lunes, 11 de julio de 2011

ISRAEL ES LA SOLUCION, NO EL PROBLEMA

La nacion judia debe ser un faro para la Primavera Arabe

1/7/11
Por Einat Wilf

Mientras la "primavera árabe" entra en un verano incierto, el reciente malestar ya ha expuesto algunas verdades locales regionales. La agitación popular que ha sacudido a dictaduras a través del Medio Oriente ha puesto a descansar la falacia que Israel es la causa raíz de la furia árabe y la fuente de los problemas de la región. Aunque continua habiendo poco amor entre el mundo árabe e Israel, es un hambre por democracia lo que esta alimentando a la calle árabe.
Pero no sólo Israel no es el problema en el Medio Oriente, es, en todo caso, la solución. Si el apetito por libertad en el mundo árabe va a ser satisfecho y el sueño de paz regional finalmente realizado, Israel sería mejor vista como un modelo a ser emulado, no vituperado. Israel está lejos de ser perfecta, pero durante los 63 años de su existencia, ha permanecido como solitaria prueba que la libertad, libertades y apertura exigidos por olas de manifestantes árabes pueden volverse una realidad en el Medio Oriente.
Pero, para aquellos que han tomado las calles de Cairo, Bengasi, Tunez y otras partes, Israel ha sido por siempre el chivo expiatorio de su sufrimiento. Con Israel vista como el enemigo de todo árabe, sus valores y democracia, oportunidad e igualdad entre hombres y mujeres han sido rechazados como rasgos del "enemigo." Después de décadas de condena, puede por lo tanto ser una píldora amarga de tragar (como toda medicina efectiva es) pero Israel provee un ejemplo aproximado de lo que los ciudadanos árabes podrían obtener.
Israel sobresale en el Medio Oriente no sólo como el único estado no árabe y no musulman, sino como el único país en alardear de una robusta, vibrante y resistente democracia parlamentaria. A veces, sentada en el parlamento, yo me pregunto si alguna otra cámara en el mundo puede contener pacíficamente tal espectro confuso de opiniones y contextos. La prensa libre de Israel frecuentemente da voz a incluso las opiniones más disidentes, incluidas aquellas que piden por la disolución del estado. Mientras tanto el sistema judicial del país es, como debe ser, un obstáculo hiperactivo para el abuso de poder, colocando controles necesarios y constantes sobre el gobierno y el ejército.
Los logros de Israel sobresalen en particular cuando uno considera su constante lucha por sobrevivir y prosperar en un ambiente hostil y su necesidad de equilibrar los valores de la modernidad con respeto por miles de años de tradición judía. La sociedad israelí generalmente ha resistido la tentación de revolcarse en una imagen de victimización y respondió a las catástrofes con renovación. A pesar de la constante amenaza de guerra y escasos recursos naturales, la naciente democracia de Israel creció y maduró rápidamente, construyendo un hogar para millones de refugiados judíos expulsados de sus hogares en Europa y el Medio Oriente.
En su nacimiento, Israel infundió la idea moderna de democracia política con un concepto tradicional judío de igualdad, el cual rechaza la necesidad de un intermediario entre el hombre y Di-s. El mundo árabe está igualmente arraigado en una tradición religiosa, islámica, que defiende la responsabilidad individual, el respeto y aprendizaje y, en la ausencia de una autoridad religiosa aceptada, es forzada a aceptar el disenso. Puede tambien fusionar la democracia con sus antiguos valores.
Israel es la única democracia del Medio Oriente, pero nuestra visión es ser una democracia entre muchas. Un mundo árabe democrático representaría esperanza para la paz regional - no solo un estrecho y limitado acuerdo entre Israel y los palestinos, sino un acuerdo muy abarcativo que cambiaría la cara del Medio Oriente. Mas bien, los palestinos, mientras se acercan más a obtener su propio estado, es probable que creen una de las primeras democracias del mundo árabe. De hecho, si Israel hubiera estado rodeada por sociedades educadas de pensamiento similar, las muy reales preocupaciones de seguridad israelíes de hoy se desvanecerían en el recuerdo distante. Una región vacía de conflictos permitiría una cooperación económica y tecnológica sin paralelos, cumpliendo finalmente las aspiraciones materiales de la juventud de la región.
Israel no es y nunca ha sido un obstáculo real (más bien imaginario) para el progreso en el mundo árabe. Es un modelo inspirador para el desarrollo democrático en medio de dificultades y desafíos. Y ahora que el mundo árabe está volviendose una fuente de inspiración para el mundo árabe en general, Israel está lista para ser un potencial socion entusiasta en forjar una región de paz y prosperidad.

Einat Wilf es miembro de la Kneset dentro del Partido Independencia y está en el Comité de Asuntos Externos y Defensa.
Fuente: The Washington Times- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba

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