jueves, 10 de febrero de 2011
El asesinato de hariri
Por George Chaya
Desde el punto de vista de la legalidad internacional y la observancia de la justicia no será un accionar afortunado, mucho menos una decisión positiva para el futuro del país que el nuevo gobierno libanés encabezado por el PM Najib Mikati acate la demanda de Hezbolá de cesar la cooperación con la tarea que lleva adelante el Tribunal Especial para el Líbano (TEL) en relación al crimen del ex PM Rafik Hariri, quien fue asesinado por medio de coche bomba en Beirut en febrero de 2005. Menos aun cuando información que ha trascendido del Tribunal indica que investigadores internacionales y jueces libaneses han identificado unos 20 teléfonos móviles utilizados en la planificación del crimen y cuya titularidad se corresponde con altos funcionarios de una “unidad operativa especial” del Partido de Dios.
Si esto es cierto, entonces quedara demostrado que la posición que demando y exigió Hezbolá todos estos años de ser considerado un partido político legítimo y no como un grupo terrorista como lo sindican varios gobiernos occidentales quedaría expuesta como una gran falsedad. Esta es la única razón por la que Hezbollah coloco a Mikati en el cargo para suplantar por medio de un Golpe de Estado a Saad Hariri (hijo del asesinado Primer Ministro) quien junto a su gobierno de coalición estuvo a punto de publicar los resultados del Tribunal.
Para infortunio de la democracia libanesa, los muchos intereses de Occidente jugaron un papel preponderante para no detener el golpe de Estado contra Saad Hariri y su gobierno. Así es que se arribó a la crisis y la situación actual con un Hezbolá que está armado y financiado por Irán, este grupo ya ha provocado una guerra con Israel cuando atacó su frontera norte en Julio de 2006. Y lo más probable es que lo haga nuevamente cuando tenga el control total del gobierno libanés, con la diferencia que esta vez será capaz de utilizar miles de nuevos cohetes y misiles iraníes que han sido introducidos de contrabando en el sur del Líbano a través de la frontera Siria.
Una nueva guerra entre Israel y el Líbano es la última cosa que desean los libaneses y ello debería ser motivo de especial y superior preocupación de Occidente en un momento en que el principal foco de los esfuerzos es mantener la paz y la estabilidad en Oriente Medio. De allí que una buena acción para evitar la siguiente ronda de hostilidades sería publicando las conclusiones del Tribunal Especial de Naciones Unidas para llevar ante la justicia a todos los responsables del asesinato de Hariri.
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