viernes, 11 de febrero de 2011

Perasha Tetzavé‏

Horario (Bs As) Encendido Velas de Shabat 11/Feb/11 19:36 Hs. - Motzaei Shabat 12/Feb/11 20:30 Hs.

Perashat Tetzavé

BS"D

LA DESAPARICIÓN DE MOSHE RABENU

Si observamos bien, en esta Perashá no figura el nombre de Moshé Rabenu. Hay otras Perashiot en las que tampoco figura su nombre, pero es porque todavía no había nacido, o porque se refiere a las palabras de HaShem que van dirigidas a todo el Am Israel en su conjunto. En cambio aquí, HaShem le habla a Moshé Rabenu directamente, y la omisión de su nombre es a las claras intencional.
Uno de los motivos es que, por lo general, La Parasha Tetzavé cae en la semana que se conmemora el fallecimiento de Moshé Rabenu (el 7 de Adar). Moshé desaparece del Séfer Torá por una Perashá, para recordarnos la desaparición de este mundo del más grande Maestro.
(HaGaón MiVilna – Kol Eliahu – Tetzavé)



CUIDATE DE LO QUE HABLAS,
¡AUN CUANDO TE REFIERAS A TI MISMO!

El motivo más conocido por el cual no figura en esta Perashá el nombre de Moshé obedece al episodio de la adoración del becerro de oro. Cuando el An Israel cometió dicho pecado, HaShem iba a exterminarlos a todos, y Moshé le pidió: “Bórrame de Tu Libro que escribiste si es que no los perdonas”.
Y así sucedió. El nombre de Moshé no fue eliminado totalmente de la Torá, pero sí de una Perashá en la que tenía que haber sido mencionado.
De aquí se aprende que la maldición de un Jajam, aun cuando es condicionada, y aun cuando es sobre sí mismo, se cumple. Y por lo tanto la persona debe cuidarse mucho en este aspecto, de no sacar de su boca ningún insulto o maldición sobre sí mismo. Porque existen muchos que suelen jurar diciendo: “Si miento (o si no cumpliré mi palabra), ¡que HaShem se tome venganza sobre mí…!” Y como éstas, muchas otras frases que no se deben pronunciar, pues aunque se esté diciendo la verdad, a veces sucede lo peor.
Como lo ha dicho David HaMelej en el Tehilím (Cap. XXXIX): “Cuidaré mi forma de pecar con mi lengua. Trataré de mantenerme callado, toda vez que el malvado esté frente a mí”. Lo que quiso decir David HaMelej es que la persona no debe sacar nada malo de su boca, porque existe un ángel perjudicial a su lado que, aprovechando el momento, puede realizar sus palabras y volcarlas en su contra.

(Sha-aré Aharón VI 836)

¡EL AM ISRAEL ES ACEITE PURO DE OLIVA!



En esta Perashá, HaShem instituye la Mitzvá (Precepto) de que Aarón, y todo Cohén Gadol (Sumo Sacerdote Hebreo) que lo suceda, encienda la Menorá (Candelabro de siete brazos) en el Mishcán (Tabernáculo) primero, y en el Bet HaMikdash (Templo Sagrado) después.

Cada día, la Menorá se preparaba y se encendía. Las llamas de los costados (tres a la derecha y tres a la izquierda) se inclinaban hacia la llama del medio, y la llama del medio, denominada “Edut” (Testimonio), se inclinaba hacia el occidente, como “señalando” el Kódesh Hakodashim (el más Sagrado de los Lugares Sagrados del Bet Hamikdash). ¿Y por qué esa llama se denominaba “Edut”? Porque atestiguaba, frente a todo el mundo, donde HaShem escogió Su Morada. Cuando el Am Israel se conducía de manera correcta, se producía un milagro y esa llama ardía permanentemente, sin necesidad de que el Cohén Gadol tenga que encenderla.

La mayoría de la gente acostumbra a utilizar el mejor aceite para cocinar y, para encender la luz, se sirve del de más baja calidad. En el Bet Hamikdash se procedía al revés. El aceite más refinado se usaba para encender la Menorá, y el otro se ocupaba para los sacrificios. ¿Y por qué se escogió el aceite de oliva, de entre todos los demás aceites? Los motivos son varios:

1.
El aceite de oliva se obtiene machacando duramente la aceituna, y con éste se enciende la luz de la Menorá, que simboliza la Torá. Todo esto es para decirnos que el estudio de la Torá se adquiere sólo después de mucho sacrificio.
2.
La aceituna, antes de ser machadas, es amarga. Luego el aceite obtenido tiene un agradable sabor. Iguales son los Tzadikim (Justos, Devotos). Al principio, la vida de ellos es amarga, pero después gozan de la tranquilidad y la dulzura de las Mitzvot de la Torá.
3.
El aceite se parece al Am Israel: Cuando se lo coloca en un mismo recipiente con otro líquido, permanece siempre arriba y sin mezclarse. Los Yehudim conviven con otros pueblos, pero no se asimilan, y mantienen su altura espiritual...
4.
El Am Israel fue comparado al aceite de oliva. Porque sólo después de exprimir y moler la materia prima, se obtiene el resultado satisfactorio. Igual es el Pueblo Judío: Al soportar sufrimientos y persecuciones, es cuando muestra su nobleza. Se dirige a Su Creador y Él lo libera y lo protege. Los demás pueblos del mundo, cuando sufren, se someten y bajan los brazos. Para el Iehudí los sufrimientos ejercen una acción fortalecedora. Los sufrimientos pueden debilitar su físico, pero endurecen su espíritu y su ideología. El aceite de oliva de la Menorá, primero se trituraba y después producía luz. El Iehudí no se apaga con los padecimientos, sino todo lo contrario: Lo enciende y lo mueve a la reflexión: lo conduce a la Luz de la Torá.

