domingo, 6 de febrero de 2011

FALTA UN INSTANTE DE VERDAD

Por David Horovitz

En lugar de negar las acusaciones de buscar un acuerdo de paz viable, Abbas debe decirle a su gente que eso es exactamente lo que él y sus negociadores han estado haciendo.

Qué vergüenza dan los analistas y comentaristas enfurecidos en Al-Jazeera y The Guardian.
Y aprendan a vivir con eso, palestinos. Estas son sus vidas y las nuestras. Este es su futuro y el nuestro.
Potencialmente, este podría ser el momento de la verdad - de la torpe, difícil de tragar, inevitable verdad. Su momento 1948 retrasado por décadas, el comienzo de su internalización reacia que esta pequeña, gloriosa, ensangrentada tierra está destinada a ser compartida.
Fue esa conciencia la que llevó al liderazgo pionero sionista, atormentado por el debido renacer del estado judío, a aceptar a regañadientes una partición de la Palestina del Mandato que tenía intención de crear una entidad judía y una árabe soberanas una al lado de otra. Aquellos que los representaron a ustedes, optaron por creer que la entidad soberana judía naciente podría ser estrangulada al nacer. Este, ahora, podría ser el momento en que ustedes finalmente comiencen a moverse más allá de la catástrofe "Nakba" que ustedes y los que hablaban por ustedes ayudaron a acaecer sobre ustedes, y que ha llevado a conflictos intermitentes y hostilidad implacable hacia el estado judío desde entonces.
LA RESPUESTA hasta ahora ha sido cualquier cosa menos alentadora. Hasta la fecha, la publicación de los "documentos de Palestina" está resonando precisamente en la forma en que los extremistas desean. Está posicionada exactamente para causar los estragos que el sistema de alimentación de furia de la redacción de Al-Jazeera, The Guardian y más allá están buscando causar.
Los titulares y los análisis han colocado los giros más transparentemente rechazadores sobre estos documentos de negociación filtrados. De Al-Jazeera, por ejemplo, hemos encontrado titulares como: "La Autoridad Palestina vendiendo a los refugiados", "Qurei a Livni: 'Yo votaria por ti'", y "Furia mientras los documentos muestran que los negociadores estaban dispuestos a entregar los barrios palestinos."
Al-Jazeera también llevó esta apertura espectacular tendenciosa a un artículo aparentemente de noticias: "La Autoridad Palestina (AP) ha demostrado su voluntad operativa de cooperar con Israel para matar a su propio pueblo, indican los Documentos de Palestina." Y este subtítulo inflamatorio en otro : "Para Al Fatah, el proceso de Annapolis parece haber sido tanto acerca de aplastar a Hamas como de terminar con la ocupación israelí."
Por su parte, The Guardian establece el tono del día con la leyenda: "Archivos secretos revelan la muerte lenta del proceso de paz en Medio Oriente", al mismo tiempo dando a entender su desaprobación de la clase de compromiso que en realidad podría facilitar un proceso de paz con titulares como "Documentos revelan cómo los líderes palestinos entregaron su lucha por los refugiados."
Tituló su edición del miércoles con "Documentos de Palestina revelan que el MI6 elaboró plan para ofensiva contra Hamas" - como si hubiera algo desfavorable en que los servicios de inteligencia británicos ayuden a hacer frente a una organización terrorista que mata a civiles israelíes y palestinos. Ese mismo día publicó un artículo comentario del portavoz de Hamas, Osama Hamdan, dándole una plataforma mundial para afirmar: "La causa palestina ha sido traicionada. Pero no más ... Estos negociadores títeres han actuado como instrumentos para la represión de sus pueblos. Nosotros en Hamas debe retomar la iniciativa." El propagandista de Hamas siguió declarando que los líderes de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, Qurei Ahmed y Saeb Erekat, "estaban haciendo ofertas que, de haber sido aceptadas por los israelíes, hubieran representado el mayor acto de traición a la patria en la historia de la región."
