domingo, 5 de junio de 2011

A un año de la flota: lecciones y sorpresas


Ron ben Yishai

Debemos reconocer, con dolor y honestidad, que la flota turca de hace exactamente un año fue un rotundo éxito, desde el punto de vista de sus organizadores, de Hamas y los palestinos residentes en la Franja de Gaza. La violenta provocación marítima, de la que participaron 8 barcos y casi mil activistas pro-palestinos, en especial de Turquía y Europa, no logró romper el bloqueo marítimo impuesto por Israel sobre la Franja. Sin embargo se cobró la vida de nueve activistas turcos y dejó algunas decenas de heridos.La organización IHH, que contó con el respaldo por parte del gobierno turco, logró propiciarle a Israel un daño moral, estratégico, político y una pesada imagen. El público israelí miró, con asombro junto al resto del mundo, cómo atacaban a los combatientes, heridos y desvalidos del comando israelí de las FDI; y cómo la cooperación estratégica, de largos años, con Turquía se vio golpeada y, su lugar, fue ocupado por la hostilidad estratégica, por parte de Ankara. Hacia Israel fluyó una ola de condenas que la aísla en el contexto internacional y, el Secretario General de Naciones Unidas, conformó una comisión investigadora. Turquía desató una campaña política agresiva que continúa, en nuestra contra. Ni que hablar de la dramatización de los debates en la Comisión Turkel en la que, los dirigentes del mando político y militar, impusieron a la responsabilidad de la operación del asalto en medio del mar a los “vientos del cielo”.No menos grave es el hecho que, los organizadores de la flota turca, lograron imponer en la opinión del público mundial dos imágenes: la imagen de Gaza como una cárcel o campo de concentración enorme, para un millón y medio de palestinos hambrientos y enfermos, imposibilitados de reponerse a los horrores de la Operación Plomo Fundido. La otra, es la de un estado violento que actúa, con métodos piratas, en aguas internacionales contra civiles no- armados, violando la Ley Internacional.El argumento legal sobre la “Piratería” Israel logró, en parte, despejarlo con éxito por medio de la acción diplomática firme. Después de apagarse un poco la historia mediática, que acompañó a los sucesos de la flota, reconocieron la mayoría de los países occidentales el derecho de Israel a imponer el bloqueo marítimo a fin de impedir el suministro, de armas y misiles, a Hamas y sus aliados, quienes los lanzan hacia los civiles en Israel. Pero, los argumentos de Israel de ser quien suministra todas las necesidades vitales y de salud de los residentes en la Franja y de la ausencia de crisis humanitaria, cayeron en saco roto.Los datos confiables, exhibido para apoyar sus argumentos (incluidos los datos de Naciones Unidas), no fueron suficientes. Como consecuencia, el gobierno en Jerusalén se vio obligado a ceder ante la presión internacional y levantó, casi en su totalidad, la limitación de mercancías que son trasladadas a través de los cruces continentales hacia la Franja de Gaza, incluido el cemento y materiales de construcción que suelen servir a la reconstrucción del sistema de acumulación de Hamas. Todo ello sin que Hamas se vea obligado a demostrar, ni una pizca de flexibilidad en la negociación