martes, 16 de julio de 2013

El Sentido de Tisha BeAv (9 de Av) en Tiempos Actuales

Rabino Alfredo Winter Beth Israel Congregation Vineland, New Jersey Desde los albores de nuestra historia el concepto de "memoria" ha sido considerado parte de nuestro "ADN" emocional y espiritual. Diariamente en nuestras oraciones y semanalmente al recitar el Kidush (bendición), somos llamados a recordar el Éxodo de Egipto. La Torá nos exhorta a recordar a Amalek, simbólico antecesor de villanos que a lo largo de los siglos perpetrarían las más horrendas atrocidades contra nuestro Pueblo. Los símbolos que exhibimos o utilizamos en distintas festividades constituyen medios para evocar la razón de su celebración. Asimismo es con reverencia que respondemos al llamado de nuestra tradición al recordar en la hora de "Izkor"(plegaria de la memoria), cuatro veces al año, a los seres queridos que han pasado a mejor vida. Al decir de Samuel David Luzzatto, “La memoria sostiene al hombre en el mundo de la vida.” Es en este contexto que podemos interpretar la esencia de la conmemoración de Tisha BeAv, que es asociada fundamentalmente con la destrucción del primero y segundo Templo de Jerusalén, amén de otros hechos trágicos ocurridos a lo largo de nuestra historia. De igual modo, empero, no podría tildarse de descabellada una interrogante, repetida especialmente desde el 6 de Junio de 1967, cuando el remanente del 2. Templo, su pared occidental, el hoy tan venerado Kotel HaMaaravi o Muro de los Lamentos, volvió a estar en manos judías. La misma es: que validez tiene adjudicar renovada vigencia a la pérdida del centro espiritual del mundo judío antiguo, y al comienzo del largo exilio de nuestro Pueblo que le siguió, cuando la mayor epopeya del Estado Judío moderno nos devolvió un vestigio del mismo, reafirmando así el derecho a defender nuestra soberanía sobre la tierra de nuestros ancestros. A esto cabe responder que tal interrogante no debe alejarnos de nuestro permanente objetivo de consustanciarnos física y espiritualmente-ayuno y ritual tradicional- con la trascendencia de la conmemoración que aquí nos ocupa. Al contrario, Tisha BeAv tiene que ser considerado no solo como el día en el que recordamos tanto mal que nuestro Pueblo ha sufrido, sino que debe ser visto también como el día en el que tomamos clara conciencia de que, a pesar de tanto traspié, tantas e incalculables pérdidas y tanto sufrimiento experimentado, Am Israel (pueblo de Israel) ha podido sortear los obstáculos que el destino le ha interpuesto. Hoy en día nuestra supervivencia y existencia son una clara demostración del triunfo de nuestro espíritu y la fe en el Eterno y toda conmemoración de Tisha BeAv que no lo tenga en cuenta es inadecuada. Por tanto no lloremos únicamente nuestras pérdidas; hagamos también de Tisha BeAv un día en el que expresamos agradecimiento a nuestros mártires por su lealtad a nuestra fe, así como una jornada en la que renovamos nuestro compromiso con el legado que con tanto heroísmo y amor ellos nos han dejado. No en vano anticiparon nuestros sabios que el Mesías, el Redentor de nuestro Pueblo habría de nacer en Tisha BeAv... El Rabino Alfredo Winter nació en Bolivia y creció en Montevideo, Uruguay ciudad en la que su padre el Gran Rabino Dr.Fritz Winter (Z¨¨) dirigió los oficios la Nueva Congregación Israelita por más de treinta años. El Rabino Alfredo Winter egresó en 1968 del Seminario Rabínico de América Latina con sede en Buenos Aires y se graduó también en la Universidad de Buenos Aires de la licenciatura de Filosofía. Actualmente reside en USA y se desempeña como Rabino en el Templo Beth Israel de Vineland.