Proporcionando una plataforma para escritura cargada de hostilidad hacia Israel, y por extensión hacia la jerarquía de Abbas por comprometerse con nosotros, estos medios de noticias parecen estar haciendo todo lo posible para mostrar en buena forma a Hamas, enfatizando la narrativa de la traición a su pueblo supervisada por Abbas.
El público árabe, y más relevantemente los palestinos, están siendo alentados por aquellos manipulando estas filtraciones para levantarse en indignación sobre las chispas de la moderación, la buena voluntad, la disposición para el compromiso que deben ser encontradas entre las posiciones de línea dura adoptadas por Abbas y sus colegas en sus contactos con sus interlocutores israelíes y norteamericanos.
Arrastrados por las olas de la ira inspiradas por Al-Jazeera, los palestinos pueden elegir levantarse contra Abbas - por el delito de haber reconocido los derechos fundamentales "ilógicos" y la inviabilidad de la demanda hasta el momento sacrosanta de un "derecho al retorno" destructor del estado judío. Ellos pueden etiquetar a Erekat como un traidor por el crimen de la disposición para reconsiderar la insistencia previamente inflexible de la soberanía palestina sobre el Monte del Templo.
Y quién sabe, si el oprobio se eleva a alturas suficientes, Abbas, de hecho podría decidir que ha tenido suficiente. Erekat, de hecho podría concluir que el papel de negociador en jefe es uno ingrato, y una tarea cada vez más peligrosa. Entonces los formadores de opinión de Al-Jazeera y más allá, los opositores en todas partes, podrían regocijarse en la demolición de estas esperanzas incluso débiles de arreglo, y la región podría regresar a su rutina más familiar de violencia, terrorismo y guerra.
PERO LOS Documentos de Palestina ofrecen esa otra vía, la vía constructiva también.
Si el público palestino lo quiere, si sus dirigentes tienen las agallas, y si lo que queda del llamado liderazgo árabe moderado en otras partes de la región puede dejar de lado la hipocresía y encontrar la fuerza para apoyarlos, este episodio podría generar una sobriedad sin precedentes. Podría marcar el comienzo de la internalización honesta entre los pueblos de esta región que los judios tienen derechos soberanos aquí - y que las exigencias maximalistas para el "derecho al retorno", para cada pulgada de territorio en disputa, para el control indiscutible de todos los lugares sagrados, simplemente no va a funcionar.
Que si va a haber un estado palestino, será necesario un compromiso palestino dramático. Y que Abbas y Qurei y Erekat, con todo lo que
sus demandas caen muy lejos de lo que incluso los negociadores más moderados de Israel han podido considerar para vivir con ello, han estado sirviendo a la causa de la independencia y el estado palestinos en comenzar a lidiar con los compromisos requeridos.
"La gente sigue diciendo que nosotros no perdemos la oportunidad de perder una oportunidad", dijo Erekat al enviado de EEUU, George Mitchell, en una reunión filtrada de octubre de 2009. "Bueno, hay una oportunidad aquí. - Una oportunidad para que la Autoridad Palestina diga las verdades al público palestino, y al mismo tiempo eleve su credibilidad entre el público israelí. Pero la Autoridad Palestina está dando todos los indicios de despreciarla.
Desde el punto de vista israelí, los Documentos de Palestina, a menudo hacen la lectura deprimente. Las concesiones escandalosas por las cuales Abbas y sus colegas supuestamente traicioneros estan siendo tan castigados por sus críticos son bastante difíciles de identificar.
Las transcripciones más bien muestran un liderazgo palestino que considera que casi todo compromiso por su parte ha sido completado en su aparente tolerancia a regañadientes de una Israel en sus líneas anteriores a 1967. Sus posiciones no muestran la notificación de las reclamaciones judías a Judea y Samaria, y escasa conciencia del hecho que las preocupaciones de seguridad israelíes se han elevado por décadas de conflicto - incluso en períodos anteriores a que los territorios fueran capturados - y por el impacto del recurso estratégico palestino al terrorismo en la segunda intifada.
