Las fuerzas de seguridad israelíes se encuentran en estado de alerta y reforzaron sus efectivos por la celebración del Día de Jerusalén, con marchas multitudinarias que atraviesan la parte este de la ciudad, conquistada en 1967.
"Hemos tomado medidas generales de seguridad en la ciudad, para hacer frente al elevado número de participantes en las marchas de hoy", dijo el portavoz de la Policía Miky Rosenfeld.
A lo largo de la jornada, más de 3.000 agentes de distintas ramas (la Policía de Fronteras, la Policía Nacional, unidades especiales y voluntarios), vigilan que las actividades festivas transcurran sin incidentes, agregó el portavoz policial.
Esta mañana, un centenar de personas participaron en la marcha del Movimiento de Fieles del Monte del Templo y la Tierra de Israel,de extrema derecha, desde Ammunition Hill hasta el Muro de los Lamentos (Kotel Hamaraví o Muro Occidental), atravesando el barrio árabe de Sheij Yarraj, donde grupos palestinos, organismos no gubernamentales y partidos de izquierda han entablado un conflicto con residentes judíos que se han mudado a una vivienda.
El acto principal del día tiene lugar, en el conocido como "desfile de las banderas" en el que se espera que unas 30.000 personas marchen desde un punto de la línea verde (que separa el
este del oeste), hasta la vieja ciudadela amurallada, a la que accederán por dos puertas: la de Yaffo y la de Damasco.
Esta segunda marcha también atravesará el barrio de Sheij Yarraj, para simbolizar la unidad e indivisibilidad de la ciudad.
Tras la Guerra de los Seis Días contra Jordania, Siria y Egipto, en 1967, Israel conquistó la parte oriental de Jerusalén, que incluye la Ciudad Vieja, donde se encuentran algunos de los principales lugares sagrados para el judaísmo, el cristianismo y el islam: el Muro de los Lamentos, la Explanada de las Mezquitas y el Santo Sepulcro.
Años más tarde, en 1980, aprobó la Ley de Jerusalén, por la que se anexionó la parte oriental (donde residen en la actualidad unos 240.000 árabes), y declaró Jerusalén la capital "eterna e indivisible" del estado judío.
La comunidad internacional no reconoce la anexión ni la capitalidad de Jerusalén, por lo que todas las embajadas extranjeras se encuentran en la ciudad mediterránea de Tel Aviv.
Jerusalén es uno de los puntos centrales del conflicto israelopalestino y la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) reclama la parte este como capital de su futuro estado.
Sin embargo, en las encuestas revelan que la gran mayoría de la población árabe de Jerusalén prefiere seguir viviendo bajo soberanía israelí. EFE y Aurora
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