En el gueto de Varsovia funcionó una facultad de Medicina y una escuela de Enfermería. Las autoridades judias del gueto organizaron los servicios sanitarios: hospitales, consultorios, orfanatos y servicios mortuorios. Algunos médicos previeron su fin: sabían que iban a morir y decidieron dejar una prueba de sus resistencia. Investigaron sobre el problema de salud que sufrían sus pacientes: el hambre. Por primera vez, y probablemente por última, investigadores e investigados sufrían el mismo problema. El estudio es un ejemplo de rigor científico y resistencia. Utilizaron todos los pocos medios que tenían a su disposición.
Participaron de la investigación 28 médicos, que analizaron las consecuencias del hambre en el ser humano. A veces los “pacientes” recibían por su participación una rodaja de pan. Recordemos que la dieta media de los habitantes del gueto era de 186 calorías por día.
La investigación fue realizada según todos los criterios profesionales empíricos y cualitativos. Como grupo de control fueron utilizados voluntarios que, ayudados por los organizadores del contrabando en el Gueto, tenían suficiente alimentos.
Los temas estudiados fueron anatomía y patología del hambre, la influencia del hambre al desarrollo del metabolismo de los niños y los adultos, su repercusión en los ojos, y en el aparato circulatorio y digestivo.
En los niños se examinaron aspectos clínicos y cambios en el metabolismo, hematológicos, anatómicos y oftalmológicos. Se practicaron 3.658 autopsias. La Dra. Hana Braude-Heller, investigo la influencia del hambre en los niños. El Dr. Emil Apfelbaum hizo lo propio con la influencia del hambre en el sistema circulatorio. El Dr. Sheinman sobre la sangre. La investigación comenzó en febrero de 1942 y fue interrumpida en el verano de 1943, debido a la deportación de la mayoría de los judíos del Gueto de Varsovia al campo de exterminio Treblinka (se incluía un gran número de médicos).
El Dr. Israel Milejkowski, en el prólogo del informe dice “La tragedia es imponente y nuestro idioma es demasiado humilde para describir la crueldad y la infinidad de nuestra desgracia y nuestra tragedia. La búsqueda de palabras es una tortura. El síntoma del hambre dejo su huella en las calles del gueto, con cientos de cadáveres cubiertos con papel periódico. También los médicos sufrían de hambre constante y, a pesar de ello, no irrumpieron su trabajo de investigación por un solo momento. El objetivo de los nazis era claro: la eliminación a través del hambre. Este fue el peor enemigo dentro del Gueto. Mis últimas palabras, las dedico en su honor a ustedes, los médicos judíos del Gueto”. Ustedes son parte de todos nosotros. La esclavitud, el hambre, las deportaciones y la muerte en nuestro gueto son el destino de ustedes. Finaliza el Dr . Milejoswski con una frase que es todo un canto a la resistencia y a los valores de los profesionales: Ustedes, por medio de su trabajo, pueden dar a los asesinos la única respuesta: “Non Omnis Moriar” (No moriré por completo).
Participaron de la investigación 28 médicos, que analizaron las consecuencias del hambre en el ser humano. A veces los “pacientes” recibían por su participación una rodaja de pan. Recordemos que la dieta media de los habitantes del gueto era de 186 calorías por día.
La investigación fue realizada según todos los criterios profesionales empíricos y cualitativos. Como grupo de control fueron utilizados voluntarios que, ayudados por los organizadores del contrabando en el Gueto, tenían suficiente alimentos.
Los temas estudiados fueron anatomía y patología del hambre, la influencia del hambre al desarrollo del metabolismo de los niños y los adultos, su repercusión en los ojos, y en el aparato circulatorio y digestivo.
En los niños se examinaron aspectos clínicos y cambios en el metabolismo, hematológicos, anatómicos y oftalmológicos. Se practicaron 3.658 autopsias. La Dra. Hana Braude-Heller, investigo la influencia del hambre en los niños. El Dr. Emil Apfelbaum hizo lo propio con la influencia del hambre en el sistema circulatorio. El Dr. Sheinman sobre la sangre. La investigación comenzó en febrero de 1942 y fue interrumpida en el verano de 1943, debido a la deportación de la mayoría de los judíos del Gueto de Varsovia al campo de exterminio Treblinka (se incluía un gran número de médicos).
El Dr. Israel Milejkowski, en el prólogo del informe dice “La tragedia es imponente y nuestro idioma es demasiado humilde para describir la crueldad y la infinidad de nuestra desgracia y nuestra tragedia. La búsqueda de palabras es una tortura. El síntoma del hambre dejo su huella en las calles del gueto, con cientos de cadáveres cubiertos con papel periódico. También los médicos sufrían de hambre constante y, a pesar de ello, no irrumpieron su trabajo de investigación por un solo momento. El objetivo de los nazis era claro: la eliminación a través del hambre. Este fue el peor enemigo dentro del Gueto. Mis últimas palabras, las dedico en su honor a ustedes, los médicos judíos del Gueto”. Ustedes son parte de todos nosotros. La esclavitud, el hambre, las deportaciones y la muerte en nuestro gueto son el destino de ustedes. Finaliza el Dr . Milejoswski con una frase que es todo un canto a la resistencia y a los valores de los profesionales: Ustedes, por medio de su trabajo, pueden dar a los asesinos la única respuesta: “Non Omnis Moriar” (No moriré por completo).
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