Por qué el periodista del New Yorker no debate conmigo?
7/6/11
Por Bret Stephens
Cuando una noción a medio cocinar, una teoría de conspiración o un tejido de afirmaciones obtenidas vagamente e improbables se convierten en tema de "hecho" periodístico? Si tu eres una persona de inteligencia normal, la respuesta es: nunca. Sin embargo, si eres un fiel lector de la revista The New Yorker, eso ocurre casi cada vez que el periodista de investigación Seymour Hersh comete una palabra para imprimir, presuntamente después de haber pasado por el riguroso examen del departamento de comprobación de hechos mundialmente famoso de la revista.
Así fue que con cierta anticipación yo acordé la semana pasada debatir con el Sr. Hersh en la CNN sobre su último legado para lo que a la revista le gusta llamar sus "Anales de Seguridad Nacional": varios miles de palabras en la edición del 6 de junio sobre el tema de " Irán y la bomba ", junto con el subtítulo portentoso, "Cuán real es la amenaza nuclear?"
Para los lectores que no llegan a comprender la opinión del Sr. Hersh sólo con el subtítulo, su argumento central es que no existe "evidencia irrefutable de un continuo programa oculto de armas nucleares en Irán" - lo que es seguramente correcto, ya que la palabra "irrefutable" no permite ninguna ambigüedad. En cuanto a su subtexto, esto también fue claro: Al tomar una línea cada vez más dura contra Irán, la administración Obama corre el riesgo de meter la pata en otro fiasco de inteligencia al estilo Irak.
Podría esto ser cierto? Quién sabe: el Sr. Hersh ama afectar el aire de un periodista que se ha puesto en el circuito de los secretos más sensibles de seguridad nacional. El espera que los lectores lo tomen al pie de la letra que las fuentes generalmente anónimas para sus más explosivas afirmaciones - a menudo concertientes a descripciones altamente específicas de las operaciones de la CIA en naciones enemigas - son funcionarios de gobierno creíbles y sobrios (o ex funcionarios) quienes nunca comprometerían secretos vitales para nuestros enemigos. Pero estos mismos privilegiados, quisiera el Sr. Hersh que los lectores crean, verían con buenos ojos que los secretos sean divulgados en las páginas de la revista New Yorker.
Para tener una mejor idea del historial del Sr. Hersh, yo pasé del artículo sobre Irán a algunos de sus trabajos anteriores. En enero del 2005 el escribió que Donald Rumsfeld desempeñaría el papel protagónico en el segundo mandato del presidente Bush. De hecho, Condoleezza Rice lo hizo. En abril del 2006 el sugirió que el presidente Bush tenía casi todo armado decidido para bombardear Irán antes que este empezara a enriquecer un solo kilo de uranio. Todo lo que el Sr. Bush hizo fue buscar sanciones en la ONU y apoyar los esfuerzos europeos por involucrar a Teherán diplomáticamente.
En marzo de 2007, el Sr. Hersh informó que EEUU había proporcionado "apoyo clandestino" al gobierno libanés, el que a su vez había ayudado a un grupo terrorista sunnita llamado Fatah al-Islam. Poco después, el gobierno libanés fue a la guerra contra Fatah al-Islam. En febrero del 2008, el Sr. Hersh afirmó que la misteriosa planta siria que Israel bombardeó en septiembre pasado "al parecer, tenía poco que ver con... Reactores nucleares." El mes pasado, Yukiya Amano el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica escribió que "la Agencia concluye que el edificio destruido era muy probablemente un reactor nuclear." En abril del 2009, el regresó a Siria para escribir un artículo optimista sobre las perspectivas de un acercamiento entre Estados Unidos y Siria, dando a entender firmemente que Damasco podría ser desprendido gradualmente de Teherán. La evidencia de los últimos dos meses sugiere lo contrario.
Más recientemente, el Sr. Hersh dio un discurso en Qatar alegando que el general Stanley McChrystal era miembro de una orden religiosa conocida como los Caballeros de Malta, y que altos funcionarios de EEUU buscan "cambiar mezquitas en catedrales." El general retirado niega categóricamente la acusación.
Cómo, entonces, influye esto en el presente informe del Sr. Hersh sobre Irán? El artículo hace mucho de un Estimado Nacional de Inteligencia del 2007 que encontró que en el año 2003 Irán había detenido su programa de armas nucleares. Y el insinúa que una Estimado Nacional de Inteligencia del 2011 aun no revelado dice más o menos lo mismo.
Sin embargo, lo que es notable sobre los informes del Sr. Hersh es que no hace mención de lo que la propia Agencia Internacional de Energía Atómica dice sobre el más reciente progreso nuclear de Irán. "Como fue informado anteriormente por el Director General", dice el informe del 24 de mayo, "hay indicios que algunas de estas actividades [no divulgadas relacionadas con lo nuclear] pueden haber continuado más allá de 2004."
Entre esas actividades: "producción de metal de uranio... y su fabricación en componentes relevantes para un dispositivo nuclear"; "Probar componentes explosivos propicios para la iniciación de explosivos de gran potencia en una geometría esférica convergente"; "experimentos implicando la compresión explosiva de uranio deuteride para producir una corta ráfaga de neutrones", "Actividades de rediseño de vehículo de reentrada de misiles para una nueva carga útil evaluada como de naturaleza nuclear."
Es en la naturaleza de la empresa periodística que la mayoría de lo que pensamos que sabemos es objeto de modificación y revisión. En este sentido, el Sr. Hersh no es diferente de sus pares. Pero también es la marca invariable de un chiflado creer que la verdad, por su propia naturaleza, debe estar oculta, y que la explicación más simple es siempre sospechosa. A través de este dispositivo, el Sr. Hersh ha llevado a generaciones de lectores - y responsables políticos, también - a creer fantasías mientras se pierden los peligros que están a simple vista.
En cuanto a esa aparición televisiva, el Sr. Hersh, de acuerdo con un productor de CNN, se retiró en el último minuto sobre la base que el no debatiría conmigo. En caso que el cambie de opinión, yo estoy listo en cualquier momento en que el lo esté.
Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Esther Sheine especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.
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