* No Son Nuestros*
Querida amiga, lamento enviarte estas líneas, pero tengo la
necesidad de
confiarte mi enfermedad, que acortará mi vida.
Tu sabes bien, colega, que hay un virus, para algunos,
peste, para otros o
sencillamente llamado *la maldición del poeta*. Este mal se
produce, en el
momento que nuestros poemas, toman el control sobre nosotros
y quieren
la independencia. Piden la libertad, que es volar del nido
que los vio nacer,
quieren dejarnos, abandonarnos, independizarse de nosotros,
sus creadores.
Poetiza, figúrate tu, vivir ignorando el destino que esos
poemas, que fueron
testigos de tantas penurias, hasta que salieron a la luz. Me
pregunto: ¿ Ellos
saben las privaciones que hemos pasado, los sacrificios que
hemos cumplido,
las horas con los ojos en el reloj, hasta escuchar el
llanto, de ellos al nacer ?
Y hoy, criados ya, famosos en la literatura, exigen levantar
el vuelo hacia el
cielo y la fama, con aire triunfal.
Te pregunto, trovadora, quiero conocer tu opinión. ¿ Acaso,
mansamente,
debemos abrir nuestras manos y ayudarlos, en el impulso
inicial, y mirar
como levantan vuelo, nuestras creaciones, nuestros desvelos
hasta perderse,
en la infinidad.
Y esto trae a mi memoria, las palabras del poeta cuando
dijo:* ¡ Nuestros hijos,
no son nuestros hijos, son hijas e hijos de la vida !*
Y nosotros deberemos agregar: ¡ Nuestros escritos, son del
mundo y al mundo
deberán llegar, porque en cada uno de nuestros poemas, late
nuestro corazón !
Mario Beer-Sheva
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