domingo, 14 de julio de 2013

Desmontando el "Apartheid Israelí"

Desmontando el "Apartheid Israelí" por Alex Safian 2 de Julio de 2013 Aunque sus adversarios siempre han acusado a Israel de múltiples fechorías, hace relativamente poco que tales pretendidas transgresiones vienen siendo tomadas en consideración por el denominado movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), constituido según el modelo de la campaña anti-apartheid en Sudáfrica, y basado en el alegato de que Israel también es un Estado apartheid. Parte integral de la campaña del BDS es la Semana del apartheid israelí, llevada a cabo en algunos campus universitarios, con oradores, manifestaciones y teatro callejero destinado a ilustrar la aseveración de que Israel es, en pocas palabras, malo. Tan malo que, al igual que la Sudáfrica del apartheid, es ilegítimo y debería dejar de existir. Sin embargo, si se examinan en detalle, las acusaciones de apartheid se desmoronan, ya que Israel es, de hecho, una democracia progresista y liberal. Al igual que otras democracias occidentales, Israel no es perfecta, pero cuando se producen errores e injusticias, éstas suelen ser generalmente rectificadas gracias al sistema de amplios controles y equilibrios del país. A diferencia de los países árabes vecinos, Israel tiene elecciones libres, libertad de prensa, plena libertad religiosa y plenos derechos para las mujeres y las minorías, incluidos los homosexuales. En Israel hay legisladores árabes en la Knesset, diplomáticos árabes en el Ministerio de Relaciones Exteriores, generales árabes en las Fuerzas de Defensa y también jueces árabes. De hecho, ha sido un juez del Tribunal de Distrito árabe (George Karra) quien recientemente condenó a prisión al ex presidente israelí Moshe Katzav, y un juez árabe de la Corte Suprema quien confirmó la sentencia (Salim Joubran). Al igual que muchos sites anti-Israel, aquellos que se especializan en su pretendido apartheid suelen incluir embarazosas citas atribuidas a líderes israelíes, con el fin de presentarlos como racistas sanguinarios y asesinos de inocentes mujeres y niños árabes. Un rastreo de dichas citas hasta sus fuentes demuestra que la mayoría son sencillamente inventadas, mientras que otras muchas son sacadas de contexto. Si bien es cierto que bajo el gobierno israelí los palestinos de Gaza y Cisjordania no tenían los mismos derechos que los árabes o los judíos en Israel, nunca sufrieron nada mínimamente comparable con el apartheid. De hecho, en muchos aspectos, tenían más derechos durante el gobierno israelí que aquellos de los que gozan hoy bajo el gobierno de Hamás en Gaza o de la Autoridad Palestina en Cisjordania, y sin duda más derechos que los ciudadanos de cualquier otro país árabe. A pesar de ello, merece la pena analizar en detalle las acusaciones de apartheid para sopesar, si acaso, su posible veracidad, así como para evaluar la fiabilidad que debe concederse a quienes formulan tales cargos. Dado que la mayoría de los sites del Israel-apartheid repiten prácticamente idénticas acusaciones, lo que analizaremos aquí son algunas muestras representativas de los cargos más graves, tal como aparecen en el portal ItisApartheid.org en su panorama general titulado El Apartheid israelí en los territorios ocupados, así como en las distintas hojas informativas que abordan temas específicos. Lógicamente, no podemos analizar todas las alegaciones de ItisApartheid o sites similares, lo cual no significa que tales alegaciones tengan más validez que las que se examinan aquí. Acusaciones de Apartheid frente a los Hechos Acusación de limpieza étnica Mito: Israel es culpable de depuración étnica. Una de las "hojas informativas" clave del sitio, centrada en la Limpieza Étnica en Palestina afirma que: La limpieza étnica en Palestina se inició con la idea de que los árabes palestinos nunca consentirían en renunciar a sus tierras en favor de los judíos europeos tras la Segunda Guerra Mundial. Desde el principio, el primer líder de Israel, David Ben-Gurion, dejó claras las intenciones del movimiento sionista de Israel cuando dijo en 1937: "Debemos expulsar a los árabes y ocupar su lugar. Pero hay que esperar el momento oportuno para hacer que esto suceda, por ejemplo una guerra ". Realidad: Esta pretendida cita es falsa: la primera frase ha sido mutilada y la segunda sencillamente inventada. El sentimiento real de David Ben-Gurion era lo opuesto de lo que se le acusa aquí. Ciertamente, en muchos websites aparece esencialmente dicha cita, pero como bien saben los historiadores, ello no es suficiente; uno siempre debe ir, en la medida de lo posible, a las fuentes primordiales. Y al igual que