domingo, 8 de junio de 2014

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El tortuoso sendero hacia Bait Hanasi Destacado

        ¿Quién elige al presidente, el matrimonio Netanyahu o la Kneset?¿Quién elige al presidente, el matrimonio Netanyahu o la Kneset?
Se llega a los últimos metros (días) de la carrera hacia el sillón presidencial aún en plena lucha y sin un candidato firme. Los tejes y manejes de nuestros políticos en estas últimas semanas han superado casi todo lo imaginable y terminando el codo final se encara la recta tratando de conseguir ventajas decisivas en los postreros metros.
El Presidente termina su mandato y ha comunicado que no permanecerá en su cargo “ni un día más de lo estipulado”. Shimón Peres, que no se jubilará, ha dicho que tiene otros planes para su futuro y a él va a dedicar todas sus fuerzas. Propulsar el desarrollo de la Alta Tecnología, es su meta actual.
Hace dos años nadie dudaba que al finalizar el actual periodo presidencial Reuven Rivlin sería el candidato con más probabilidades de suceder a Peres. Rubi, como es conocido entre sus fervientes seguidores ya había declarado sus intenciones de postularse para el cargo en el año 2007 mientras aún Katzav ejercía el cargo. La dimisión de este hizo que Rivlin se presentase como candidato para competir contra Peres en ese año. Rivlin fue el segundo candidato más votado y decidió retirarse, anunciando con entusiasmo, "¡Viva el presidente, viva el Estado de Israel", y pidió a la Knesset para apoyar a Shimón Peres por unanimidad.
Electo como presidente de la Kneset, todos daban por sentado que era el paso previo para llegar al cargo máximo a continuación. Pero en política hay que ser muy moderado en las declaraciones, incluso las que se dicen cuando uno cree que está rodeado de amigos y se comenta de fuentes muy cercanas a su persona que en una oportunidad este dijo “A mí no me maneja mi esposa”.
Esas palabras llegaron a la residencia del Primer Ministro y tras las mismas, Rubi ha caído en desgracias. Cuando se eligió la actual Kneset, Rivlin fue sustituido en forma sorpresiva porYuli Edelstein y, a partir de ese momento, todos los esfuerzos se volcaron a encontrar una figura para candidatear a la Presidencia del Estado. Hubo coqueteos con Silvan Shalom que se desvanecieron a último momento. Luego, Bibi trató de rescatar a David Levy, olvidando la larga lista de chistes que circulaban cuando este era Ministro de RR.EE. Se siguió buscando sustitutos y se recurrió a Eliezer (Eli) Wiesel, el respetado ex prisionero de Aushwitz y premio Nobel de la Paz 1986, pero no se recordó que este ni siquiera es ciudadano israelí. En fin una chapuza total hasta que sobre el final, al perfilarse los sies candidatos que llegaron a los últimos metros, se opta por Rivlin pues es el único de estos, que es de la esencia básica del Partido Likud y ex jerutnik. Al no quedar más opciones, Bibi le da el respaldo, pero ahora ya el candidato está muchísimo más manoseado llevándose además la crítica de su actual aliado Avigdor Lieberman.
Frente a Rivlin hay otros cinco candidatos y los con más probabilidades de disputar por el segundo lugar se encuentran el viejo adversario de Avodá, Benjamín Ben Eliezer y la ex presidenta de la Kneset, Dalia Itzik.
Los otros candidatos son el parlamentario Meir Shitrit, el Premio Nobel de Quimica, Dan Shechtman y la ex titular de Justicia, Dalia Dorner. Las chances de estos son menores pues el primero a pesar de tener una muy amplia trayectoria política no pertenece actualmente a los grandes partidos representados en la Kneset y los dos últimos, a pesar de un gran prestigio personal, no son lo sufrientemente “políticos”. Pero puede suceder cualquier cosa. No olvidemos que en 2007, Moshe Katzav derrotó a Shimón Peres, y actualmente aún quedan representantes que en su momento votaron por el actual presidiario. Con nuestros políticos, todo es posible, y nada escapa de la posibilidad.
Aunque indudablemente lo esperado el próximo 10 de junio es que Rivlin gane en primera vuelta y que Ben Eliezer o Dalia Itzik ocupen el segundo lugar, pero que ninguno alcance a los 61 votos necesarios. Producido esto, se debe realizar de inmediato una segunda votación entre los dos candidatos más votados. De ser Ben Eliezer el segundo, se estima que las fuerzas de derecha harán prevalecer su mayoría en la Kneset. Con Dalia Itzik puede ocurrir lo contrario. Esta ha sido una política bien vista y ya hay mucha gente que manifiesta que es hora que nuestro país tenga una presidenta que represente a gran trabajo que ha realizado la mujer a lo largo de nuestra historia.
Todas las variantes están abiertas. Lo que debe quedar claro es que no puede seguir aceptándose que la elección del Presidente del Estado lo realicen solo 120 ciudadanos. Es necesario hacer las modificaciones del caso para que el representante de todos los israelíes sea elegido por estos en forma directa y no por sus políticos en forma secreta, modo que se presta a todo tipo de componendas.
Es de desear que se tome nota del caso y que se realicen las modificaciones legales pertinentes ahora, no dentro de siete años, cuando nuevamente se deba tomar una decisión de último momento sin ser debidamente consensuada.
Cr. Victor Vaisman

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