Arabia Saudí despidió el año decapitando a un ciudadano de Filipinas
"Según Amnistía Internacional, se trata de la cifra más alta de ejecuciones en Arabia Saudí desde el año 1995, en que fueron ajusticiadas 192 personas"
Según Amnistía Internacional, se trata de la cifra más alta de ejecuciones desde el año 1995, en que fueron ajusticiadas 192 personas.
Entre los ejecutados en 2015 se encuentra el filipino Joselito Zapanta, condenado en 2010 por el asesinato de un ciudadano sudanés. Zapanta fue decapitado a sable el 29 de diciembre.
Las autoridades sospechan que el terrorista, un árabe de 28 años de la localidad árabe de Arara (norte) cuya identidad no ha sido revelada, sigue en la ciudad, oculto y armado.
El crimen se produjo en la tarde de ayer en la populosa calle Dizengoff. El terrorista abrió fuego indiscriminadamente contra quienes se encontraban en el lugar.
Según fuentes policiales citadas por el Times of Israel, fue el propio padre del asesino el que identificó a éste y dio la voz de alerta.
El texto, que forma parte de una serie de documentos capturados por las fuerzas especiales norteamericanas en un operativo desarrollado en Siria en el mes de mayo, detalla profusamente cómo han de ser las relaciones sexuales entre los terroristas del Estado Islámico y sus cautivas.
Naciones Unidas ya había acusado al Estado Islámico de secuestrar y violar sistemáticamente a miles de mujeres y niñas (especialmente de la minoría yazidí). Se sospechaba que muchas de ellas eran entregadas a los combatientes como recompensa, o vendidas a terceros.
El califa Abubaker al Bagdadi utiliza argumentos religiosos para justificar muchas de sus acciones, pero algunos estudiosos del islam sostienen que la reintroducción de la esclavitud está “prohibida”.
Varias organizaciones culturales están tratando de crear registros en 3-D de los sitios históricos para su conservación en formato digital e impedir así que el Estado Islámico acabe completamente con ellos.
A tal efecto, el Instituto de Arqueología Digital está elaborando una base de datos de código abierto con miles de imágenes. La idea es no sólo dejar constancia del estado en que se encuentran en estos momentos sino reunir toda la información necesaria para una hipotética reconstrucción.
Shaima Qasem Abdelramán se impuso a sus competidores en el certamen, celebrado a finales de diciembre la capital del país, Bagdad.
La joven se ha enfrentado a duras críticas por parte de los elementos más reaccionarios de la sociedad, incluso ha recibido amenazas de muerte. “Quiero demostrar que la mujer iraquí tiene su propia entidad dentro de la sociedad, y sus derechos son como los de los hombres”, proclamó Shaima, de 20 años de edad. “No tengo miedo de nada, porque estoy segura de que lo que estoy haciendo no está mal”.
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