(Extraído de Hakéter BaTorá – Mitzvat Asé 25)


EL MÁS GRANDE SUFRIMIENTO ES

EL VER SUFRIR AL PRÓJIMO

Está escrito en el Tehilim (Salmos III:2): “¡HaShem! ¡Mis sufrimientos cada vez son más grandes..!

Cada persona sufre según la pureza de su alma. Hay quien sufre porque recibe sobre sí dolores y problemas. El que posee un alma más pura, sufre por lo que sufren sus hijos; sus padres; sus compañeros; sus vecinos... Hay quien se encuentra en una categoría espiritual más elevada todavía: es el que sufre más por el sufrimiento de la gente de su ciudad, o de su país, que por los de sí mismo. Y el más grande de todos, es el que sufre por los sufrimientos del mundo entero, in importarle la situación en la que él se encuentra.

Cada Iehudí debe sentir angustia, más por los demás, que por uno mismo. Y si preguntamos: ¿Cómo es posible soportar tantos sufrimientos, si apenas la persona puede con los suyos? La respuesta es que cuando la persona sólo piensa en sí misma, un solo sufrimiento puede vulnerarla. En cambio, cuando la persona piensa en los demás, su alma se fortalece en proporción a la cantidad de gente por la cual se preocupa. En este caso, se sufre más, pero se pide por ellos y, gracias a la Plegaria, tarde o temprano, las tribulaciones desaparecen...
(Rab Najman MiBreslev. Likute Moharan 211)


EL AMOR AL PRÓJIMO EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN

Los alumnos de Rab Itzjak MiVorki tenían una duda respecto a la interpretación de un párrafo del Talmud y sé dirigieron a su maestro para que les explique. Le dijeron:

1.
Está escrito en la Guemará (Masejete Meguilá 28.) Que el Rabí Zera gozó del privilegio de vivir muchos años. Cuando le preguntaron cuál fue el mérito que le otorgó larga vida, Rabí Zerá respondió: “Jamás me alegré con el sufrimiento de mi compañero”. Lo que no entendemos, Rabí, es que novedad contestó Rabí Zerá. ¿En dónde reside su grandeza? ¿Acaso existe algún Yehudí que pueda alegrarse cuando su compañero sufre?
2.
Lo que Rabí Zerá nos enseñó con sus palabras, es mucho más profundo de lo que se entiende a simple vista –respondió el Rab a sus alumnos-. Él dijo que toda la alegría que sentía en cualquier momento quedaba totalmente anulada cuando se enteraba que había un Yehudí que estaba sufriendo. ¡Tanto se identificaba Rabí Zerá con el Am Israel, que su alegría se transformaba en sufrimiento cuando sabía que algún iehudí tenía problemas! Ese aspecto –concluyó Rabí Itzjak Mivorki su explicación- hablaba de la grandeza Rabí Zerá y por eso HaShem lo premió con muchos años de vida...

Rabí Itzjak miVork fue uno de los ejemplos más acabados de cómo se debe cumplir y sentir el Pasuk que dice: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, el cual, según Rabí Akiba, es la base de toda la Tora. Él no amaba a los demás como si mismo. La siguiente anécdota lo confirma:

Cierta vez entró a su negocio, en la mañana, y comprobó que la noche anterior algún ladrón había entrado para robarle una gran parte de lo que allí guardaba. Sin inmutarse, acomodó lo poco que quedaba, y se puso a trabajar como de costumbre.
Por lo visto, el ladrón no quedó satisfecho con su botín, porque el día siguiente, cuando el Rab fue a abrir nuevamente, vio que su negocio estaba totalmente vacío, violado de la misma manera que la noche anterior. De los ojos de Rabí itzjak MiVorki se notó el brillo de unas lágrimas.
-Bueno, papá –trató de consolarlo su hijo- HaShem así lo dispuso, y con Su ayuda nos repondremos...
-Seguro, hijo. Eso no me importa. Sólo que me vino a la mente ak kadrñ que hizo todo esto.
-¿Acaso le guardas rencor..?
-¡Al contrario! –respondió el Rab- Él es solamente un enviado de HaShem. Lo que estoy pensando es en el sufrimiento del pobre hombre. ¡Hace dos noches que no duerme..!
(Hakéren Kayemete Leolam Habá – Ahabat Israel)”



Extraído de “HAMAOR”; Páginas 99 – 101).-

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