con muchas otras supuestas "citas sionistas", en este caso la fuente primordial ofrece un cuadro muy distinto. Según el profesor Efraim Karsh, que examinó en los archivos el documento original de 1937 (una carta escrita a mano de Ben-Gurion a su hijo Amos), esto es lo que el párrafo en cuestión dice en realidad: No deseamos y no necesitamos expulsar a los árabes y ocupar su lugar. Todas nuestras aspiraciones se basan en la suposición -demostrada a lo largo de toda nuestra actividad en la tierra [de Israel]- de que hay espacio suficiente en el país para nosotros y los árabes. (Efraim Karsh, Fabricando la Historia de Israel, p 49-50; Un camaleón, no obstante) O sea, como se ha indicado anteriormente, Ben-Gurion dijo exactamente lo contrario de lo que éste y otros website-apartheid pretenden hacer creer a sus lectores. Y la carta a su hijo no fue una excepción: en muchas otras ocasiones Ben-Gurion hizo declaraciones similares acerca de la convivencia con los árabes y de los derechos que los ciudadanos árabes tendrían en Israel. Por ejemplo, diez años después de la citada carta, en un discurso pronunciado el 13 de diciembre de 1947, Ben-Gurion dijo: En nuestro Estado habrá igualmente no-judíos, y todos ellos serán ciudadanos con iguales derechos, iguales en todo, sin excepción; o sea que el Estado será su Estado también. ... La actitud del Estado judío para con sus ciudadanos árabes será un factor importante -aunque no el único- en la construcción de relaciones de buena vecindad con los países árabes. Si el ciudadano árabe se siente en su casa en nuestro Estado y si su status no es en lo más mínimo diferente de el del judío -y probablemente mejor que el status del árabe en un Estado árabe- entonces la desconfianza árabe disminuirá, y un puente hacia una alianza semita judeoárabe se habrá construido. (Karsh, Fabricando la Historia de Israel, p67; para un extracto, ver el artículo de Karsh Los palestinos y el "derecho al retorno", Commentary, p26) Como era de esperar de las declaraciones de Ben-Gurion, la acusación de limpieza étnica es igualmente falsa. La historia de lo que sucedió durante y en torno a 1948 es, obviamente, muy complicada, por lo que tan solo algunos hechos sobresalientes pueden esbozarse aquí. Para una información más completa consulte las referencias citadas a lo largo de esta sección. Comencemos por el grupo más numeroso de refugiados palestinos, aproximadamente un diez por ciento del total, que llegaron de la ciudad mixta árabe-judía de Haifa. Benny Morris (historiador tildado de revisionista, muy citado por los críticos de Israel) documentó que los palestinos que huyeron de Haifa lo hicieron en contra de los ruegos de sus vecinos judíos y de un General británico de que permanecieran en el lugar: Bajo mediación británica la dirigencia israelí acordó un alto el fuego, haciendo un ofrecimiento que los británicos consideraron como términos generosos. Pero luego, enfrentada a la presión musulmana, la dirección mayoritariamente cristiana se acobardó; un alto el fuego significaría rendición e implicaría disposición a vivir bajo dominio judío. Se enfrentarían a acusaciones de colaboración y traición. De tal modo que, ante el asombro de los militares y líderes políticos británicos y judíos reunidos en la tarde del 22 de abril en el ayuntamiento de Haifa, la delegación árabe anunció que su comunidad evacuaría la ciudad. El alcalde judío, Shabtai Levy, y el comandante británico, el general Hugh Stockwell, suplicaron a los árabes que reconsideraran su decisión... pero los árabes permanecieron impasibles ... (Morris, 1948 y Después, p 20) Pocos días más tarde, la Histadrut, el sindicato israelí, publicó su propia súplica a los residentes árabes de Haifa: No destruyáis vuestros hogares ... no perdáis vuestras fuentes de ingresos, atrayendo sobre vosotros los desastres de la evacuación. El Consejo de Trabajadores de Haifa y la Histadrut os aconsejamos por vuestro propio bien quedaros y regresar a vuestros trabajos regulares. (Morris, El nacimiento del problema del refugiado palestino revisado, 2004, p 206) Estos son tan solo dos ejemplos entre los muchos que, en su conjunto, demuestran que los palestinos no fueron "étnicamente depurados" y, salvo algunas excepciones aisladas, tampoco fueron expulsados ​​. Para más detalles, ver los artículos de Karsh Reclamando una verdad histórica, 1948, Israel y los palestinos, ¿Fueron los palestinos expulsados​​?, así como su libro definitivo sobre el tema Palestina Traicionada. La acusación de limpieza étnica está implícitamente vinculada a la responsabilidad por el problema de los refugiados palestinos, por lo que este tema debería ser