lunes, 11 de julio de 2011

RABIETAS TURCAS

Erdogan de Turquía, envalentonado tras haber sido reelecto para un tercer mandato, es más crítico de la represión en Siria que lo que se podría esperar - pero no se está apresurando a reparar las relaciones con Israel.

30/06/2011
Por Eldad BECK

EL PAISAJE MONTAÑOSO que forma la frontera entre Siria y Turquía, es tranquilo y pintoresco. Desde la parte turca, hay poca evidencia de la terrible tragedia que tiene lugar a pocas millas en Siria.
Fue solo hace poco que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan se refirió al presidente sirio Bashar Assad como "mi buen amigo." Pero el número de refugiados sirios llamando a las fronteras de su país sigue en aumento y Assad ha respondido con especial dureza a la Hermandad Musulmana siria, con la que Erdogan, como un devoto musulmán, siente una afinidad particular.
En numerosas entrevistas, Erdogan ha hablado de la "barbarie inimaginable" de Assad y sus hombres, el dio un ultimátum a Assad para que detenga sus acciones criminales contra los rebeldes en el norte de Siria y llegó a declarar que el régimen de Damasco no está diciendo la verdad a Turquía.
Los sirios, por su parte, sostienen que las "actividades terroristas" llevadas a cabo por los rebeldes son parte de un complot norteamericano-israelí-turco para que Ankara invada Siria y expanda su territorio y han advertido a Turquía que cualquier intento de ayudar a los refugiados será visto como un acto de beligerancia.
Sin embargo, a pesar de la dura retórica, las autoridades turcas han hecho realmente todo lo que pueden para ignorar a las decenas de miles de refugiados sirios que están tratando de huir del horror.
Ellos han establecido cuatro campamentos de refugiados, casi entre gallos y madrugadas, en las afueras de las ciudades a lo largo de la frontera y los mantienen bajo la más estricta supervisión de la policía y el ejército turcos. A los periodistas, locales y extranjeros, especialmente, se les prohíbe acercarse siquiera. Sólo los sirios que han encontrado refugio con familiares y amigos en el lado turco de la frontera son capaces de contar sus historias sobre el asesinato, la violación y la destrucción perpetrada por las fuerzas militares sirias.
Nadie sabe cuántos refugiados han encontrado su camino en la frontera entre los dos países. Las cifras oficiales, proporcionadas por las autoridades en Ankara, dieron la cifra de unas 20000 personas.
Estimaciones no oficiales, sobre todo por parte de ONGs, ponen el número tan alto como un cuarto de millón.
DOCENAS DE SIRIOS han llegado a un hospital en la región de Hatay. A la entrada de la sala de emergencia, una de las enfermeras dice al Report, "Hay una gran cantidad de sirios hospitalizados aquí, pero yo no estoy autorizada a dar ninguna otra información. Hable con el médico de cabecera." El médico de cabecera no hablará sin permiso de sus superiores en el municipio que, como era de esperarse, se niegan a concederselo.
El temor a los agentes sirios es palpable entre los refugiados sirios. La mayoría se niega a dar sus nombres.
M., un granjero barbudo de 28 años de edad con la ropa sucia, se sienta en la valla que rodea el pequeño hospital en la ciudad de Yladai, donde uno de los campamentos de refugiados se ha creado.
Él huyó a Turquía, con su esposa de 23 años de edad, desde la ciudad sitiada de Jisr al-Shughour.
Su esposa ha llegado con una extraña enfermedad y M. dice que los refugiados han oído que los soldados sirios han envenenado el agua potable. Aspirando nerviosamente el humo de su cigarrillo, M. dice al Report, "Jisr se ha convertido en un pueblo fantasma. Está completamente vacío. La situación en el lado sirio es muy peligrosa. Los hombres de Assad disparan a la gente y las casas desde helicópteros y tanques. No sé qué va a pasar ahora", continúa con un suspiro. "Los hombres de Assad no tienen miedo de nadie. Ni siquiera de Di-s. Ellos afirman que los manifestantes son terroristas. Pero nosotros no somos terroristas. Yo vi con mis propios ojos que ellos dieron órdenes a los soldados de disparar contra civiles y los soldados que se negaron fueron fusilados por la espalda en el lugar."
