domingo, 24 de marzo de 2019

Limud Buenos Aires

El rabino Marshall Meyer fue una de las grandes personalidades que tuvo la comunidad judeo-argentina en el siglo XX. Sin tregua y sin que el temor lo paralizara, acompañó de manera denodada e incondicional a madres, padres y abuelos de desaparecidos. Visitaba cárceles, insuflaba aliento y esperanza, aún en contra de aquellos que lo intimidaban, lo denostaban y por todos los medios intentaban enmudecerlo.
Su formación la debía, entre otros, a su maestro el rabino Abraham Joshua Heschel: un gigante intelectual del siglo XX, quien había militado junto al reverendo Martin Luther King en la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos.
“Para tomar en serio a la Torá y al judaísmo hay que tomar muy en serio a los derechos humanos -afirmaba Meyer -. Para el judaísmo el mundo no fue creado de una vez, para siempre: está en proceso de creación y los hombres tenemos la posibilidad de trabajar en ese sentido; si no estamos propiciando la destrucción. No quiero ser espectador en la medida de mis posibilidades; prefiero asumirme como un actor para que mis hijos hereden un mundo, aunque sea, un poquitito mejor”.
Extraído de "Ser judío en los años setenta. Testimonios del horror y la resistencia durante la última dictadura." Daniel Goldman , Hernán Dobry, Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2014.

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