igualmente abordado. La resolución GA 181 de las Naciones Unidas, denominada Resolución de Partición (Nov. 1947), pedía la creación de un Estado judío y un Estado árabe en la tierra que, en aquel momento, estaba bajo control del Mandato Británico de Palestina. Todos los países árabes se opusieron a la resolución, votaron en contra, y juraron que irían a la guerra para impedir su implementación. El Supremo Comité Árabe, en representación de los palestinos, se opuso igualmente al plan y amenazó con declarar la guerra, mientras que la Agencia Judía, en representación de los habitantes judíos del Mandato de Palestina, apoyó el plan, a pesar de estar profundamente decepcionada por el mismo. Como ejemplo, en un discurso pronunciado ante las Naciones Unidas en la víspera de la partición, mientras algunos países sugerían la alternativa de una propuesta de tutela (a la cual los árabes también se opusieron), Abba Eban, representante de la Agencia Judía, dijo que la propuesta de tutela era una "digresión malograda" y que: ... mucho sufrimiento y dolor pueden todavía ser evitados si intentamos regresar al camino de la resolución de partición. (New York Times, 2 de mayo de 1948) La resolución fue aprobada con el apoyo tanto de los Estados Unidos como de la Unión Soviética. Los votos en contra incluyeron a todos los países árabes en aquel momento en la ONU: Egipto, Irak, Líbano, Arabia Saudita, Siria y Yemen. (Véase Resoluciones de las Naciones Unidas sobre Palestina y el conflicto árabe-israelí, Vol. 1, 1947-1974, p4-14, Instituto de Estudios Palestinos; véase también la División de la ONU para los Derechos de los Palestinos, Los orígenes y evolución del problema palestino: 1917-1988). El 15 de mayo de 1948, mientras los británicos concluían su retirada del Mandato de Palestina e Israel proclamaba su independencia, cinco ejércitos árabes invadían Palestina y, codo a codo con las milicias palestinas, cumplían sus amenazas de guerra contra Israel. Cabe destacar que la hoja informativa sobre limpieza étnica describe este flagrante acto de agresión en términos engañosamente pasivos: Seguidamente a la declaración de independencia de Israel en mayo de 1948, se inició una guerra entre árabes y los judíos que intentaban establecer el estado de Israel. La guerra no se "inició" sencillamente: la inició el lado árabe con el fin de eliminar y limpiar étnicamente de judíos la región, y para destruir al recién declarado Estado. Al parecer, los autores de la hoja informativa sobre limpieza étnica consideraron necesario ocultar este hecho a sus lectores. El ataque árabe y palestino fue una violación de la Resolución 181 y de la Carta de las Naciones Unidas, que en su artículo 2 estipula que: 3. Todos los Miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal manera que la paz y la seguridad internacionales y la justicia no se vean en peligro. 4. Todos los Miembros deben abstenerse en sus relaciones internacionales de la amenaza o del uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas. Los países árabes trataron de cometer un genocidio, pero fracasaron, y en el proceso generaron el problema de los refugiados palestinos. Si los árabes y los palestinos hubiesen aceptado la resolución de partición de la ONU y no hubiesen violado la Carta de las Naciones Unidas al atacar a Israel en 1948, hoy habría un Estado palestino de 63 años de edad junto a Israel, y no existiría un solo refugiado palestino. Los árabes, en cambio, pensaron que ganarían con facilidad, que sería una "masacre", tal como lo expresara Azzam Pasha, Secretario General de la Liga Árabe: Esta guerra será una guerra de exterminio y una masacre trascendental, de la que se hablará como de las masacres mongolas y de las Cruzadas. El principal líder palestino habló de forma similar. Haj Amin al-Husseini, el Gran Mufti de Jerusalén, declaró a través de su portavoz que el objetivo de los árabes era "la eliminación del Estado judío." (Larry Collins y Dominique Lapierre, Oh Jerusalén, (primera edición), p 400)). El mismo Haj Amin al-Husseini pasó gran parte de la Segunda Guerra Mundial en la Alemania nazi, en donde mantuvo encuentros con Hitler y Himmler e instó a acelerar el exterminio de los judíos, en donde ayudó a organizar unidades de SS musulmanes bosnios que cometieron graves crímenes de guerra contra serbios cristianos y judíos, y desde donde efectuó numerosas transmisiones de propaganda pro-nazi en el mundo árabe. Por ejemplo, en una emisión radiada desde Alemania el 1 de marzo de 1944, Husseini instó a los árabes en todas partes del mundo a cometer genocidio contra los judíos: Levantaos como uno solo y luchad por vuestros derechos sagrados. Matad