Naji, un estudiante de 23 años de edad, de la Universidad de Alepo en Siria, se encuentra en un camino polvoriento y sinuoso en un puesto de observación del ejército turco. Cuando la revuelta contra Assad se extendió, el regresó a su casa familiar, en un pueblo cercano a la frontera turca.
Como muchos de sus compañeros de estudios, Naji se cuela, casi todos los días, a través de los campos y los bosques en Turquía, con el fin de llevar comida a su familia. "Las autoridades han cortado la electricidad, agua y líneas de teléfono", dice al Report. "Todo el mundo tiene miedo. Los informes oficiales sobre más de 1000 muertos desde el comienzo de las manifestaciones en contra del gobierno no son ciertas. Los números son mucho mayores."
Naji ha cumplido se ha encontrado con refugiados en el camino que le han contado sobre el asesinato sistemático en pueblos y bosques, la demolición deliberada de casas y la quema indiscriminada de campos.
Otro joven sirio, que también llegó para conseguir comida, cree que el terror apenas está comenzando. "Habrá más violencia y mucha más sangre será vertida", predice. "La gente quiere su libertad ... El gobierno está mostrando sus verdaderos colores. Los alauitas (miembros del grupo étnico minoritario de Assad) han matado a jeques e imanes en las mezquitas."
Ahmed, un campesino de una aldea cerca de Jisr al-Shughour, ha encontrado refugio en el apartamento de su amigo turco. En Jisr, dice, "Yo vi ... decenas de cadáveres tirados en las calles. El hecho que la rebelión sea tan fuerte en un pueblo tan pequeño, que tiene una población de sólo alrededor de 45000, es lo que impulsó a Assad a enviar a su hermano menor, Maher, como jefe de una unidad militar especial, para enseñar a los rebeldes una lección que nadie olvidará rápidamente."
Los refugiados que han escapado de Jisr al-Shughour hablan de asesinatos en masa por parte del ejército, con la ayuda de personal de seguridad iraní y miembros de Hezbollah, mientras que el régimen sirio ha culpado a los rebeldes por el asesinato de 120 agentes de seguridad sirios. "Eso no es cierto", dice un ex funcionario de seguridad sirio que desertó a Turquía. "Nosotros hemos recibido pedidos por teléfono de nuestros comandantes de matar a todos los manifestantes en Jisr al-Shughour. Cinco soldados que se negaron a disparar a los manifestantes fueron asesinados en el acto, delante de mis ojos. A continuación, el resto de los soldados comenzaron a dispararse unos a otros. De los 180 soldados que estaban allí, 120 murieron en el intercambio de fuego."
LA RESPUESTA EMOCIONAL de Erdogan a la represión siria, a pesar de no haber sido acompañada por ninguna acción, fue vista por algunos como una señal que estaba intentando un reacercamiento con Occidente, y especialmente con los EE.UU. e Israel.
Las relaciones turco-israelíes han estado en una caída libre desde hace varios años y fueron casi cortadas en mayo del 2010 después que nueve militantes turcos, que eran parte de una flotilla de anti-bloqueo a la Franja de Gaza, fueron muertos por las fuerzas israelíes. Turquía ha exigido a Israel poner fin al asedio en Gaza y, aún con más fuerza, ha insistido en que Israel se disculpe y ofrezca una compensación por las muertes - exigencias que Israel ha rechazado airadamente, diciendo que, como máximo, "expresaría arrepentimiento."
Sin embargo, puesto que parece estar en los intereses geopolíticos, económicos y de seguridad de ambas partes reparar la relación, los observadores se han apresurado a aprovechar lo que parecen ser intentos en esa dirección.
En diciembre del 2010, Turquía envió personal de extinción de incendios y equipo para ayudar a Israel a combatir los graves incendios forestales en la región norte de Carmel. En junio, la Fundación de Ayuda Humanitaria IHH anunció que no participaría en la segunda flotilla, prevista para finales de junio. Según las autoridades israelíes, el IHH es un frente para el terrorismo y en el pasado había recibido el apoyo del gobierno turco. A finales de junio, los medios de comunicación israelíes estaban llenos de informes de conversaciones secretas entre Turquía e Israel, mediadas por los EEUU.
