¡SHABAT SHALOM! DANIEL KARPUJ
Durante los primeros años de vida, mientras aprendemos, a tientas, a conocer el mundo que nos rodea, y damos finalmente los primeros pasos titubeantes, todos nos parecemos de un modo notable.
Y cuando llegan los años finales de nuestra vida, ya cansados y mañosos, cuando ya casi no recordamos bien el mundo que nos rodeaba, y nos cuesta dar los últimos pasos, tambaleantes, volvemos a parecernos también de un modo considerable.
Curioso, porque, suele suceder que lo que comienza igual y termina análogo, se trata de exactamente lo mismo.
Pregunto:
¿No será que en realidad somos mucho más parecidos de lo que creemos?
Ama a tu prójimo como a ti mismo… tal vez porque el otro, finalmente, no es más que una manifestación distinta de ti mismo.
Lo demás, sospecho, es sólo imaginación y espejismo, ensueño y quimera.
Sí, obvio, ama a tu prójimo como a ti mismo.
Como a ti mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.