sobre la liberación de Gilad Shalit o la consideración de su situación humanitaria.Algunos sostienen, con cierta justicia, que era posible aliviar el bloqueo a la Franja aún antes de la flota dado que no era eficaz y no alcanzó su objetivo. Pero, tras la flota, Israel fue empujada a realizar ese paso y, por eso, fue registrado como una victoria política y de propaganda para Hamas y sus seguidores. Incluso Mubarak, en su momento, se vio obligado, después de la flota turca, a abrir, parcialmente, el Cruce de Rafiah, lo que abonó el camino para la total apertura del Cruce tras la expulsión de Mubarak. Pero, el efecto y la imagen que creó la flota, no pasa en presencia de esos acontecimientos. Israel es aún considerado, en especial en Europa y el mundo musulmán, como quien impone el bloqueo a los habitantes de la Franja de Gaza y en la Convención del G-8 se le exigió “aliviar” la situación de los habitantes de la Franja.No resulta milagroso que, IHH y la Free Gaza, se sientan incentivadas por su triunfo y preparen, ahora, la partida de otra flota que, según ellos, será el doble en tamaño de barcos y personas. A la luz de las lecciones de la flota anterior esperan, los organizadores de la actual, obligar a Israel a elegir uno de dos caminos: intentar frenarla a la fuerza o, por el contrario, permitirle pasar y despejar el camino para la liberación del bloqueo marítimo a Gaza. Entienden que si Israel intenta frenarla físicamente, la flota se verá obligada a implementar la fuerza; mucha fuerza.Si bien saben que, las FDI, intentarán - hasta lo máximo posible- evitar la violencia física y, por supuesto, el uso de armas para impedir una complicación con Turquía y las condenas en el mundo, esperan que, de todos modos, dada su magnitud y las sorpresas que garantizan durante la travesía, logren los organizadores de la “Flota 2 de la Libertad”, empujar a las fuerzas de seguridad de Israel a una función filmada que les proporcione lo que buscan e incentive a nuevos emprendimientos navales. Por el contrario, si Israel le permite pasar, se caerá el bloqueo y se abrirá el camino - no solo para el pasaje de toneladas de armas y voluntarios hacia la Franja sino también- para el uso del “Derecho al Retorno”, por medio de otras flotas que intentarán alcanzar las costas de Israel. Los palestinos ya intentaron ese recurso en los 80 y fracasaron cuando el barco, denominado “Retorno”, fue neutralizado en el puerto de Chipre. Por el momento, pueden intentarlo por segunda vez, bajo el espíritu de los levantamientos y marchas no armadas, tan de moda en moda en el mundo árabe.Los organizadores de la “Flota de la Libertad 2” entienden que la lucha requiere de un símbolo material alrededor del cual puedan reunirse muchos y variados elementos. Es por ello que invirtieron esfuerzos, enormes, para la reconstrucción del Mavi Mármara y la construcción del culto alrededor de la sangre derramada sobre el barco. Por ello, estará en el centro de la próxima flota, programada para partir la última semana de junio, tras las elecciones generales en Turquía que tendrán lugar el 12 de junio. Erdogan y su partido esperan obtener la victoria aplastante y el gobierno en Ankara no quiere ninguna complicación que pueda afectarla antes de esa fecha.