La mejora en la relación también podría atribuirse a la sincronización. El informe del Comité de Investigación de las Naciones Unidas sobre la flotilla está previsto que se publicará en la primera semana de julio. Con una preparación adecuada, podría ser utilizado como una oportunidad para ambos países de poner la crisis detrás de ellos.
Funcionarios en Jerusalén también destacan que, hasta ahora, Erdogan no pudo ser flexible con respecto a Israel, porque él no quería aparecer como débil, mientras estaba en medio de las elecciones parlamentarias de Turquía. Sin embargo, el 12 de junio, Erdogan y su partido obtuvieron una tercera victoria consecutiva sin precedentes que les dio un 50% del poder electoral. Si bien esto todavía no es la mayoría absoluta que él hubiera querido, el "Sultán Erdogan", como sus opositores lo llaman, está ahora claramente en el control de Turquía y por lo tanto, puede adoptar una postura más pragmática.
e hecho, Erdogan no mencionó a Israel en su discurso de victoria y el Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, le envió una carta de felicitación hablando de un estado renovado de relaciones positivas entre los dos países.
Sin embargo, el 25 de junio, el canciller turco Ahmet Davutoglu emitió un comunicado candente contra Israel, reiterando, incluso con más fuerza que antes, las demandas de Ankara para el acercamiento.
RIFAT BALI, DE 63 AÑOS, NACIDO EN Estambul, miembro del Centro Alberto Benveniste para Estudios y Cultura Sefaradí en la Sorbona, e investigador histórico, está convencido que no habrá ninguna mejora en la relación entre los dos países en un futuro cercano.
Las bajas en la flotilla son la razón inmediata para esto, dice. "La posición de Turquía en general es que Israel se disculpe formalmente... y pague una indemnización", dice Bali, autor de numerosos libros sobre Turquía, así como observador y miembro de la comunidad judía. "Turquía nunca estará satisfecho con menos que una disculpa. Así que sin un gesto de Israel, no habrá ninguna mejora en la relación." A diferencia de algunos observadores, Bali no cree que Erdogan esté manipulando su relación con Israel para fines internos.
"Es cierto que es muy popular en Turquía atacar y criticar a Israel. La actitud general entre la sociedad turca es anti-Israel y anti-sionista. Pero el primer ministro Erdogan es tan popular que él no necesitaba las políticas anti-Israel para obtener más votos. Su posición es producto de su corazón - y eso lo hace mucho más serio."
Las políticas de Erdogan hacia Israel, dice Bali, también han sido afectadas por lo que el percibe como un grave insulto por parte del ex Primer Ministro Ehud Olmert. Bali recuerda que en diciembre de 2008, en vísperas de la Operación Plomo Fundido de las Fuerzas de Defensa de Israel en la Franja de Gaza, Olmert visitó Ankara, con el fin de, entre otras cosas, promover la iniciativa turca de mediar entre Israel y Siria.
Erdogan pidió a Olmert no iniciar ninguna acción militar que pudiera alterar las negociaciones con Damasco. Olmert volvió a Israel y nunca informó a Erdogan sobre la operación prevista en la Franja de Gaza.
"Erdogan y su ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, son muy egocéntricos", explica Bali. "Ellos se tienen a sí mismos y a Turquía en la más alta consideración. Hay una gran cantidad de emociones que intervienen en su política exterior ... Los turcos, en general, son muy emocionales y tienen un sentido de grandeza. Ellos creen que son la continuación de los otomanos y que ellos son los "hermanos mayores" en el Medio Oriente."
Y subyacente a todas estas consideraciones, Bali, dice, está el antisemitismo turco profundamente arraigado.
Los estudios de Bali han mostrado que el antisemitismo del movimiento islámico turco radica en teorías de conspiración que se remontan a una visita a Constantinopla a finales del siglo XIX de Theodore Herzl, el fundador del sionismo moderno. Herzl había pedido al sultán Abdul Hamid que permitiera a los inmigrantes judíos establecerse en la Tierra de Israel, que era parte del Imperio Otomano, y el sultán se negó.
