AMIGOS DE ISRAEL - CORDOBA (ARGENTINA)

 SIN COALICIÓN, POR AHORA

Alberto Mazor

El presidente Reuven Rivlin inició este lunes las consultas con los representantes de los partidos políticos que obtuvieron representación en la Knéset en las elecciones de marzo.

Rivlin, que muy pronto dejará la presidencia, tiene una tarea bien complicada a día de hoy, ya que en principio no parece que ningún candidato cuente con los apoyos suficientes para formar gobierno.

Naturalmente, las cosas pueden cambiar en cualquier momento, pero la realidad de este instante es que ningún candidato podrá establecer una mayoría de 61 escaños, las bancas necesarias para gobernar.

Netanyahu, cuyo juicio por corrupción se reanudó también hoy lunes, está, por ahora, mejor situado para llegar a la meta.

"Por el momento, no veo la manera de formar una coalición" de gobierno que saque a Israel del largo bloqueo político, dijo Rivlin, durante la ronda de consultas. "Después de cuatro campañas electorales" y cuatro comicios en dos años - los últimos el pasado 23 de marzo -, "la democracia está exhausta", lamentó el jefe de Estado en el transcurso de las reuniones.

Por ahora, ni el bloque de partidos derechistas y religiosos a favor de un gobierno de Netanyahu ni la amplia amalgama de fuerzas opuestas a Bibi parecen tener una mayoría de 61 escaños en un Parlamento de 120, el mínimo para crear gobierno.

Está previsto que Rivlin designe al candidato el próximos miércoles y posiblemente Netanyahu sea el que más recomendaciones reciba hoy (52), sin embargo, pueden haber sorpresas de última hora, Se comenta que diputados de la Lista Conjunta Árabe, dos miembros de Hadash y tres de Ta'al, podrían dividir sus posiciones y recomendar a Yair Lapid para que éste reciba 53 votos, uno más por encima de Netanyahu.

Rivlin recibió a primera hora de la mañana al Likud, la mayor fuerza en los comicios con 30 escaños. Después de que el Likud recomendara a Netanyahu, fue el turno del centrista Yesh Atid, segunda fuerza con 17 bancas. Esta recomendó a su líder, Yair Lapid, que estos días intentó recabar apoyos entre las formaciones y evitar que el encargo sea para Bibi.

El Partido Laborista recomendó a Lapid, y los ultraortodoxos Iahadut Hatorá y Shas y apoyaron a Netanyahu, como se esperaba.

Por otro lado, el partido ultranacionalista Iemina, actor clave que podría decantar la balanza al no haberse inclinado ni a favor ni en contra de Netanyahu, recomendó a su propio líder, Naftali Benet, que se intenta proponer como posible primer ministro en un hipotético gobierno de rotación, a pesar de tener solo 7 escaños.

Rivlin seguirá con las consultas el resto de la jornada. En total, se encontrará con 13 partidos que mañana se sentarán en un fragmentado Parlamento para la constitución de la vigésimo cuarta legislatura. Aún así, vista la situación, nadie descarta que Israel celebre unos quintos comicios en poco más de dos años por la falta de mayorías.

Bibi dijo que quiere formar un gobierno de derecha en un parlamento donde una mayoría clara es de extrema derecha nacionalista y religiosa. El problema es que su personalidad conflictiva la rechazan al menos tres partidos de derecha: Israel Beiteinu, Iemina y Tikvá Jadashá.

Si el Likud presentara otro candidato, con seguridad se podría formar una coalición en muy poco tiempo, pero Netanyahu no lo va a permitir. A sus 71 años sigue siendo un político ambicioso y por ahora dio ninguna señal de querer apartarse.

El presidente Rivlin no solo preguntó a los representantes a quién dan su apoyo, sino que también les preguntó a quién descartan. En función de lo que le respondan, Rivlin tomará una decisión u otra. Pero las cosas tienen que cambiar bastante en los próximos días para que el bloque proBibi o el bloque antiBibi consigan mayoría.

El problema del bloque antiBibi es que está integrado por formaciones que tienen intereses muy dispares. Lo único que les une es apartar a Netanyahu del poder.

Los próximos días van a ser intensos en la política israelí. La amenaza de unas quintas elecciones consecutivas está ahí y el resultado es que el sistema israelí se debilita cada vez que se convocan comicio