Otro recurso, lo constituyen las “sorpresas” que garantizan-amenazan los organizadores de la flota. Por supuesto que no detallan de qué se trata pero hay buenos motivos para suponer que, al mismo tiempo, se hará un esfuerzo por llevar algunos cientos de activistas hacia la Franja de Gaza, a través del aire (por ejemplo, aterrizando sobre lo que fue antes el aeropuerto junto a El Arish) o, incluso, organizando vuelos de cientos de activistas, en aviones de línea comunes hacia Ben Gurion y, desde allí, prepararse para realizar una manifestación en el campo. Una de las fechas que surgió en ese contexto es la del 8 de julio.Otra posibilidad, más lógica es que, pescadores de Gaza, salgan con botes y en masa al medio del mar para anticipar a la flota. Los gazaríes ya se disponen, para realizar ese paso, hace un mes en protesta porque la Marina no les permite salir a una distancia mayor de 5 Km. de la costa. Esa prohibición, impuesta por Israel, está destinada a impedir el tráfico de armas desde barcos que actúan al servicio de Irán o Siria hacia los botes de pescadores de Gaza en el medio del mar. Pero, los pescadores, sostienen que la prohibición no les deja mantenerse y recolectar peces en aguas profundas. Si parte la “flota de pescadores” desde Gaza hacia la gran flota, las fuerzas navales deberán dispersar sus fuerzas para ocuparse, al mismo tiempo, de ambas.En Israel siguen, con no poca preocupación, tras esos preparativos y todos los factores relevantes invierten esfuerzos para frustrar y complicarlos. La sección de Inteligencia en las FDI y el Mossad ponen energías especiales en el seguimiento de los preparativos y disposiciones de los organizadores de la flota. El gabinete y el Foro de los Siete ya mantuvieron varios debates sobre el tema. La intención en Jerusalén, por lo menos ahora, es no dejar pasar a la flota.De acuerdo a ello, el servicio de seguridad comenzó, hace tres meses, un dispositivo conjunto de planificación, análisis de nuevos métodos de acción para el freno de los barcos de la flota en el medio del mar y, quizás, también con otros medios; acumulación de recursos (desde barcos hasta perros) para el asalto sin disparos de los barcos y sus pasajeros y entrenamientos conjuntos del comando 13, fuerzas navales, unidades especiales de las FDI y policía. Esos dispositivos se realizan bajo las órdenes y supervisión del Ministro de Defensa, Ehud Barak, el jefe de Estado Mayor, Benny Gantz y el Comandante de las Fuerzas Navales, Ely Marom. Lo que no es menos importante –quizás, incluso, más- es la campaña política que llevan a cabo el despacho del Primer Ministro, la Cancillería y el Ministerio de Seguridad con el objetivo de complicar los preparativos de los organizadores y sus posibilidades.La campaña política provocó que, el Secretario General de Naciones Unidas, Ban kee Moon, declarara su oposición a la realización de la flota planificada. Personalidades y diplomáticos israelíes lograron convencerlo, no solo a él sino también a muchos líderes europeos, que Israel no impone más bloqueo a la Franja y que la situación económica y sanitaria es mejor que nunca. Algunos de esos líderes ya declararon su oposición a la flota y aconsejaron, a los ciudadanos de sus países, no tomar parte. Al mismo tiempo, el hallazgo de armas iraníes sobre el barco Victoria ayudó a convencer, a líderes europeos y de otros países del Mediterráneo, que el bloqueo sobre Gaza es justo y necesario.Como consecuencia, Grecia y Chipre tienden a no permitir el uso de sus puertos como base de partida hacia Gaza. Alertas ya fueron hechas, desde Israel, hacia los dueños de los barcos que los organizadores intentaron adquirir o tomar y a las agencias de seguro marítimo. Como consecuencia, los activistas de IHH se ven en dificultades para conseguir barcos y, la gran empresa mundial de seguros “Lloyd” se niega a asegurar los barcos de la flota.Esos esfuerzos dan su fruto. Por ahora, los organizadores lograron garantizar la participación de cuatro barcos, además del Mavi Mármara, que será parte de la flota. El número de participantes es, por ahora, menor a mil.En Israel aún no decidieron la vía sobre la cual la flota será tratada. Una de las posibilidades evaluadas, con seriedad, es desplegar en el centro del mar o sobre algunos de los puertos de partida, una revisión exhaustiva de la carga de barcos y sus pasajeros. La revisión sería realizada por expertos de un organismo internacional, aceptado por Israel, por ejemplo la OTAN o Naciones Unidas. Si los supervisores encuentran que los barcos, su carga y sus pasajeros, no portan armas o materiales para su fabricación, les será permitido navegar sin molestias hacia las costas de Gaza; bajo declaración clara - por parte de Israel- que cada barco que pretenda, en el futuro, acercarse a Gaza deberá pasar una revisión exhaustiva equivalente, tal vez en alguna base especial, levantada no lejos de las costas de Gaza.Es interesante destacar que el vice Presidente de IHH sorprendió ayer en una entrevista al canal 2, diciendo que, su organización, promoverá la revisión de los barcos de la flota. En sus palabras, queda claro que no aceptará una revisión hecha por los israelíes pero fue quien, de hecho, sugirió la iniciativa de la revisión, a manos de un organismo internacional como respuesta que impida un conflicto posible con las FDI en el medio del mar. Es probable que esa nueva posición sea consecuencia de la presión, tras bambalinas, por parte del Gobierno de Turquía, interesada en impedir el dilema en el que se verá envuelta si la flota se complica con las fuerzas navales israelíes. La idea surgió en Israel antes de la flota anterior, pero fue anulada por el Primer Ministro y el Ministro de Seguridad. Por el momento es considerable que, quienes toman decisiones sobre la política israelí, evaluarán, otra vez, su posición. El beneficio en imagen y en la práctica que obtendrá Israel por el solo hecho de elevar esa posibilidad y propuesta a los organismos internacionales puede otorgarnos puntos a favor en el ámbito internacional incluso si, finalmente, no es puesta en práctica.CIDIPÁL

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