Por Robbie Sabel
El derecho Internacional estipula dos normas para determinar el dominio sobre la tierra: la transferencia de un territorio de un soberano a otro y los derechos a la determinación de la gente viviendo en el. Y ahi reside el problema...
Israel no es probable que pida siempre que un tribunal internacional o arbitro decida la cuestión legal en cuando a quen tiene derechos soberanos en Cisjordania. Los países no presentan temas de fundamental importancia nacional a la adjudicación internacional. Sin embargo, tanto Israel como los palestinos tratan y refuerzan sus posiciones de negociación apoyánsose firmemente en el derecho internacional.
Los argumentos y contra-argumentos jurídicos son relevantes debido a que la disputa palestino-israelí se juega en el escenario mundial con otros países y las Naciones Unidas en calidad de mirones. No es necesario decir, una posición promovida por una parte que es vista como ilegal según el derecho internacional no recibirá el apoyo de la comunidad internacional.
Un reclamo del derecho al territorio en el derecho internacional moderno ha de fundarse en una de las dos bases. O bien el territorio tuvo que haber sido transferido por un soberano anterior, o la otra prescripción se aplica, lo que significa que el estado ha estado aplicando pacíficamente sus derechos soberanos en el territorio durante un largo período y otros posibles estados reclamantes-han aceptado dicha aplicación de la soberanía . Una tercera regla es que la población de los territorios no autónomos tienen derecho a la autodeterminación. No ha habido aquiescencia internacional para el dominio israelí en Cisjordania así que los dos factores determinantes son si hubo una transferencia de la soberanía de un estado soberano anterior y la norma de la libre determinación.
El quid del reclamo de derecho Israel es que el único soberano reconocido anterior soberano de Cisjordania era el Imperio Otomano. Al final de la Primera Guerra Mundial, los otomanos renunciaron a sus derechos en favor de Francia y Gran Bretaña, los aliados victoriosos. En 1922 los aliados acordaron que Gran Bretaña administrara la totalidad de Palestina, de conformidad con el Mandato del Consejo de la Liga de las Naciones que pedía por el establecimiento de un hogar nacional judío en Palestina. El preámbulo del mandato declaraba que "ha sido dado por lo tanto reconocimiento a la conexión del pueblo judío con Palestina y con las bases para reconstruír su hogar nacional en ese país."
Los términos operativos declaraban, "el mandatario será responsable de colocar al país en tales condiciones políticas, administrativas y económicas que aseguren el establecimiento del hogar nacional judío ... y también de la protección de los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina, independientemente de su raza y religión." El mandato se refirió a los derechos políticos del pueblo judío pero a los derechos civiles y religiosos de la población árabe local. El contexto para esta distinción fue la idea que los árabes estarían ejerciendo derechos políticos en los nuevos estados árabes limítrofes con Palestina, mientras que Palestina iba a ser diseñada como futuro hogar nacional judío. El documento estipulaba que la Autoridades del Mandato Británico "facilitarían la inmigración judía en condiciones adecuadas" y fomentarían "el asentamiento de judios en la tierra, incluyendo tierras estatales y tierras baldías." El mandato de 1922 excluyó el área que ahora es el Reino de Jordania. Sin embargo, el área de Cisjordania fue incluida. Por lo tanto, el derecho internacional reconoció que el derecho del pueblo judío a establecer un hogar nacional judío era también aplicable al área de Cisjordania.
Hoy en día sin embargo, Cisjordania no es considerada una parte integral de un estado existente. La mayoría de la población de Cisjordania son árabes palestinos, que en virtud del derecho internacional moderno tienen el derecho de autodeterminación.
De ello se deduce que hay dos demandas de derechos en conflicto. Si es alcanzado un acuerdo para establecer un estado palestino, se le pedirá a Israel renunciar a reclamaciones legales de derechos en Cisjordania y aceptar el derecho a la autodeterminación de los palestinos que viven allí. Israel lo hará así con el conocimiento que está tomando una decisión política de renunciar a sus propios derechos con el fin de lograr una solución política al conflicto. La frontera tendrá que ser negociada y es razonable que Israel exija que los palestinos tengan que aceptar el derecho judío a la autodeterminación en el Estado de Israel.
El autor enseña derecho internacional en la Universidad Hebrea y es un ex asesor jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Fuente: Jerusalem Post Magazine- Este artículo fue traducido especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba
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