TEL AVIV—En un hospital en Tel Aviv, los doctores observaban a un grupo de niños jugar, buscando pistas acerca de lo que habían soportado durante las siete semanas en que militantes palestinos los mantuvieron rehenes.
Una niña pequeña comenzó a imitar a los hombres que la mantuvieron cautiva en Gaza: “Cállate! Siéntate! No hagas ningún ruido!” ordeno ella a otro niño en árabe, de acuerdo con un doctor.
La escena da pistas del calvario que sufrieron los 39 niños tomados rehenes por Hamas y otros militantes palestinos, de los cuales todos menos dos fueron liberados durante una tregua de una semana que expiro a principios de este mes. Su retorno a Israel presenta un desafío para las autoridades aquí, que aun están descifrando como tratarlos. Físicamente, dicen los doctores, están relativamente ilesos. Pero las cicatrices psicológicas pueden correr mucho mas profundo.
Mientras los negociadores el mes pasado discutían por los términos de un acuerdo para intercambiar a mujeres y niños por palestinos detenidos por Israel, los psiquiatras, pediatras y asistentes sociales investigaban informes médicos de niños rehenes retornados en busca de que esperar. Los niños tomados rehenes por Hamas durante sus ataques del 7 de octubre contra Israel, en los cuales fueron asesinadas 1,200 personas de acuerdo con las autoridades israelíes, abarcaban edades desde los 10 meses a los 18 anos. Algunos fueron capturados junto con sus padres, pero otros fueron mantenidos solos. La mayoría de los liberados ahora han sido externados del hospital pero enfrentan un largo periodo de recuperación.
“Nunca he visto algo como eso antes,” dijo Renana Eitan, directora de psiquiatría en el Centro Medico Sourasky de Tel Aviv (Ichilov) quien esta involucrada en el cuidado de algunos de los niños. “Sentimos como grupo que tenemos que reescribir el libro de texto.”
El secuestro de niños por parte de Hamas, un grupo designado terrorista por EE.UU., que ha gobernado Gaza desde el ano 2007, es parte de una tendencia creciente entre los grupos militantes a lo largo de Europa, Asia, el Medio Oriente, África y América Latina en anos recientes, dijo Virginia Gamba, la representante especial de Naciones Unidos para niños en conflictos armados.
“Estamos viendo números enormes de niños, particularmente niñas, siendo secuestrados por grupos armados, particularmente por los designados como terroristas por las Naciones Unidas, en regiones tales como el Sahel y países tales como Somalia y Colombia,” dijo ella.
El secuestro de niños por parte de Hamas, sin embargo, sobresale, en la evaluación de Gamba. En los otros conflictos, los niños han sido secuestrados mas a menudo a cambio de rescate o para reclutamiento. Pero Hamas tomo rehenes a los niños como escudos humanos y como un "arma de terror" contra las poblaciones civiles en Israel.
La psicóloga nigeriana Fatima Akilu dijo que sean cuales sean los motivos para su secuestro, los niños israelíes rehenes probablemente exhiban síntomas similares a los miles de niños que ha tratado su organización, Neem, incluidas muchas de las colegialas chibok secuestradas por el grupo militante islámico Boko Haram en Nigeria en el 2014.
“Lo que hemos encontrado—aun cuando es un episodio muy corto de secuestro—es que ellos experimentan angustia psicológica a largo plazo en su mayoría manifestada en la forma de trauma,” dijo Akilu. “A veces no ves los efectos ahora, pero puedes verlos 10 a 20 anos mas tarde.”
Naama de la Fontaine de la Sección del Centro de Estudio de Trauma Infantil de Yale, quien fue consultada por los médicos que están tratando a los niños en Israel, dijo que seria importante limitar su exposición a la información y reconstruir una sensación de seguridad a través de la rutina.
Aun así, los médicos israelíes dijeron que nada podía prepararlos para el desafío de tratar a niños sometidos a abuso físico, psicológico e incluso sexual en cautiverio.
“Ellos parecían sombras de niños,” dijo Efrat Bron-Harlev, ejecutivo principal del Centro Medico de Niños Schneider, donde muchos de los rehenes que retornaron fueron tratados.
La mayoría había perdido entre el 10% y el 15% de su peso corporal, dijeron los doctores. Muchos tenían erupciones en la piel por ser retenidos en condiciones antihigiénicas y heridas que se habían infectado.
“Nunca he visto tantos piojos,” dijo la Dra. Yael Mozer-Glassberg, quien trato a algunos de los niños en el centro.