Varios años más tarde, en 1909, el sultán fue depuesto y reemplazado por los "Jóvenes Turcos" laicos.
Bali, explica, "Los islamistas ven la destitución del sultán como la venganza de Herzl y del sionismo. A sus ojos, la caída del sultán llevó a la descomposición del Imperio Otomano, lo que también es visto como el resultado de un complot sionista. Ellos ven a Palestina como la tierra musulmana que ha sido tomado por los judíos.
Este es un sentimiento muy básico. Encuentra su expresión en la prensa diaria de todas las distintas corrientes del Islam político y en la literatura popular que publican. Ha sido así desde hace tres generaciones de turcos que leen cosas como los "Protocolos de los Sabios de Sión" y otros materiales antisemitas sobre libelos de sangre."
El antisemitismo de Turquía, que abarca la actual política hacia Israel, está profundamente arraigado en muchos sectores de la sociedad turca. Para enfatizar su punto, Bali cita el "El Valle de los Lobos", una serie antisemita en la televisión turca y en salas de cine.
"Ellos no hubieran hecho la serie si no tuvieran un mercado. Hay antisemitismo en otros países, pero también está por lo general la voluntad política por parte de la clase política y legal, o de los intelectuales, de luchar contra el. En Turquía no hay esa voluntad, ni siquiera por parte de los intelectuales. A sus ojos, los armenios y los kurdos son víctimas, pero no los judíos. En Turquía los judíos están solos, sin nadie detrás de ellos."
En un intento por desacreditar a Erdogan y Davutoglu, los opositores afirmaron que son "judíos secretos", descendientes de los donmeh, que eran las familias que se vieron obligadas a convertirse al Islam, junto con Shabtai Zvi, un falso mesías, en el siglo XVII. "Esa es una acusación muy común en Turquía", dice Bali.
"Los islamistas, los nacionalistas y los kemalistas laicos todos la utilizan para acusarse a unos de otros - cuando quieres atacar a alguien, tu dices que el tiene raíces judías, armenias o griegas. Pero el verdadero problema es que Erdogan no responde diciendo que se trata de acusaciones racistas y que no hay ningún problema en tener sangre judía. En su lugar, se defiende negando las acusaciones."
Erdogan, prosigue Bali, viene de un contexto islámico y del partido religioso nacional establecido por el anterior primer ministro, Necmettin Erbakan. "Ese partido ha educado a sus militantes y simpatizantes sobre la base de las ideas de la Hermandad Musulmana y políticas anti-israelíes y anti-sionistas, y Erdogan ve a los palestinos como víctimas y a los israelíes como opresores. Cualquier escalada pequeña en la región sólo fortalece estos sentimientos y lo lleva a otro estallido en contra de Israel."
Sin embargo, Bali dice que Erdogan no niega el derecho de Israel a existir. "Creo que es más inteligente y más pragmático que el antisemita de tipo islámico promedio. Sus verdaderos sentimientos salen en los momentos más emotivos, pero sí cree que Israel es un estado legítimo con derecho a existir. Y el quiere desempeñar el papel de mediador entre Israel y Siria."
Pero Bali advierte que Israel no debe contar con la mediación de Erdogan. "Él no es neutral."
A pesar de su crítica a Siria, advierte Bali, Erdogan seguirá siendo fiel a los musulmanes y no actuará en contra de Siria.
Hasta hace poco, Israel había preferido ignorar el antisemitismo turco, al igual que lo hicieron las organizaciones judías estadounidenses. "Era más importante para ellos mantener buenas relaciones diplomáticas, económicas y militares entre Israel y Turquía, y no hacer frente al antisemitismo turco", dice.
El dice que no es optimista con respecto al futuro. "Es como una enfermedad grave que nadie está tratando de curar. Las autoridades de Ankara son concientes del problema, pero no quieren luchar contra ella ... El electorado de los partidos nacionalistas e islámicos tiene opiniones muy negativas acerca de los judíos y no hay circunscripción judía contraria - el número de judíos es sólo de 15000 personas, y sólo alrededor de 10000 votantes. Así que si usted fuera un político turco - descuidaría su base electoral?"

Fuente: The Jerusalem Report- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.

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