lunes, 10 de diciembre de 2012
Con 65 años de atraso
Han tenido que pasar sesenta y cinco años. Se ha tenido que sacrificar a miles de personas. Se ha tenido sumergido en la pobreza, ignorancia y la desolación a una parte significativa de su pueblo. No se ha permitido educación, sanidad, servicios sociales, tranquilidad y seguridad a millones de seres humanos. Se han coartado las posibilidades de progreso, desarrollo, cultura Todo eso, porque el 29 de noviembre de 1947, cuando las Naciones Unidas decidieron que en la zona dominada por Gran Bretaña se establecieran dos naciones para dos pueblos, los árabes dijeron no.
La orden emitida por los países árabes que rodeaban Palestina fue clara.. “Retirarse de la zona para permitir entrar a nuestras fuerzas armadas que derrotarán a los judíos y le darán toda Palestina. Los judíos serán comida de los peces”.
Los habitantes de Palestina no fueron consultados por sus hermanos. Estos decidieron por ellos. Tuvieron que dejar sus casas, sus campos, sus historias. Al proclamarse el Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948, las tropas de seis estados árabes comenzaron la invasión. Una larga y cruenta lucha se sucede desde ese entonces. Miles de víctimas de ambos lados. Inconmensurables daños materiales. Y todo para nada
Hoy, 65 años después, la Autoridad Palestina festeja, como si hubiese sido un triunfo, un logro que es muchísimo menor que lo que se le ofreció en un inicio. Hoy, sin ninguna duda, no se volverá a las fronteras del 48. Eso ya lo sabe muy bien Abu Mazen. Ni siquiera lo pide. En el mejor de los casos, lograrían una nueva frontera como la del 67 ,.con ligeras modificaciones producidas por parte del crecimiento demográfico en algunas zonas de Cisjordania. Cambio de uno a uno por otras zonas no pobladas.
Los árabes, ya lo sabemos, necesitan sentirse que triunfaron en todo. Triunfaron en la Guerra de Yom Kipur (sin ese “triunfo” no se hubiese firmado la paz con Egipto), triunfaron cuando en cada alto el fuego, ellos seguían disparando unas horas más, y, triunfaron ahora, cuando obtienen de las Naciones Unidas el carácter de miembro observador sin voto, en lugar de festejar 65 años de uso pleno de sus derechos. Pero así son los árabes. No seremos nosotros los que los vamos a cambiar.
El 29 de noviembre de 2012, la Autoridad Palestina logra que la Asamblea de las Naciones Unidas reconozca su estatus como miembro observador, al igual que el Vaticano. No es Estado reconocido plenamente, porque tal autorización la debería dar el Consejo de Seguridad, y en el mismo, los Estados Unidos de Norte América tienen poder de veto y anunció que no dejarían prosperar el pedido. En la Asamblea, la inmensa mayoría de los países, 138 sobre 192 votaron afirmativamente por la incorporación. Nueve, entre ellos Israel, se opusieron y el resto se abstuvo. Lograr tal abrumadora mayoría no causa sorpresa. En la UN existen muchísimos países musulmanes, árabes y del tercer mundo que nadie dudaría que votarían por Palestina. Llama más la atención que países como Italia o Francia procedieran de esa forma. Pero los gobiernos de turno no desean tener problemas dentro de sus fronteras con las minorías musulmanas y optaron por la más fácil. Bastantes dificultades tienen ya como para sumar una más.
El triunfo actual, sin duda es para el líder de la Autoridad Palestina. Abu Mazen se lo puso como objetivo y lo logró. Obtuvo una mayoritaria aprobación, y lo que es más, las organizaciones terroristas de la Franja de Gaza le dieron su aprobación. El mundo espera que se retome el camino para la Paz. Abu Mazen deberá ser el representante del lado palestino. Tiene, de facto, la autoridad para hacerlo. Su mandato ha vencido, no es mayoritariamente el más popular de los líderes de los palestinos, pero es sin ninguna duda, su cara visible en estos momentos. Con él tendrán que sentarse las autoridades israelíes que surjan en las elecciones del 22 de enero para tratar de romper ese estado de paralización actual.
¿Que significa para Israel el ingreso de Palestina como miembro observador de la UN? En primer término, la cabeza visible de la A.P. admitió que tiene fronteras con Israel, que este Estado existe y con él debe negociar. Tras él se entiende que se alinean sus aliados. Indirectamente Hamas y la Yihad Islámica están reconociendo a Israel.
Por otro lado, se establece, por manifestaciones realizadas, que la base de discusión son las fronteras del 67. Eso ya se puso en la mesa de negociaciones cuando Ehud Barak y luego Ehud Olmert, eran Primeros Ministros. Por lo tanto, nada nuevo bajo el sol.
¿Cuales son los inconvenientes para Israel de la incorporación? A corto plazo no habrá grandes cambios. El diálogo seguirá interrumpido y no es fácil vencer el hielo entre Mazen y Netanyahu. El principal problema está que el ingreso de la AP a las Naciones Unidas, aunque sea como miembro observador, les dará la posibilidad de acceso a los organismos internacionales, tales como el Fondo Monetario Internacional o la Corte Penal Internacional. En ella podrán hacer planteos que no son convenientes para Israel. En el derecho internacional la ocupación de zonas de otros países está penada y eso convertiría en acusables a todos los habitantes de la zona de Yehuda y Shombrom instalados en asentamientos que se consideran ilegales. También tendrán acceso a juicios ante el Tribunal de la Haya para los jefes militares de las guerras que se mantienen con los palestinos, caso similar al que intenta llevar Turquía a los Jefes del Ejército de Defensa de Israel que abordaron la mal llamada Flotilla de la Paz.
Por ahora todo este proceso está bajo lupa y sólo preocupa a la comidilla interna antes las Elecciones Nacionales. Shelly Yajimovich y Tzipi Livni acusan a Netaniayu de una derrota, como si ellas pudiesen haber hecho otra cosa, y Ehud Olmert indica que está de acuerdo con el ingreso. Todo por la galería. Antes de las elecciones se dicen cosas que en otro momento no se dirían.
La única verdad es que la paz se logra hablando. Sin diálogo no hay avances. Sin avances, no se logrará la paz. Como siempre el mismo circulo vicioso que ya lleva muchísimas décadas y no se ve como se solucionará el conflicto. Y para colmo de males, si las perspectivas electorales se cumplen, no podremos prever un coloquio en los próximos años. El “no tenemos interlocutor válido” los podrán decir ambas partes.
Cr. Víctor Vaisman
vaisman4@hotmail.com