Los doctores habían esperado que los niños se atiborrarían después de semanas de hambre y se preocuparon por los peligros del síndrome de realimentación, una condición potencialmente fatal que ocurre cuando una persona desnutrida comienza a comer nuevamente. En su lugar, ellos tenían que asegurarse que los niños comieran lo suficiente. Cuando se les pregunto por que estaban dando mordiscos tan pequeños, los niños dijeron que tenían que ahorrar algo para después, dijo Bron-Harlev.
Lo que impacto mas a muchos de los doctores, sin embargo, fue el silencio. Muchos de los niños hablaban en un susurro. Gradualmente reunieron el valor para preguntar si podían mirar por la ventana o abrir la puerta, dijo Bron-Harlev. Llevo mas de un día para que algunos de ellos lograran esbozar una sonrisa.
Algunos de los niños fueron liberados con sus padres, quienes también se están recuperando de su calvario.
Yahel Shoham, de 3 anos de edad, ya no esta mas susurrando, pero todavía les dice a otros que hagan silencio, dijo la pariente Shira Havron, quien visito a Yahel después que ella fue externada del hospital con su hermano de 8 anos de edad y su madre, Adi Shoham. Cuando Shoham dio a Yahel un pedazo de queso, ella pregunto por que no lo estaban dividiendo entre ellos, dijo Havron.
“No puedes saber realmente que imágenes tienen en sus cabezas,” dijo Havron.
Durante su tiempo en cautiverio, Shoham trato de proteger a sus hijos de la realidad, basándose en sus recuerdos de la película “La vida es Bella" sobre una familia judía enviada a un campo de concentración en Alemania durante la década de 1940, conto ella a Havron. En ella, un padre protege a su hijo fingiendo que todo es un juego. Ahora de regreso en casa, sin embargo, no se puede ocultar la ausencia de su padre; el sigue siendo un rehén en Gaza.
Los doctores no entendieron inmediatamente por que algunos niños tenían problemas para dormir, dijo Eitan. Solo cuando otros rehenes describieron como los militantes les habían dado a los niños benzodiapinas y otra medicación para mantenerlos callados e inducirles el sueno se dieron cuenta que los niños se habían acostumbrado a las drogas para dormir.
La mayoría de los niños no hablan de los horrores que presenciaron el 7 de octubre. Un niño de 3 anos de edad, sin embargo, siguió mencionando a los “hombres rojos,” dijo Bron-Harlev. Gradualmente los adultos se fueron dando cuenta que el niño probablemente se estaba refiriendo a la gente empapada en sangre.
“Ellos ya no son mas los niños despreocupados que crecieron en el kibutz,” dijo Edna Etrog, una amiga de la familia de Sahar y Erez Kalderon, hermanos de 16 y 12 anos, respectivamente. Ellos fueron secuestrados del Kibutz Nir Oz y volvieron viéndose delgados, pálidos y temerosos, dijo ella.
En algunos casos, los niños han tenido retraso en el desarrollo, volviéndose mas apegados a sus padres y mojando la cama, dijo la Prof. Silvana Fennig, directora de psiquiatría infantil y de adolescentes del Centro Medico de Niños Schneider. Otros sufren pesadillas.
“Ella se ha despertado a veces gritando durante la noche,” dijo Hen Avigdori de su hija de 12 anos, Noam, quien no se ha despegado de su lado desde que regreso del cautiverio con su madre. A pesar de eso, dijo Avigdori, su esposa e hija estaban “bien física y emocionalmente.”
Los niños que fueron separados de sus padres o mantenidos solos fueron afectados peor por el calvario, dijeron los doctores.
Los adolescentes dijeron a los doctores que sus captores los convencieron que Israel no existía mas y que ellos habían sido olvidados. “Ellos no creían que alguien estuviera buscándolos,” dijo Bron-Harlev.
Algunos estaban temerosos de hablar porque sus captores los habían amenazado con dañar a rehenes si ellos decían, al regresar a Israel, que las condiciones eran malas o que habían sido maltratados, dijo el Dr. Itai Pessach, jefe de cuidados pediátricos críticos en el Hospital de Niños Edmond y Lily Safra del Centro Medico Sheba cerca de Tel Aviv.
Incluso los que no experimentaron abuso de primera mano es probable que hayan estado angustiados de ver a otros dañados, o de ser mudados de un lugar a otro. “Esos son insultos repetidos para su psiquis,” dijo Pessach. “Hay muchas capas para pelar aquí y va a llevar tiempo.”
Para algunos niños, el retorno a casa marca el inicio de un calvario diferente. Los padres de Abigail Mor Idan, de 4 anos de edad, no estuvieron en el hospital para recibirla cuando ella regreso del cautiverio. Hamas los mato a ambos el 7 de octubre.
Estos niños secuestrados “no están regresando al mundo que conocían,” dijo Pessach. "Su realidad entera ha colapsado."
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