Cuento de Rosh Hashaná (que me resulta ligeramente familiar)
En una muy vieja sinagoga de Kiev donde durante la lectura del Shemá*, la mitad de la congregación se ponía de pie y la otra permanecía sentada. De repente, durante el servicio comenzaban a discutir entre todos sobre si había que pararse o no.
El Rabino no aguantó mas e interrumpiendo la plegaria. gritó: - ¡Basta! No podemos seguir así. Todo el tiempo están gritando y haciendo escándalo en el templo ¿Cómo vamos a solucionar esto?
Uno de los asistentes pidió la palabra y propuso: ¿Porqué no consultamos a uno de los miembros más antiguos de la comunidad para saber como fue siempre?
Dicho y hecho, al otro día fueron al asilo el rabino, el representante de los que se paraban y el de los que permanecían sentados.
Llegaron ante un hombre muy mayor, y el que representaba a los parados le pregunta: - Reb Zvi ¿No es cierto que durante el Shemá la tradición es que hay que pararse? –
- No - contesta el anciano - Esa no es la tradición -
- Claro - dice el de los sentados - la tradición es que hay que permanecer sentados -
- No - contesta Don Zvi - Esa no es la tradición -
El Rabino muy malhumorado dice: - Ya no sé que hacer, se la pasan discutiendo y discutiendo todo el tiempo!
El viejito Zvi mirando al rabí le dice: ESA, es la tradición!
*Shemá: plegaria de afirmación de la fé en Dios del monoteísmo.
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