El hombre que hizo posible la Revolución de los Jazmines
"Como veterano estadista, Esebsi era un vínculo viviente con el pasado de Túnez, especialmente con la era Burguiba, que muchos tunecinos recuerdan con cariño"
Por su interés, traducimos buena parte del artículo que, con el título de “Why President Essebsi, and Tunisia, Stood Alone” [Por qué el presidente Esebsi y Túnez se quedaron solos], ha publicado Allen James Fromherz, director del Centro de Estudios sobre Oriente Medio de la Universidad Estatal de Georgia (EEUU), en la revista Foreign Affairs.
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El pasado jueves, Beyi Caid Esebsi, presidente de la República de Túnez, falleció en un hospital a la edad de 92 años.
Su muerte se produjo en una fiesta nacional de especial relevancia: el Día de la Repúblicaconmemora la fundación del Túnez moderno, el 25 de julio de 1957, cuando el país abolió la Monarquía y se convirtió en república.
Esebsi tuvo una vinculación importante con los acontecimientos de 1957. Formaba parte del partido y del Gobierno del primer presidente de la República de Túnez, Habib Burguiba, uno de los más importantes y estridentemente laicos nacionalistas del mundo árabe. (…)
Esebsi fue un elemento fundamental en el Gobierno de Burguiba, estuvo muy implicado en la ejecución de las políticas de secularización, en el fomento de la expansión económica y en la defensa de las decisiones del propio Burguiba. Se desempeñó como director de Seguridad Nacional y como ministro de Exteriores, y ejerció otros cargos de primer nivel tanto con Burguiba como con su sucesor, Zine el Abidín ben Alí, hasta (…) 1994.
(…) Ben Alí era un caudillo corrupto rechazado por su propio pueblo; tanto que un levantamiento popular conocido como la Revolución de los Jazmines lo defenestró en enero de 2011. En 2014, un tribunal independiente instó a la Comisión de la Dignidad y la Verdad a investigar los abusos contra los derechos humanos perpetrados por el Gobierno tunecino desde 1955. La comisión encontró a Esebsi responsable de una batida represiva contra disidentes durante su etapa como director nacional de Seguridad, tras un intento de magnicidio contra Burguiba perpetrado en 1963. Pero eso no le hizo perder la confianza de los tunecinos, que le vieron como una fuerza estabilizadora en los años difíciles y a menudo caóticos que siguieron a 2011.
(…)
Como veterano estadista, Esebsi era un vínculo viviente con el pasado de Túnez, especialmente con la era Burguiba, que muchos tunecinos recuerdan con cariño (…) numerosos tunecinos veían la conexión de Esebsi con Burguiba como un vínculo a un periodo fenomenal de progreso, que procuraba inspiración a medida que el país se adentraba en lo desconocido.
Esebsi regresó a la política tunecina desde un largo retiro a fin de guiar a su país en un decenio tumultuoso (…) Como primer ministro del Gobierno de transición de 2011, Esebsi entregó libremente las riendas del poder a su antiguo rival, el partido Ennahda. (…) Pudo haber optado por la represión y por socavar a Ennahda haciendo uso de la fuerza, pero prefirió formar su propio partido laico, Nidá Tunis, y se alzó con la victoria en las elecciones de 2014. Nidá Tunis y Ennahda formaron una coalición y gobernaron juntos.
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