió críticas literarias, fue cautivado por el encanto de Jean Jaurès y del socialismo humanista. Era un socialismo de valores, no de revoluciones. De progreso a través de la cultura, no a través del fuego.
Durante el Caso Dreyfus – Blum, como judío, no pudo permanecer indiferente. El se enroló en la defensa de Dreyfus desde una postura francesa civil, pero también desde el dolor personal. El entendió el poder del odio oculto bajo la superficie – la amenaza dirigida a cada judío sólo por serlo.
En 1936, él fue electo para dirigir el "Frente Popular" – una coalición de socialistas, comunistas y radicales que trataban de presentar una visión diferente frente al lento avance de Europa hacia el fascismo. Como primer ministro, Blum lideró reformas sin precedentes: acortar la semana laboral, vacaciones pagas para los obreros, derechos de los trabajadores. Fue un breve momento de gracia.
Pero el antisemitismo – no desapareció. Al contrario. La derecha nacionalista lo atacó por ser socialista, y los antisemitas por ser judío. Pero Blum se mantuvo firme, en los principios de la república, en la libertad, en la justicia, y en Francia – como debería ser.
Durante la Segunda Guerra Mundial, él fue arrestado por el régimen de Vichy, entregado a los alemanes, y hecho prisionero en Buchenwald. El sobrevivió – y regresó a Francia después de la liberación. El sirvió nuevamente como primer ministro en 1946, pero el mundo había cambiado, y Blum – de 74 años de edad – ya era una figura del pasado, más que un símbolo del futuro.
Léon Blum murió en 1950, pero no antes de contribuir enormemente no sólo con Francia, sino también con su pueblo. Empezando en 1919, él adquirió un fuerte interés en el Sionismo, y en 1927 se unió al comité pro-sionista "France–Eretz Israel." En 1928 se unió al "Comité Socialista Internacional para Eretz Israel." En 1929 se unió a la Agencia Judía. En mayo de 1948, en la víspera del final del Mandato Británico, dos prominentes líderes de Mapai, Eliezer Kaplan y Yosef Sprinzak, viajaron para consultar con Blum acerca de si declarar el establecimiento del estado, como quería David Ben-Gurion, a pesar de la fuerte oposición del Departamento de Estado de Estados Unidos. Blum les dijo: "Esta es una oportunidad histórica que se da una vez en la vida. Si no toman el riesgo ahora, tal oportunidad podría no llegar nuevamente."
Su figura tuvo un lugar de honor en la memoria israelí. El kibbutz Kfar Blum en el dedo de la Galilea fue nombrado por él, tanto como muchas calles en ciudades de Israel, incluidas Tel Aviv, Haifa, Jolón, Petaj Tikva, Kfar Saba y Lod. El 17 de abril de 1996, el Servicio Filatélico emitió una serie de seis sellos postales llamada "La Contribución de los Judíos a la Cultura Mundial," presentando retratos de seis judíos que sobresalieron en sus logros y contribución a la humanidad en varios campos y que nacieron y estuvieron activos en países extranjeros – uno de ellos fue Léon Blum.
Léon Blum fue un hombre que mostró que un judío puede llegar a lo más alto – sin perderse. Que la humanidad y postura moral no son debilidad. Que ser un judío y ser una persona – son una misma cosa.
Léon Blum, before 1945 background
Léon Blum, before 1945
צילום: wikipedia

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