Si son precisas, además, estas transcripciones niegan la creencia convencional que los detalles de un acuerdo permanente son esencialmente claros, y que todo lo que se necesita es la mutua voluntad de firmar sobre ellos y proceder a su aplicación. En realidad estos documentos indican que los detalles no estan claros después de todo.
Contrariamente a la sensación generalizada en Israel que la Autoridad Palestina se reconcilió con una expansión de la soberanía israelí en Cisjordania, que abarcaría los bloques de asentamientos importantes, resulta que los negociadores palestinos ciertamente no aceptaron la idea de la soberanía israelí en Ariel y Kedumim , o incluso Ma'aleh Adumim y Efrat, por tal caso. Del mismo modo, la convicción que si Israel fuera a revertir su pretensión soberana sobre los barrios árabes en la anexada Jerusalem oriental, los palestinos reconocerían la soberanía israelí en los barrios judíos de la ciudad posteriores a 1967 es destrozada por la negativa palestina, documentada en los documentos de negociación, a aceptar la soberanía israelí en Har Homah.
Los palestinos no están insistiendo en el 90, 94 o 98% del territorio. Ellos quieren un irredento 100%, incluida Jerusalem oriental. Un retorno a las líneas anteriores a 1967. Y están dispuestos a contemplar ajustes - intercambios de tierra - en un máximo de sólo el 1,9% del total de Jerusalem oriental y el área de Cisjordania, que es menos de un tercio del mínimo que exige Israel, y objeto de complejas provisiones.
Las dos partes, como se revela en estos documentos, están muy, muy alejadas en los temas centrales de demarcación de fronteras, los asentamientos y Jerusalem. Las diferencias parecen menos graves en materia de seguridad, y hay motivos de aliento en lo que se refiere al "derecho al retorno" - en particular con la citada declaración de Abbas de Marzo de 2009, a sus propios colegas, que "en el número de refugiados, no es lógico pedir a Israel que tome 5 millones o siquiera 1 millón - eso significaría el fin de Israel." Sin embargo, en esa misma reunión, Abbas pasó inmediatamente a decir que Israel, "dijo 5000 en 5 años. Esto es aún inferior a la reagrupación familiar y no es aceptable."
Teniendo en cuenta que incluso la líder de la oposición y ex negociadora de Kadima, Tzipi Livni, se mantuvo firme, incluso en su reciente entrevista conmigo en estas columnas, en que ni un solo refugiado palestino sería permitido en Israel, sobre esta cuestión, también, está lejos de ser claros que los abismos entre las respectivas líneas rojas puedan ser achicados.
Cuando ustedes consideran que las sesiones documentadas en los Documentos de Palestina marcan la culminación de años de interacción, y que la mayoría de las negociaciones documentadas tuvieron lugar entre lo que son ampliamente vistos como los líderes moderados sin precedentes Abbas y Olmert, las perspectivas de progreso sustancial parecen sombrías, casi una causa perdida. Este es aún más el caso dada la convicción del actual Primer Ministro Binyamin Netanyahu que él puede manejar una mejor negociación territorial para Israel.
Un pequeño consuelo es que, a pesar que ellos se clavan en sus posiciones, ambas partes reconocen en estas sesiones que no desean que la causa se pierda. Otro es que, sobre la base de estas revelaciones, está claro que Abbas, a diferencia de Arafat, no está trabajando clandestinamente mano a mano con Hamas.
AÚN MÁS desalentadora que las brechas de negociación que revelan estos documentos, sin embargo, es la naturaleza de la respuesta de la jerarquía de Abbas a la crítica cínica y extremista que estos han despertado. La Autoridad Palestina ha llamado a la publicación de los documentos una "conspiración" destinada a desacreditar y finalmente derrocar a la administración de Abbas - que bien puede ser el caso. También, sin embargo, etiquetó alternativamente el contenido como inventado y distorsionado con el propio Abbas afirmando que algunas de las posiciones atribuidas a los negociadores palestinos en las transcripciones fueron en realidad las propuestas israelíes.
