domingo, 2 de abril de 2023

 El padre Bernhard Lichtenberg, un Justo entre las Naciones.

Todas las noches, en el corazón del Berlín nazi, un valiente sacerdote católico solía terminar las vísperas en la catedral de Santa Eduvigis de la capital, a solo un kilómetro de distancia de la Cancillería de Adolf Hitler, con una oración especial para los judíos y otros presos de los campos de concentración.
Después de la subida al poder de los nazis en Alemania en 1933, Lichtenberg se convirtió en un defensor de los derechos civiles y humanos de los judíos.
Como jefe de la Oficina de Ayuda de la Iglesia en Berlín, ayudó a muchos católicos de origen judío en peligro de deportación a huir de Alemania.
Fue entonces que la Gestapo lo llamó para el primero de los muchos interrogatorios que soportaría, con el fin de intimidar al popular sacerdote.
Pero la presión solo hizo que Lichtenberg fuera más audaz.
En 1935, le escribió a Hitler protestando contra la propaganda anti-Iglesia.
También amplió su enfoque protestando contra las violaciones de los derechos humanos en el campo de concentración de Esterwegen.
El 9 de noviembre de 1938, los nazis quemaron sinagogas y destrozaron las tiendas judías en lo que se conoció como la "Noche de los Cristales Rotos", entonces el padre Lichtenberg dijo: "Sabemos lo que pasó ayer y no sabemos lo qué pasará mañana. Pero hemos visto lo que está sucediendo hoy, afuera, una sinagoga está ardiendo y esa es una casa de Dios".
A partir de entonces, el sacerdote oró abiertamente por todos los que sufrían bajo los nazis, incluso por los soldados de ambos lados de las líneas de la Segunda Guerra Mundial.
A Lichtenberg le gustaba decir que sólo estaba siguiendo el mandamiento del Señor:
“Ama a tu prójimo como a ti mismo".
Pero esto era un acto valeroso en un momento en que la mayoría de los cristianos alemanes, marchando en sintonía con los prejuicios del día, habían reducido este mensaje a "Ama a tu vecino alemán como a ti mismo".
En 1941, el sacerdote protesta en una carta al Jefe de Salud del Reich, Leonardo Conti, por el asesinato de discapacitados (el "programa de eutanasia").
Dos estudiantes lo denunciaron después de asistir a una sesión de oración nocturna.
Lichtenberg fue arrestado en octubre de 1941 y condenado a dos años de cárcel por actividades anti-gubernamentales.
Cuando debía ser puesto en libertad, la Gestapo ordenó que fuera enviado a Dachau, cerca de Múnich.
Con casi 69 años de edad, y enfermo de insuficiencia renal, murió mientras era transportado en un vagón de ganado.
El 7 de julio de 2004, el Centro de Recordación y Museo Yad Vashem en Jerusalén, le concedió el título de "Justo entre las Naciones".
El Papa Juan Pablo II beatificó a Lichtenberg en Berlín el 23 de junio de 1996, en el marco de su visita a Alemania.
Cortesía: Chelo B. Andreu
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