LOS ALIMENTOS, EL CUERPO Y EL ALMA
Casi nadie se atrevería a reconocer que se identifica más con su cuerpo que con su alma.
Y que cuando dice “yo soy”, en realidad se refiere a sus músculos.
¡Esto sería vergonzoso de aceptar públicamente!
Pero a la hora de alimentar al cuerpo y al alma, las dietas suelen ser radicalmente diferentes.
Al cuerpo lo alimentamos, varias veces al día, con los más saludables alimentos, sanos, naturales, y atendemos cada uno de los múltiples parámetros ante un examen médico.
Pero cuando se trata de alimentar al alma…
Un buen libro, una película recomendada, de vez en cuando un museo.
Pero, ¿el alma se alimenta de cultura?
¿Se nutre de erudición?
El hombre contemporáneo, sin lugar a dudas, se identifica mucho más con su cuerpo que con su alma.
Por eso, a uno lo alimenta y lo mima, lo atiende y lo cultiva, mientras que al otro lo deja agonizar lenta y gradualmente.
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