Si ese es el caso, si Abbas no están detrás de los pasos limitados hacia la moderación atribuidos a sus negociadores, entonces la causa de la negociación está perdida, en efecto. Pero si ese no es el caso, entonces la dirección de la Autoridad Palestina está fallandose a sí misma y a su pueblo con sus negaciones y confusiones.
La falla más problemática de Abbas, desde que sucedió a Yasser Arafat, ha sido su incapacidad o renuencia a cambiar la actitud hostil del
público palestino a casi todo aspecto de Israel. En el año 2000, Arafat afirmó con precisión al presidente Clinton que si el aprobaba el acuerdo debatido con Barak, estaría firmando su propia sentencia de muerte. Fue el propio Arafat, sin embargo, quien había promovido el clima de hostilidad, a través de la duplicidad perpetuando una narrativa que ridiculizó milenios de historia de la nación judía en esta tierra - ridiculizó, por ejemplo, la noción que un templo judío había existido alguna vez en Jerusalem. Abbas ha perpetuado este gran engaño. Hace pocas semanas, su Autoridad Palestina aprobó otro "estudio" que niega los vínculos judíos al Muro Occidental.
Al negarse a poner de relieve a su pueblo la legitimidad de los reclamos judíos aquí, y por lo tanto el imperativo del compromiso, el alienó a muchos de los israelíes moderados, y quedó vulnerable a la condena histérica que Al-Jazeera está ahora liderando. Por qué estuviste haciendo concesiones a aquellos ilegítimos judíos, están preguntandole ahora. Y la tragedia se agrava mientras el responde, en efecto, "No hubo tales concesiones" en vez de contestar "Porque los judíos tienen derechos aquí."
En vez de negar las acusaciones de traición porque supuestamente buscó un acuerdo viable sobre el problema de los refugiados, las fronteras, Jerusalem, Abbas debe decirle a su gente que, sí, eso es exactamente lo que él y sus negociadores han estado haciendo. Que, muy malo, los judíos también tienen realmente reclamos soberanos aquí. Que por desagradable que sea de escuchar, va a tener que haber un compromiso territorial.
Que mientras su gente insista en el "derecho al retorno", nunca ganarán el derecho a la estatalidad. Que son aquellos que rechazan chillonamente toda conversación de compromiso los que mantienen a los palestinos lejos de la independencia. Que es la conducta de estos opositores la que es traicionera.
En estos primeros días febriles de los documentos de Palestina, Abbas y sus colegas han vuelto a caer en una actitud defensiva, evidentemente creyendo que la conservación propia requiere apaciguar las voces extremistas. Lo que se necesita es todo lo contrario. Lo que se necesita es que Abbas se pare y no sólo apoye públicamente los movimientos de detención de sus negociadores realizados en las salas de negociación, sino que indique una disposición para los compromisos más amplios que verdaderamente facilitan un acuerdo. Luego, además, tendría la posición para argumentar con el minuciosamente conflictivo público israelí - que en su mayoría quiere un acuerdo y en gran medida duda de la capacidad de Abbas para construir uno - que Netanyahu no está siendo lo suficientemente próximo.
A cualquier riesgo personal, en los intereses más amplios de su pueblo y el nuestro, Abbas podría sacar capitalizar las revelaciones de los Documentos de Palestina, y, finalmente, explicar a su pueblo los compromisos necesarios para su independencia. Qué irónico y extraordinario sería si la publicación de los textos diseñados para derribarlo fueran utilizados en su lugar por Abbas para decir a los palestinos de una vez por todas, donde se encuentran sus verdaderos intereses, y actuar de acuerdo con ellos.
Qué valiente sería. Cuan trágicamente improbable.

Fuente: The Jerusalem Post- Este artículo fue traducido especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.

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