a los judíos dondequiera que los encontréis. Esto agrada a Dios, a la Historia y a la Religión. Esto os honra. Dios está con vosotros. (Jeffrey Herf, Propaganda Nazi para el mundo árabe, p213, Yale University Press, 2009) Después de la guerra, Husseini fue acusado por Yugoslavia por crímenes de guerra, pero logró escapar de la justicia huyendo a Egipto, que le brindó refugio. (Para más detalles sobre la vida y actividades del Mufti, ver el Mufti de Jerusalén, Haj Amin el-Husseini y el Nacional-Socialismo, por Jennie Lebel, Èigoja Stampa, 2007; El Mufti y el Führer, Joseph Shechtman, Editorial Thomas Yoseloff, 1965) El Gran Mufti revisa sus tropas de SS Nazis. Encuentro del líder palestino Husseini con Hitler. Desgraciadamente, los llamados palestinos al asesinato de judíos se encuentran no solo en los libros de historia; el actual Mufti palestino, Muhammad Hussein, dijo recientemente en un evento de Fatah: La hora [de la Resurrección] no llegará hasta que luchéis contra los judíos. El judío se ocultará detrás de las piedras y de los árboles. Entonces las piedras y los árboles clamarán: 'Oh musulmán, siervo de Alá, hay un judío detrás de mí, ven y mátalo. (De Palestinian Media Watch, 15 de enero de 2012) Y al presentar al Mufti, el moderador del evento se refirió a los judíos como los "descendientes de monos y cerdos": Nuestra guerra con los descendientes de los monos y los cerdos (es decir, los judíos) es una guerra de religión y fe. Así pues, ¿qué líderes pueden ser acusados de apoyar la limpieza étnica, el racismo y el apartheid? ¿Ben-Gurion, que habló de convivencia con los árabes, o Azzam Pasha, el Gran Mufti y sus sucesores modernos, con sus promesas de masacrar a los judíos? ¿Qué lado, el judío o el árabe, insta a cometer genocidio y a la creación de un Estado apartheid? ¿Por qué entonces el movimiento BDS tiene como objetivo, entre todos los países, a Israel? Más falsas acusaciones en la hoja informativa sobre limpieza étnica Mito: acorde a la hoja informativa Limpieza étnica de Palestina, la guerra lanzada contra Israel por 5 ejércitos árabes se trataba, en realidad, de una apropiación de tierras por parte de Israel: La guerra árabe-israelí de 1948 ... dio lugar a una apropiación de tierras por parte de Israel, que expropió considerablemente más tierra de la que le había sido conferida en virtud de la partición. Realidad: Desde luego, como se mencionó anteriormente, no habría habido guerra si los palestinos y los árabes hubiesen acatado la resolución de partición de las Naciones Unidas, en lugar de desafiarla y violar la Carta de las Naciones Unidas al atacar a Israel. En lo que respecta a Israel, que expropió "considerablemente más tierra de la que le había sido conferida en virtud de la partición", resulta absurdo quejarse de su supuesto no acatamiento del plan de partición, considerando que fue la parte árabe quien lo rechazó y quien trató de impedir su implementación lanzando una guerra genocida en la que mataron al uno por ciento de la población judía. Mito: La hoja informativa efectúa igualmente afirmaciones falsas en relación al número de refugiados palestinos: En 1948, tras la guerra de 1947, aproximadamente 700.000 árabes palestinos huyeron a Palestina exterior, desde Jaffa, Haifa y Jerusalén Occidental hacia Gaza y Cisjordania, o hacia otros países, como Jordania, Líbano y Egipto, en cuatro diferentes oleadas. Realidad: Esta afirmación sobrestima ampliamente el número de refugiados palestinos. Los datos del censo previos a la guerra en relación al número de árabes en la parte del Mandato de Palestina que se convertiría luego en Israel, así como los datos del censo después de la guerra en relación al número de árabes en el mismo territorio, señalan un límite máximo de refugiados palestinos de aproximadamente 539.000. (Walter Pinner, PhD, ¿Cuántos refugiados árabes?, p28; Efraim Karsh apunta cifras similares: ¿Cuántos refugiados árabes palestinos estaban allí?, Israel Affairs, abril de 2011) Y, completamente obviado por este y por cualquier otro website-apartheid es el hecho de que había más refugiados judíos provenientes del mundo árabe que refugiados palestinos de Israel. Estos judíos, muchos de ellos arraigados en el mundo árabe desde antes de la llegada del Islam, sumaban más de 800.000 y fueron expulsados ​​de los países árabes durante y después de la guerra. Alrededor de 600.000 vinieron a Israel, teniendo muchos de ellos que vivir en campos de refugiados previamente a poder ser reasentados. Para más detalles, ver Refugiados judíos de los países árabes: el caso por los derechos y la reparación y La narrativa olvidada: Refugiados judíos de los países árabes.