ACOM - Acción y Comunicación sobre Oriente Medio en Universidad Autónoma de Madrid.
able ayuda de la Universidad Autónoma de Madrid. Se trata de las jornadas que llevarán a cabo en dicha universidad el próximo miércoles 30 de noviembre las asociaciones Ágora Revista Online y Asociación Demos UC3M sobre la situación en Oriente Medio
Las jornadas fingen guiarse por un enfoque totalmente neutral sobre la materia y, sin embargo, comienzan cuestionando la legitimidad del Estado de Israel, sin realizar análisis similar respecto a la legitimidad de ninguno de los otros países de la zona, también surgidos como estados-naciones a mediados del siglo XX en territorios desgajados del Imperio Otomano y que pasaron a ser protectorados ingleses o franceses. Y mucho menos lo hace preguntándose sobre la legitimidad de una supuesta "Palestina" que nunca ha existido como estado.
Sea como fuere, el tratamiento del papel palestino en el conflicto árabe-israelí, denominado “respuestas de la sociedad palestina”, dice a las claras que se prejuzga su rol como el de víctima que sólo "responde" a una agresión, sin ser ella misma fuente u origen de sectarismo y violencia, mucho antes de que el estado de Israel se estableciera en 1948 y de que nadie siquiera hablara del tal pueblo palestino.
Es sonrojante también que las asociaciones organizadoras se digan contar con "las que consideramos las personas más expertas sobre Oriente Próximo".
La moderadora del segmento dedicado a Israel, especializada en estudios árabes, no parece tener un perfil precisamente neutral. Desde su cuenta de Twitter difunde de forma regular y obstinada críticas sesgadas y permanentes denuncias contra el estado judío y monográficamente a favor de posiciones árabes palestinas. En su cuenta en redes sociales la sociedad palestina es dibujada como una sempiterna menor de edad sin criterio ni responsabilidad, siendo permanentemente víctima de un Israel demonizado. Una profesional de la comunicación que se expresa públicamente así deja muy bien a las claras su credibilidad a la hora de comentar sobre la materia y su aptitud a la hora de moderar un debate como este.
Un debate que tendrá como "representante judío" a Hector Grad, inefable exponente del auto odio, el hebreo antisemita, el que se ofrece como instrumento para la destrucción del estado judío, el hogar nacional de ese pueblo, en el que viven la mitad de sus miembros y universalmente aprobado en su derecho a existir en paz y seguridad por la inmensa mayoría de la diáspora. No sólo es por tanto el Sr. Grad un personaje marginal e irrelevante, sino que además se arroga falsariamente representar a una organización (¿"Judíos antisionistas españoles"?) que sólo existe en su imaginación de freak sin credibilidad ni representatividad: ¿dónde está registrada?,¿a qué comunidad representa con carácter oficial?, cuál es su vinculación con el resto de comunidades judías españolas debidamente inscritas en registros oficiales?
En esas condiciones, ¿qué representante serio de una postura a favor de Israel se iba a prestar a participar en semejante encerrona? Tendrán que ejecutar la escenificación de este auto de fe ellos solitos. Y conseguir de nuevo, con una institución académica que se presta, alentar más odio, glorificar más la violencia, perpetuar el conflicto (pues nunca una disputa se ha solventado excluyendo a una de las dos partes de su solución) y demonizar al pueblo judío y su hogar nacional, continuando de ese modo la incitación al más rancio antisemitismo
Las jornadas fingen guiarse por un enfoque totalmente neutral sobre la materia y, sin embargo, comienzan cuestionando la legitimidad del Estado de Israel, sin realizar análisis similar respecto a la legitimidad de ninguno de los otros países de la zona, también surgidos como estados-naciones a mediados del siglo XX en territorios desgajados del Imperio Otomano y que pasaron a ser protectorados ingleses o franceses. Y mucho menos lo hace preguntándose sobre la legitimidad de una supuesta "Palestina" que nunca ha existido como estado.
Sea como fuere, el tratamiento del papel palestino en el conflicto árabe-israelí, denominado “respuestas de la sociedad palestina”, dice a las claras que se prejuzga su rol como el de víctima que sólo "responde" a una agresión, sin ser ella misma fuente u origen de sectarismo y violencia, mucho antes de que el estado de Israel se estableciera en 1948 y de que nadie siquiera hablara del tal pueblo palestino.
Es sonrojante también que las asociaciones organizadoras se digan contar con "las que consideramos las personas más expertas sobre Oriente Próximo".
La moderadora del segmento dedicado a Israel, especializada en estudios árabes, no parece tener un perfil precisamente neutral. Desde su cuenta de Twitter difunde de forma regular y obstinada críticas sesgadas y permanentes denuncias contra el estado judío y monográficamente a favor de posiciones árabes palestinas. En su cuenta en redes sociales la sociedad palestina es dibujada como una sempiterna menor de edad sin criterio ni responsabilidad, siendo permanentemente víctima de un Israel demonizado. Una profesional de la comunicación que se expresa públicamente así deja muy bien a las claras su credibilidad a la hora de comentar sobre la materia y su aptitud a la hora de moderar un debate como este.
Un debate que tendrá como "representante judío" a Hector Grad, inefable exponente del auto odio, el hebreo antisemita, el que se ofrece como instrumento para la destrucción del estado judío, el hogar nacional de ese pueblo, en el que viven la mitad de sus miembros y universalmente aprobado en su derecho a existir en paz y seguridad por la inmensa mayoría de la diáspora. No sólo es por tanto el Sr. Grad un personaje marginal e irrelevante, sino que además se arroga falsariamente representar a una organización (¿"Judíos antisionistas españoles"?) que sólo existe en su imaginación de freak sin credibilidad ni representatividad: ¿dónde está registrada?,¿a qué comunidad representa con carácter oficial?, cuál es su vinculación con el resto de comunidades judías españolas debidamente inscritas en registros oficiales?
En esas condiciones, ¿qué representante serio de una postura a favor de Israel se iba a prestar a participar en semejante encerrona? Tendrán que ejecutar la escenificación de este auto de fe ellos solitos. Y conseguir de nuevo, con una institución académica que se presta, alentar más odio, glorificar más la violencia, perpetuar el conflicto (pues nunca una disputa se ha solventado excluyendo a una de las dos partes de su solución) y demonizar al pueblo judío y su hogar nacional, continuando de ese modo la incitación al más rancio antisemitismo
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