miércoles, 14 de mayo de 2014

OPINION

¿Qué es Israel 66 años después? Destacado

Israel es ciencia, innovación y futuroIsrael es ciencia, innovación y futuro
Los aullidos de la sirena de Yom Hazicaron se han apagado. Ese particular sonido que se repite en dos oportunidades, a las 20 hs cuando comienzan las conmemoraciones y a las 11 hs de la mañana siguiente cuando se da inicio a los actos oficiales ha quedado atrás. Esa sirena que pone la piel de gallina y nos recuerdan a los 23.169 soldados que han caído en las guerras de Israel y las 2.495 víctimas de atentados terroristas. Ese penetrante sonido que recuerda a las familias que han perdido a alguno de sus miembros en defensa de nuestra soberanía y libertad de nuestro pueblo o como víctimas inocentes de detestables actos criminales. Esa sirena que nos dice a los padres que hemos tenido a nuestros hijos en el ejército y que sabemos que lamentablemente nuestros nietos también tendrán que pasar por esos difíciles momentos que Israel vive. Que Israel está. Que Israel perdurará a pesar de nuestros enemigos.
Que después de la conmemoración, vienen los festejos. Los fuegos artificiales, los bailes en las calles, los asados en bosques y la fiesta plena. Hoy todo eso ha pasado. Una inesperada lluvia, desacostumbrada en esta época del año, nos sumerge nuevamente en la rutina diaria. Las rutas, imposibles de transitar, cada vez parecen más chicas. Las obras en curso, continúan y los negocios retoman su habitual funcionamiento.
Es tiempo de reposar los ánimos y pensar. Analizar que ha sucedido durante estos sesenta y seis años desde la creación del Estado. Desde ese ya lejano 14 de mayo de 1948 a la fecha. Por ese entonces al amanecer del día 15 la aviación Egipcia comenzaba con sus bombardeos. Tropas de seis países amenazaban nuestras fronteras. Una guerra desigual, parecía que el sueño se vería despedazado en poco tiempo. Pero al igual que David, que con astucia y sagacidad se enfrentó a Goliat, se venció.
Por aquel entonces en las tierras de Israel vivían menos de 800.000 habitantes. En este plazo la población se vio incrementada diez veces pues ya superamos los ocho millones. Se recibió pantanos y desiertos. Se logró secar los primeros y hacer fértiles los segundos. La pobreza era absoluta. Se carecía de armamentos y de comestibles. Hoy tenemos un ejército fuerte y respetado. Se consigue cualquier tipo de alimentos y bebidas de todo el mundo. Tenemos un mercado de cambios libres y sin controles. Una moneda estable y en la cual la población tiene confianza. Todas las transacciones comerciales se hacen en shekalim. Ya no se habla de dólares o de euros. Ganamos, gastamos y ahorramos (los que pueden) en nuestra moneda y dentro de nuestras fronteras. Se ha llegado a un PBI de casi 34.000 dls por habitante, comparable con las grandes potencias de Europa. El K.K.L. ha plantado 240 millones de árboles e Israel tiene el privilegio de ser el único país del mundo que ha comenzado el siglo XXI con más árboles que los que tenía al comenzar el XX. En estos 66 primeros años se han recibido a más de tres millones de olim jadashim (nuevos inmigrantes) y se a ayudado a estos a integrarse al país. Israel es el segundo país del mundo en donde se publican más libros per cápita, luego de China. 6.300 en 2010 (un libro por cada 1.200 israelíes). Es sin lugar a dudas el lugar del mundo donde la mujer árabe vive mejor, y si aún no goza de mejores condiciones de vida es por exigencias de su propia familia. Aquí la mujer árabe sale a la calle sola, fuma, conduce vehículos y puede tener cuantos amantes desee, sin correr el peligro de ser lapidada.
Es cierto, no somos perfectos. Por el contrario. Estamos muy lejos de serlo. Pero vamos en camino y por lo menos lo trataremos.
Es cierto que el índice de pobreza es inadmisible en un país como Israel. Que la distribución de la riqueza es preocupante. Pero también es cierto que la desocupación casi no existe y si se llega a las cifras del seis por ciento es como consecuencia de la influencia de la comunidad ultra ortodoxa y árabe. Es cierto que muchas veces nos quejamos cuando pedimos turno para un médico o para algún tratamiento específico. Pero es cierto que tenemos un servicio de salud que cubre a más del 95 % de la población y que es envidiado por la mayoría de los países del mundo. En un coloso como los Estados Unidos, el presidente Obama está luchando para lograr que más de 90 millones de personas tengan cubertura social. En Israel todos tenemos esa cubertura, con médicos de primera línea y en hospitales, que en épocas puntuales pueden estar sobresaturados, en forma general prestan un muy buen servicio. Que las aulas están con un número de alumnos que en muchos casos superan los niveles óptimos de estudio es una verdad. Pero también es una verdad que en las mismas se imparte educación a todos y en forma igualitaria. Que la misma es gratuita hasta el colegio secundario y que tenemos universidades que generan verdaderos científicos, buscados por todo el universo.
Israel no es perfecto. Israel tiene fallas. Pero es el gran milagro de la segunda mitad del siglo XX y lo seguimos siendo. Israel gasta más de un tercio de su presupuesto en defensa. Podríamos suponer hasta donde se hubiese llegado si no tendríamos los vecinos que nos rodean. No tenemos ni una gota de petróleo, pero lo hemos encontrado en el Sinai y luego se lo hemos dejado a los egipcios. Ahora encontramos gas en el Mediterráneo para cubrir con todas nuestras necesidades y también exportar. No teníamos agua. Pues entonces hemos construido las mayores plantas desalinizadoras de agua y en esos momentos el setenta por ciento del agua que se necesita para la agricultura proviene del mar.
Decimos con todo orgullo que somos la única democracia estable de Medio Oriente. Eso es cierto a pesar que en el país no existe una Constitución, que el sistema electoral es kafkiano y no se produce una real separación de los tres poderes. El poder ejecutivo se entremezcla con el legislativo y 23 de los ministros son parlamentarios con lo cual hace imposible la autonomía de estos pero tenemos un sistema judicial que reivindica una seriedad envidiable para muchos países. El que delinque lo paga sea quien sea y ocupe el cargo que ocupe. Han pasado por nuestras prisiones presidentes, ministros, legisladores, rabinos, intendentes y hasta un ex Primer Ministro va camino a la cárcel. Somos imperfectos, pero solucionamos nuestros errores.
Hemos tenido desafíos constantes. Los vamos superando. Crecemos. Aportamos a la humanidad adelantos en medicina, en química en física. Respetamos la libertad de culto. Recibimos tres millones y medio de turistas por año. Resguardamos los lugares sagrados de otras religiones. Esto es Israel. Este es el pueblo de Israel. Esto es el resumen que queda luego de 66 años de luchas y sacrificios. Y nos mostramos orgullosos de mostrar nuestras realizaciones al mundo y a compartir nuestras alegrías. Hoy Israel está. Vive y perdurará, gracias al esfuerzo y dedicación de su pueblo, que ha sido castigado y perseguido por más de dos mil años, pero que muestra su presente al universo. עם ישראל חי (El pueblo de Israel, vive)
Cr. Víctor Vaisman

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