Muere en Israel el último sobreviviente de la revuelta en el campo de exterminio nazi Treblinka
Samuel Willenberg, el último prisionero sobreviviente de la revuelta en el campo de exterminio nazi Treblinka – que logró escapar en 1943 – ha muerto a los 93 años en Israel.
Willenberg nació en 1923 en Czestochowa, en el sur de Polonia, donde su padre Perec enseñaba en una escuela judía local. Su madre Maniefa se había convertido del cristianismo al judaísmo después de su matrimonio. Tenía 16 años cuando la Segunda Guerra Mundial estalló con la invasión nazi de Polonia en 1939.
En 1941, las dos hermanas de Willenberg fueron detenidas en Czestochowa, mientras que sus padres utilizaron documentos falsos para escapar de la purga nazi. A la edad de 19 años, es capturado con otros Judíos durante la liquidación del gueto en Opatow en el sur de Polonia, y es enviado a Treblinka.
Siguiendo el consejo de otro prisionero judío, Willenberg se hizo pasar por un albañil a su llegada al campo de exterminio. Sería la única persona de su transporte que no perecería en las cámaras de gas.
Willenberg participó en la revuelta de 1943 en Treblinka, convirtiéndose en uno de los pocos cientos que logró escapar del campo.
“Nuestro objetivo era destruir la fábrica de la muerte”, Willenberg recordó más adelante. “Toda esta revuelta duró tal vez 20 o 30 minutos. Queríamos que este campo dejara de funcionar. Una vez que llegamos al bosque empecé a gritar «¡El infierno arde en llamas!»”.
Después de su fuga de Treblinka, Willenberg regresó a Varsovia, encontró a su padre, y se unió a la resistencia clandestina, utilizando el nombre de soltera de su madre, Popow. Recordó en su autobiografía de 1986, “Rebelión en Treblinka”, que también participó en el Levantamiento de 1944 de Varsovia contra los nazis.
Después de la guerra, Willenberg ayudó a una organización judía en Polonia a localizar a los niños judíos que habían sido salvados de los nazis por polacos no judíos. Se trasladó a Israel en 1950 con su esposa y su madre, donde se unió a la función pública. Después de retirarse, encontró el éxito como escultor y realizó varias exposiciones internacionales de su obra, que se centró en el Holocausto y sus propias experiencias en Treblinka.
Willenberg estaba entre los asistentes en agosto de 2015 de la conmemoración del levantamiento en Treblinka.
“Hemos quemado el infierno”, dijo en la ceremonia, que marcó el 72º aniversario del estallido de la rebelión.
Su hija, Orit Willenberg-Giladi, en 2013 fue nombrada como arquitecta para diseñar un centro de educación sobre el Holocausto en el sitio del campo de exterminio nazi.
A Willenberg le sobreviven su esposa, Ada, su hija y tres nietos. Será enterrado el lunes a las 3 de la tarde, en el cementerio en Moshav Udim, cerca de Netanya.
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